El fútbol europeo tiene muchas peculiaridades diferentes al de las ligas caseras. Uno, y principal, es que el que es blando en las áreas no suele tener mucho recorrido. Y eso es lo que le pasó a Osasuna en la ida de la Conference. Dominó durante toda la primera mitad pero no le apretó mucho a un Brujas que en El Sadar demostró tener mucho oficio pero poco más. El problema es que con eso le bastó.

En el segundo tiempo, el Brujas tuvo un pequeño acercamiento y la defensa de Osasuna decidió ponerse a jugar a ‘el suelo es lava’ entre Moi y Mojica. Allí nadie metió el pie y, para rematar, la impresión es que Aitor podía haber hecho mucho más. Tengo que reconocer que, tras tres partidos, ahora mismo desconozco si con el lateral nos lo vamos a pasar en grande o si vamos a tirarnos de los pelos. O los dos. 

El gol dejó a Osasuna como si hubiese jugado 24 horas con el calor de los últimos días. Aturdido. Jagoba intentó alterar el ritmo y despertar al equipo a base de cambiar casi todo el frente de ataque rojillo. 

Por cierto, antes de todo eso, a los rojillos les escamotearon un penalti bastante claro. El defensa del Brujas golpea el balón con el brazo despegado del cuerpo. Es involuntaria, pero eso hace años que no cuenta. Bueno, el problema tal vez es que cada poco cambia el criterio. Mañana será penalti. Hoy no.  

Y justo cuando Osasuna parecía caer en el bombardeo inútil que ya realizó el fin de semana, Moncayola puso un centro con música y el Chimy, aprovechándose de no tener tanta vigilancia como cuando juega de punta, apareció para sacar un portentoso remate de cabeza.

Mordió Osasuna y en la jugada siguiente la defensa rojilla se convirtió en un flan. Unos tiraron el fuera de juego y otros no para que la alegría durase un minuto o menos. A partir de ahí mucho corazón y poca cabeza. Justo con eso casi empata Pablo Ibáñez en la única ocasión clara que tuvo el equipo tras encajar el segundo gol. Poco más. 

Osasuna pasó el peaje del novato en una competición. Tiene un partido para darle la vuelta y la sensación de que tiene mimbres para poder ganar en Bélgica a la mínima que el equipo salga menos agarrotado y con más mordientes en las áreas. Toca despertar.