A Osasuna le meten últimamente todo lo que le disparan los rivales entre palos. Un motivo de preocupación porque, en los cuatro partidos más recientes del conjunto navarro, los diez disparos a puerta de sus rivales han acabado en gol: dos en la derrota en Sevilla contra el Betis (2-1), cuatro en la goleada con la que le castigó el Girona en El Sadar (2-4), uno en el empate en Pamplona contra Las Palmas (1-1) y los tres que le hizo el delantero del Villarreal José Luis Morales en La Cerámica (3-1).

Con estos registros, que arrojan una media de dos goles y medio encajados por partido en sus últimos cuatro duelos, a Osasuna le está resultando complicado puntuar, por lo que frenar una de las peores sangrías goleadoras desde que Jagoba Arrasate se sienta en el banquillo del conjunto navarro –desde hace ya cinco temporadas y lo que va de la actual– se antoja imprescindible para remontar el vuelo.

Esta peligrosa racha de encajar todo comenzó en Sevilla contra el Betis, que se adelantó en el marcador en su primer disparo entre palos, obra de Willian José a pase de Isco, quien desniveló después el partido de forma definitiva con un postrero gol en la última jugada del encuentro para convertir en estéril el que poco antes había hecho Rubén García para firmar el empate.

También tiró de eficacia el Girona para llevarse el triunfo en El Sadar anotando sus cuatro lanzamientos a puerta, adelantándose por mediación de Iván Martín y remontando luego los dos tantos de Budimir gracias a las dianas de Dovbyk, Tsygankov y Aleix García.

Las Palmas también también marcó en Pamplona en su único lanzamiento entre palos, obra de Alberto Moleiro, aunque Budimir –en colaboración con el central Coco– pudo rescatar un punto, pero a Osasuna no le dio en La Cerámica para paliar la explosión anotadora de un Morales que prolongó su racha, pues venía de marcar dos goles en Copa contra el Zamora (el Villarreal ganó 1-2 en la prórroga) y se estrenó en la Liga con un hat trick en los tres únicos disparos a portería de un certero cuadro castellonense.

A Osasuna le toca ponerse las pilas para no encajar todo. Y es que, para encontrar las últimas paradas de Sergio Herrera, vendido en los tres goles, hay que remontarse hasta el 20 de octubre, cuando los rojillos derrotaron al Granada (2-0).