Osasuna logró el pasado viernes contra el Rayo Vallecano su segunda victoria en El Sadar (1-0) en lo que va de ejercicio y la consiguió gracias a la decisiva aportación de los jugadores de banquillo, con Raúl García de Haro como ariete al anotar el postrero tanto que permitió a los rojillos sumar los tres puntos y con Jose Arnaiz de asistente al ejecutar el saque de esquina que aprovechó el delantero para hacer su primer gol con la elástica del conjunto navarro en partido oficial (llevaba tres en amistosos y los dos que había hecho en Liga se los habían anulado).

Con su actuación, además de mantener la renta de Osasuna con la zona de descenso –sigue siendo de seis puntos después de que al día siguiente el Celta derrotara al Granada (1-0)–, tanto uno como otro llamaron a la puerta de la titularidad, como también lo hicieron otros que contra el Rayo salieron desde el banquillo y se erigieron en protagonistas de la reacción rojilla. Y es que no hay que olvidar que de las botas de Pablo Ibáñez, otro que no jugó de inicio, nació el centro que derivó en el córner del gol del conjunto navarro en el minuto 95, mientras que cuatro antes el equipo arbitral, capitaneado por el gallego Javier Iglesias Villanueva, y el del VAR, con el aragonés Santiago Jaime Latre a la cabeza, obviaron un claro penalti de Mumin a Moncayola, otro de los suplentes protagonistas de la reacción de Osasuna y que el domingo no pudo entrenarse como consecuencia del plantillazo del central del cuadro vallecano (las pruebas que le realizaron descartaron una lesión ósea).

No fue bueno el encuentro que completó el equipo de Arrasate contra el Rayo, pero, atendiendo a su situación clasificatoria, se antojaba más importante ganar que jugar bien, algo que hasta el propio director deportivo del club, Braulio Vázquez, reconoció minutos antes del inicio del partido en la entrevista a pie de campo que concedió a Movistar LaLiga TV.

Quien se llevó los titulares y el protagonismo fue Raúl García de Haro. El segundo fichaje más caro de la historia de Osasuna (6,5 millones de euros, que podrían ser 1,5 más en variables, pagó el club navarro al Betis este pasado verano por el 65 % de los derechos del atacante, cifra inferior a los 8, más intereses, que desembolsó por Budimir) anotó su primer gol como rojillo en partido oficial, diana con una enorme carga emocional y de una trascendencia mayúscula, pues llegó en el minuto 95 y permitió a su equipo zanjar una racha de seis jornadas ligueras sin conocer la victoria que, con el triunfo, se convirtió en una de tres sin perder (los rojillos venían de sendos empates a uno contra la Real Sociedad en El Sadar y contra el Cádiz en el Nuevo Mirandilla).

La cuestión es que Raúl marcó, pero también tuvo participación decisiva en la jugada que, cuatro minutos antes de su gol, pudo servir para que Osasuna se adelantara en el marcador. Fue una acción en la que tres de los cinco futbolistas que saltaron al terreno de juego desde el banquillo en el tramo final del encuentro fabricaron la ocasión más clara del partido. Un centro medido de Arnaiz desde la banda izquierda que Raúl puso con la cabeza en el área pequeña para que Moncayola fusilara a Dimitrievski. Lo que ocurrió es que el portero macedonio sacó una mano salvadora para impedir el gol, mientras que entre el árbitro y los integrantes del VAR pasaron por alto el plantillazo de Mumin al centrocampista de Garínoain instantes después de su remate. No fue penalti porque nadie lo quiso pitar, pero haber falta, la hubo.

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Mejores imágenes de la victoria de Osasuna ante el Rayo Oskar Montero

Pudo sentenciar Osasuna tras el 1-0 en una contra lanzada por Raúl después de un robo de Arnaiz, que corrió para asistir a un Budimir que falló en boca de gol. Fue otra de las aportaciones de los hombres de banquillo de Osasuna (Nacho Vidal también dio descanso a Rubén Peña en el lateral izquierdo), su manera de llamar a la puerta de una titularidad que les puede llegar el jueves contra el Mallorca. Arrasate tiene la última palabra.