eguramente estarían esperando que estas líneas estuvieran dedicadas en gran parte a Sergio Herrera únicamente. Tendría su lógico. El portero rojillo dio un punto a su equipo con su parada espectacular en el último minuto al penalti de Rakitic. Los rojillos se merecieron el punto, como mínimo tras cerrar un partido sobrio con sus ocasiones pertinentes. Lopetegui debía de estar jugando otro partido en la Play para decir lo que dijo al final. Por desgracia ni sorprende lo de este hombre.

Volviendo al tema, Herrera adivinó el lanzamiento del croata y paró...y corrió como si de un gol se tratase. Casi que vale igual, así que bien hecho.

Pero, echando la vista atrás, cabe destacar que Osasuna lleva con una portería sólida desde hace años. Sergio es un porterazo, pero aquí es mejor que en Huesca. Rubén llegó muy discutido y aquí completó un gran papel. Y eso por no retraernos a Nauzet o Mario, porteros con una trayectoria con más bajos que altos y que, al llegar a Pamplona mejoran sus prestaciones a altísimos niveles.

¿Y cuál es el factor común de todos? Richard Sanzol. El entrenador de porteros de Osasuna está alejado de los focos, haciendo un trabajo oscuro y callado pero con unos réditos tremendos para un equipo como Osasuna.

¿Qué porcentaje de una salvación pasa por tener una buena portería? Pues parece que los rojillos siempre tienen un portero de altas prestaciones.

Todo esto sin quitar un ápice de mérito y trabajo a Sergio, salvador muchas noches, no solo en esta contra el Sevilla. Pero, como él mismo reconoce, ayudado por el trabajo previo de Sanzol. Así que se podría decir que el punto se divide en dos.

Antes el resto del equipo había hecho un trabajo excepcional para controlar al segundo clasificado. No solo eso, sino que los rojillos pudieron rematar el buen partido si hubiesen completado alguna de las ocasiones que tuvieron. Más complicado (excepto para la mente privilegiada de su entrenador) es recordar una del equipo visitante.

Otro punto más para la saca. Osasuna ya tiene 29, a once de la salvación y, sobre todo, con unas sensaciones totalmente diferentes a las que tuvieron a finales del año pasado y principios de este.

Desde que Sanzol es el entrenador de porteros, Osasuna siempre tiene un buen defensor de la meta rojilla. No puede ser casualidad