Aunque la Liga concluyó el pasado sábado y el mercado de fichajes no abrirá hasta julio, lo cierto es que en Osasuna, que continuará en la máxima categoría por tercera temporada consecutiva, ya trabajan en la confección de la plantilla para el próximo ejercicio. Y el director deportivo de la entidad, Braulio Vázquez, ya dejó clara cuál es la intención del club: "Esperamos mantener el bloque y reforzarnos en la medida de nuestras posibilidades".

Hasta la fecha, Osasuna ha refrendado con hechos las palabras del gallego y la mejor prueba es la reciente renovación de David García hasta 2026, así como la del portero Juan Pérez hasta 2024, y el hecho de que solo a cinco de los 18 futbolistas de la primera plantilla que han participado con relativa asiduidad en la permanencia de esta temporada se les acabe el contrato en un año. Son los casos de Enric Gallego, Oier, Nacho Vidal, Iñigo Pérez y Aridane, aunque en el caso de este último existe la posibilidad de ampliarlo un curso más en función de determinados objetivos.

"No queremos vender". Fue ésta otra de las afirmaciones de Braulio antes del último partido de la temporada y llegó como respuesta a la pregunta de si el club estaba dispuesto a dejar salir a futbolistas que habían despertado interés en otros clubes por su excelente rendimiento, como son los casos de Lucas Torró y Aridane, pretendidos por Sevilla y Benfica, respectivamente, aunque con propuestas muy alejadas de sus cláusulas.

Otro de los que se encuentra en el escaparate es Jon Moncayola, aunque Braulio reveló que el club ya le ha trasladado dos ofertas de ampliación de contrato (el actual termina en 2024) a un futbolista con una cláusula de 12 millones y que en breve disputará con la selección la fase final de la Eurocopa sub-21.

En cualquier caso, Osasuna se ha afanado en retener a sus mejores jugadores. Además de las renovaciones recientes de David García y Juan Pérez, el club también ha reforzado durante esta campaña su compromiso con Sergio Herrera, Unai García, Oier, Darko, Roberto Torres, Rubén García, Javi Martínez y Kike Barja, mientras que confía en cerrar en breve la ampliación de contrato del Chimy Ávila.

Caso especial es el de Budimir, que llegó cedido desde el Mallorca hasta el final del curso y, tras ofrecer un excelente rendimiento (pichichi rojillo con 11 goles en Liga y otro en Copa), Osasuna debe decidir si paga antes del 30 de junio los 8 millones de la opción de compra voluntaria que pactó y que parece poco probable que pueda rebajar, más aún teniendo en cuenta que el croata irá a la Eurocopa.

La apuesta de Osasuna por Budimir parece clara, aunque necesita cuadrar números ante tamaña inversión. Otro de los cedidos que tiene muchos boletos para continuar es Ramalho, mientras que una nueva cesión de Manu Sánchez va a depender del Atlético de Madrid, su club de origen. También termina el préstamo de Calleri, al que el grupo inversor que posee sus derechos ha tasado en 20 inasumibles millones para Osasuna, por lo que solo seguirá con otra fórmula mucho menos cuantiosa.

De los que terminan contrato, el portero Rubén Martínez y Adrián ya saben que no seguirán, mientras que con Roncaglia y Jony aún no se ha tomado una decisión. También vuelven los cedidos, con pocas opciones de quedarse. Incluso uno de ellos, Rober Ibáñez, se quedará en el Leganés y reportará un millón de euros a Osasuna si el conjunto pepinero asciende. A falta de confirmación oficial, Jesús Areso y Kike García ya están apalabrados, mientras que el resto lo determinará un mercado al que los clubes acudirán con sus bolsillos mermados.