Es el virus del canguelo. ¿Cuáles son los síntomas? El primer aviso se detecta cuando de la boca de un integrante de la plantilla sale, como un estornudo ruidoso, la palabra “descenso”. Y si el que la pronuncia es el capitán del equipo, David García en este caso, suena como un aviso inminente de cuarentena (entendida esta como la obligación de alcanzar los 40 puntos o más a final de temporada para evitar males mayores). El osasunismo es proclive a aceptar de buen grado el diagnóstico de “permanencia”, pero le cambia la cara cuando en la conversación entre aficionados o en los papeles se agita el fantasma del descenso.

Más que inquietarse de primeras por las palabras del defensa internacional, tendríamos que preguntarnos si hay motivos reales para dar pábulo a esos malos presagios. Yo creo que no, menos aún después de alcanzar la cifra de 22 puntos al cierre de la primera vuelta y con 7 de colchón sobre la zona de exclusión. Hay entrenador y hay plantilla; deja dudas el juego del equipo, cosido de breves momentos brillantes y de profundos agujeros negros, pero Arrasate dispone de jugadores contrastados para desplegar mejor fútbol y acabará encontrado su rumbo. El dato de haber enlazado dos triunfos consecutivos en El Sadar, primando lo práctico a lo efectista, es un empujón de optimismo, de un cambio de tendencia.

Pero hablaba de los síntomas del canguelo. Nada más descriptivo de ese estado de ánimo que esa primera jugada del partido en la que Sergio Herrera e Iker Muñoz se hacen un lío en un tuya mía que casi cuesta un gol tonto. No hay que ocultar que al estadio se le hace un nudo en las tribunas cuando el portero inicia la jugada con un arriesgado pase corto: la mitad de los presentes cree que va a salir mal. Pese a ello, si alguien no tiene ni miedos ni complejos es Herrera, actitud muy plausible en estos momentos de incertidumbre ante el devenir de la temporada. Sería positivo que esa determinación anidara también en elementos que no acaban de alcanzar el rendimiento del pasado curso como Moi Gómez o el Catena que llamaba la atención en el Rayo.

El tercer síntoma de ese canguelo es una prevención extrema: evitar prácticas y situaciones de riesgo. En el caso de Osasuna se percibe en un afán de tener el balón en terrenos nada comprometidos, reforzar las defensas del organismo (incluso si hay que cambiar al mismo tiempo a los dos laterales) y que pase el tiempo bajo la manta. Con este tratamiento, defender el 1-0 tiene prioridad a atacar el área del rival, que es lo que sucedió en una anodina segunda parte.

Por último, si alguien le recuerda la legendaria frase de Pedro Zabalza “si nos confiamos somos muy malos”, es que entramos en fase de pandemia.

No creo que estos tres puntos cambien de golpe la crisis de juego que el propio Arrasate asume casi como un tema personal: la mejoría es todavía cuestión de tiempo y del ajuste de piezas. Lo que sí suponen es una descarga del temor a no ganar y a sus consecuencias. Con el trabajo de la primera vuelta hecho, el calendario prosigue con exigencias. ¿Desaparecerá el canguelo entre Castellón y Riad?

Confidencial

Osasuna, Bahía y You First. A la hora de orientar a sus canteranos, Osasuna tiene dos agencias de representación como referencia. Para los chicos de menos edad, sugiere el vincularse con Bahía como mejor opción. Y para quienes están en edad juvenil o en el Promesas, aconseja entablar contacto con You First, agencia que representa a Arrasate y a destacados integrantes de la primera plantilla.