Osasuna encajó una de esas derrotas que hacen mucho daño, que duelen hondo, que dejan huella, a las que o sigue un rearme moral inmediato o hurgan hasta el tuétano. El Villarreal encontró en Morales su arma secreta para tumbar a los rojillos. El equipo de Arrasate, hasta que el delantero se benefició del regalo de Gerard Moreno en la jugada del primer gol -un balón a puerta vacía tras un primer pase a la espalda de la defensa-, había arrinconado al conjunto local y, lo que es más sangrante en el balance final del encuentro, había contabilizado un puñado de oportunidades claras para ver puerta como para ganar con distancia. Nuevamente, el pésimo porcentaje de acierto para marcar de Osasuna fue determinante en el desenlace. Nadie podrá negar la constancia de los rojillos para intentarlo una y otra vez sobre el área rival, pero también queda claro que el repertorio no por intenso se convierte en peligroso o acertado. Arrasate ya sabe que por ahí tiene un problema.

Osasuna fue superior al Villarreal en la primera mitad pero se topó hasta en cuatro oportunidades con el meta Jorgensen. No es que el portero sueco realizase intervenciones espectaculares sino que, más bien, se limitó a cumplir con su trabajo: bien colocado siempre -en los remates de Aimar, Budimir y Moi Gómez- y decidido en un mano a mano -con Rubén Peña-. Lo que se pide al guardián de los palos. Las intervenciones del cancerbero del Villarreal le dieron emoción a un primer tiempo en el que los rojillos estuvieron mucho más cerca del gol y que, por contra, ni sintieron casi a su rival. 

El equipo de Marcelino nunca digirió la buena presión de Osasuna, que le esperaba en la antesala del área, y perdió infinidad de balones, en zonas comprometidas siempre, donde el tensiómetro se dispara en los defensas. Con ocasiones claras en el primer acto -la doble de Aimar Oroz y Budimir a los diez minutos, el disparo de Moi y el duelo de Rubén Peña con el meta-, sólo cabía proseguir en la reanudación con el repertorio y darle una vuelta más a la tuerca del acierto, a la determinación o a la habilidad en los últimos metros. Osasuna había empezado muy bien el partido en cuanto a la presión en el campo rival y, tras hacerse con la pelota, se había proyectado en forma de oportunidades. Tanto subieron los rojillos el nivel de asfixia que, en dos minutos seguidos a la media hora, llegaron a crear tres remates -Rubén Peña con la derecha y Aimar Oroz de cabeza lanzaron fuera, y Lucas Torró se topó con el gigante sueco- fruto de otras tantas recuperaciones trepidantes. En el examen de méritos, un partido más, Osasuna estaba enseñando un expediente impoluto. Pero esta no es la Liga de los méritos.

En la ecuación del encuentro, desde luego, también contaba el Villarreal. El equipo recién cogido por Marcelino ofreció ante Osasuna una imagen apocada y frágil, desordenada y con muchos fallos. La cómoda victoria final ante los rojillos tampoco mejoró su aspecto, porque el triunfo tuvo más que ver con el acierto de su futbolista estelar, Morales, que con una composición general.

Al poco de la reanudación, tras un buen ingreso de los rojillos en el encuentro que habían firmado otra ocasión para el lucimiento de Jorgensen tras un zurdazo de Mojica, Morales se aprovechó de una pared con Gerard Moreno para marcar el primero de su cuenta. Fue de nuevo el primer disparo entre los tres palos que recibía Osasuna y que, como últimamente viene sucediendo, fue suficiente para marchitar el marcador. 

Villarreal - Osasuna, vídeo resumen del partido en La Cerámica DIARIO DE NOTICIAS

Después de mucho remar en una aparente posición de ventaja, manejando el partido e imponiendo por lo menos sus deseos, a Osasuna se le cayó el encuentro encima cuando quedaba media hora por delante. No le sentó bien al equipo de Arrasate el gol, que lo sintió como un mazazo, y tampoco mejoró en ataque con la incorporación de Raúl García como compañero de Budimir, lo que supuso el ingreso al eje de Aimar Oroz. La ansiedad, las ganas por poner las cosas en su sitio, quizás le llevaron a Osasuna a descolocarse en el segundo gol del Villarreal, maestría salida de las botas de Morales. El delantero hizo de un control espectacular una autopista hacia la portería de Sergio Herrera. Si el guiño con la pelota apartó a Catena de la pelea -le dejó sin opciones para la reacción en el círculo central- , sus condiciones de velocista no permitieron a David García llegar a tiempo de interferir en su segundo gol.

Y aunque Osasuna sintió que se metía en el partido con el tanto de cabeza de Catena tras una falta, dos minutos le duró la alegría en el cuerpo porque Morales, esta vez aprovechándose de un error en una entrega, volvió a cabalgar feliz para anotar el tercero de la tarde.

Si un partido en el que se hacen muchas ocasiones para marcar y se suman méritos se acaba perdiendo, las noticias que llegan no son buenas.

3 - Villarreal: Jorgensen; Foyth, Albiol, Cuenca, Altimira (Ilias Akhomach, min. 67), Parejo, Capoue (Comesaña, min. 67), Pedraza (Moreno, min, 86), Álex Baena, Morales (Ben Brereton, min. 86) y Gerard Moreno (Trigueros, min. 78).


1 - Osasuna: Sergio Herrera; Areso, Catena, David García, Mojica, Moncayola (Raúl, min. 63), Lucas Torró (Iker Muñoz, min. 77), Aimar Oroz (Unai García, min. 78), Rubén Peña (Chimy Ávila, min. 67), Budimir (Arnáiz, min. 77) y Moi Gómez.


Goles: 1-0, min.57: Morales. 2-0, min.70: Morales. 2-1, min.71: Catena. 3-1, min.79: Morales.


Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité vasco).


Incidencias: Encuentro correspondiente a la décimo cuarta jornada de la Liga EA Sports disputado en el Estadio de La Cerámica de Villarreal ante 16.389 espectadores. El exjugador del Villarreal y futbolista del Chelsea, Nico Jackson, presenció el partido desde el palco para apoyar al que fue su equipo.


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El 1x1 de Osasuna contra el Villarreal DIARIO DE NOTICIAS