EL fútbol vive de la memoria, de recordar resultados, goles y jugadas inverosímiles. El aficionado tiene un archivo inmaterial que lo mismo le lleva a recitar de carrerilla una alineación de hace cuarenta años que a enredarse en una discusión sobre lo que ocurrió en tal o cual partido. Algo de esto le pasó a Martín, extremo izquierdo de Osasuna en la década de los ochenta, cuando hace unos pocos meses acudió al campo de Santo Domingo, en Alcorcón.
El ahora miembro del cuerpo técnico de Osasuna iba a tomar notas de un encuentro de la fase de ascenso a Segunda A cuando le asaltó un hincha local que superaba la treintena de años: "Tú eres Martín; a tí te tenía en los cromos. Me acuerdo que una vez jugaste en este campo un partido de Copa y marcaste un gol...". El ex futbolista no sólo se quedó sorprendido, sino que hasta dio por hecho que el tanto de aquella victoria en el partido de ida de la tercera eliminatoria de la Copa del Rey (13 de noviembre de 1985) llevaba su sello. No fue él, sino Lumbreras.
Dentro de 24 años quizá la hazaña del actual Alcorcón duerma entre el polvo de las hemerotecas. O no, porque el fútbol siempre encumbra a los equipos menores que un día no sólo osaron meter la pierna para cortar un avance de Kaká sino que tuvieron el descaro de golear a una plantilla de salario millonario. Siempre habrá alguien para rememorarlo.
Como aquella eliminatoria entre Osasuna y Alcorcón que ahora cobra actualidad, tanto por la repercusión que arrastra la humillación al Real Madrid como por el hecho de que ambos equipos van a compartir el mismo bombo en el sorteo de los octavos de final del torneo copero.
el campo
Tierra y muy poca luz
Hace 24 años el campo de Santo Domingo era de tierra y disponía de una pobre iluminación: eso sí que lo recuerda bien Martín "y el frío que hacía". A pesar de ello, el encuentro se disputó en horario nocturno, sobre todo atendiendo a las costumbres laborales de una ciudad del extrarradio madrileño. Con todo, en la grada se reunieron poco más de 3.500 personas, deparando una recaudación de 520.000 pesetas (unos 3.100 euros).
Osasuna viajó en autobús, en el mismo día. No es que se despreciara la entidad del rival, es que la diferencia entonces con el Alcorcón era abismal. Osasuna, aunque ocupaba la penúltima posición en la tabla de Primera, venía de quedar eliminado por el Waregem belga en segunda ronda de Copa de la UEFA. El club madrileño, por su parte, militaba en el grupo VII de Tercera División y en los diez primeros partidos que había jugado acumulaba una victoria y cinco derrotas.
Así las cosas, el entonces entrenador rojillo Ivan Brzic decidió dar una oportunidad a varios futbolistas del Promesas; alineó a Pedro Arozarena (19 años entonces) y al extremo Iturbe, y sentó en el banquillo a Juan Carlos Unzué (18).
El partido, como queda dicho, lo resolvió Osasuna con un solitario gol de Lumbreras (hoy entrenador del CD Tudelano), en el minuto 62.
curiosidad
El Madrid andaba cerca
Es curioso, el mismo día (27 de noviembre de 1985) que Osasuna resolvía la eliminatoria en Pamplona con un concluyente 5-0 (aquí sí que marcó Martín el tercer gol), en esa misma fecha el Real Madrid encajaba una goleada en territorio alemán ante el Borussia de Moenchengladbach: 5-1. En El Sadar, la desgracia perseguía un ex madridista: el defensa Andrés Sabido, que reaparecía tras una lesión, sufría una fractura de peroné que le mantendría dos meses más de baja.
Aquella noche, al Alcorcón le marcaron tres goles en remates de cabeza. Unos días después, el Real Madrid de Camacho, Santillana, Valdano y Juanito remontaba ante el Borussia (4-0). Algunos, como se ve, sólo viven de la memoria.
l Alineación en Alcorcón. Jugaron: Vicuña; De Luis, Asín, Arozarena, Purroy; Dioni, Pérez-Aguerri (Ibáñez), Lumbreras; Echeverría, Benito e Iturbe (Martín).
l Alineación en Pamplona. Jugaron: Vicuña; De Luis, Sabido (Goicoechea), Asín, Purroy; Pérez-Aguerri, Rípodas (Arozarena), Dioni; Echeverría, Benito y Martín.
l Incidentes con la afición. Según relataron los enviados especiales de la prensa de Pamplona, los aficionados del Alcorcón tuvieron una actitud hostil hacia los periodistas durante todo el encuentro, aporreando la cabina desde la que seguían el partido y girándose hacia ellos haciendo gestos cuando sobre el campo había alguna incidencia.