pamplona - Todo le está ocurriendo tan rápido que da la sensación de que Mikel Merino (Pamplona, 22/06/1996) no acaba de ser del todo consciente de la situación en la que se encuentra. Convertido oficialmente en la nueva perla de Tajonar y cada vez más realidad que promesa, el joven canterano ha regresado a los entrenamientos con el primer equipo de Osasuna después de tres jornadas concentrado con la selección española sub-19 en la que ha sido su primera experiencia como internacional.
Tres días en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas que Merino asegura que va a recordar siempre. “Ha sido una experiencia preciosa porque, a pesar de que han sido pocos días, he aprendido muchísimo y he conocido a nuevos compañeros que merecen mucho la pena. Esta experiencia me la guardo para siempre”, comentaba ayer a los medios de comunicación en la que fue su primera comparecencia pública en la sala de prensa de Tajonar.
Y es que se trata de un chico prudente a simple vista y con un entorno que le cuida muy mucho de que la riada de elogios que llueve sobre él desde que comenzara la pretemporada con el primer equipo rojillo no le desvíe del camino que viene siguiendo desde que llegara a las categorías inferiores de Osasuna procedente del Amigó. De ello está muy pendiente su padre, Miguel Merino, que conoce en primera persona el entorno del fútbol y todo lo que se está generando a su alrededor.
“Mi familia está muy contenta y sobre todo orgullosa”, confesó ayer el centrocampista. Y continuó: “Tanto mi padre como mi madre me dicen que es verdad que he empezado con buen pie, pero que no tengo que creerme más de lo que soy y debo trabajar de la misma manera vayan como vayan las cosas”. Y a su familia se remite cuando se le pregunta por los términos de su contrato o su cláusula de rescisión. Un tema que aseguró ayer “dejo en manos de mis padres y mi representante”.
Precisamente esa, trabajo, fue la palabra que más veces pronunció Mikel Merino. Y ese, su trabajo, durante la pretemporada, ha sido el que le ha llevado a protagonizar un arranque de campaña que no esperaba “ni en mis mejores sueños”. “Estoy viviendo lo que quería desde niño. Para mí era impensable trabajar tan pronto con jugadores profesionales, y mucho más empezar jugando los primeros partidos”, reveló ayer el pamplonés.
Sin embargo, y aunque los acontecimientos se han acelerado en los últimos meses -cabe recordar que el año pasado era juvenil y debutó con Osasuna Promesas en marzo-, no acusa el ser novato sobre el terreno de juego. Reconoce que “al principio estaba nervioso, pero poco a poco me estoy adaptando y me van saliendo las cosas. Me veo progresando bien”.
Su objetivo es jugar y disfruta haciéndolo. Por eso no le importa qué posición ocupar. “En el doble pivote estoy muy cómodo, pero también puedo moverme por la zona de la media punta”, aseguró. Y dejó en el entrenador la última palabra: “Jan Urban nos está ayudando muchísimo, sobre todo a los jóvenes. Nos da confianza y sabemos que aunque tengamos fallos no nos va a reñir, que si estamos aquí es por algo”, aseguró en referencia al trato que mantiene con el hombre que le ha hecho debutar con el primer equipo.
Lo que sí tiene muy claro el jovencísimo centrocampista rojillo es que disfruta mucho más cuando juega los partidos en casa. Confesó que “noto diferencia cuando el partido es en El Sadar o fuera” y achacó esa diferencia al ambiente. “Es precioso haber pasado de estar animando en la grada a verme en el césped. Es una sensación increíble ver a todo el estadio animando, porque ese ánimo nos llega y nos da fuerzas para correr y luchar aún más”, reveló un Merino muy ilusionado. Y remató: “por supuesto que también quiero y me hace ilusión jugar a domicilio, pero hacerlo aquí es distinto, El Sadar es otra historia”.
Sin embargo, el próximo reto para él llega lejos de casa. Se trata del partido de mañana frente al Lugo, un rival que sabe que no va a poner las cosas fáciles a Osasuna. “A todos los contrarios les hace ilusión jugar contra un equipo recién descendido con jugadores con experiencia en la elite”, aseveró el canterano. Y no dudó en asegurar que “Osasuna es un club de Primera y ante nosotros los rivales se vienen arriba”.
Quien no llega a la sexta fecha liguera venido arriba es Osasuna porque asegura el jovencísimo rojillo que el 6-4 frente al Mallorca no les va a hacer confiarse en su primera visita al Anxo Carro. “Aquí no se confía nadie. Sabemos que en esta categoría no hay ningún enfrentamiento fácil y que va a haber que luchar por cada punto desde el principio hasta el final de los partidos”, dijo.
Así lo pudo certificar en Palamós frente al Llagostera. El único partido que Mikel Merino no ha jugado de inicio de los cinco que se han disputado ya esta campaña. Algo que no le preocupa porque “estoy aquí para jugar, para intentar hacerlo lo mejor posible y no pienso en si voy a hacerlo como titular o no”. Confesó ayer que “soy consciente de que soy un chaval y de que tengo que trabajar con humildad y sacrificio. Los resultados vendrán dependiendo de cómo lo haga”.
Y tampoco le preocupa el hecho de no haber visto puerta todavía en Segunda División. Aunque oportunidades no le han faltado porque Merino es un centrocampista con clara tendencia a irse hacia adelante y a arriesgar. Así lo demostró en su etapa juvenil, donde no era extraño verle celebrar algún que otro tanto. Con el primer equipo se le está resistiendo el hecho de ver puerta, pero dijo ayer que “no me como la cabeza por eso. Sé que he tenido ocasiones que de haber materializado supondrían una ayuda muy buena para el equipo, pero sé que si sigo jugando así y generando oportunidades, el gol vendrá antes o después”.
Mientras llega su ansiado primer tanto, Mikel Merino tiene la clave para puntuar: no encajar. O por lo menos no tantos goles como ocurrió el pasado domingo frente al Mallorca. “Fue un partido entretenido para el espectador pero somos conscientes de que no podemos poner tantas facilidades porque llegará el día en el que no estemos acertados”. Y señaló las acciones defensivas como “una de las cosas que tenemos que mejorar porque mantener la portería a cero es imprescindible en Segunda División”.
Ante el próximo éxodo de rojillos internacionales que afecta -y mucho- al centro del campo con las ausencias de Nekounam y Loé, es lógico pensar que el canterano seguirá teniendo minutos para certificar partido a partido con su fútbol que es la última perla de Tajonar. Y es que la carrera de Merino no ha hecho más que empezar.
El protagonista. Mikel Merino Zazón nació el 22 de junio de 1996 en Pamplona. Es hijo del exfutbolista y extrenador rojillo Miguel Merino.
Trayectoria. Comenzó su carrera en Amigó y pronto pasó a Osasuna. La temporada pasada formaba parte del equipo juvenil., pero tomó la alternativa en Tercera División con Osasuna Promesas en marzo. Jan Urban le llamó para realizar la pretemporada j y ha logrado ganarse un hueco en el equipo en el arranque liguero. Acaba de regresar de su primera convocatoria con la sub-19.
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Mikel Merino ha disputado los cinco partidos de este curso. En cuatro de ellos salió como titular.