Pases y más pases. Hasta 666 ayer. No sé si son muchos o pocos porque no tengo a mano los datos de los encuentros anteriores. Pero me parecen una barbaridad para su nula productividad. Pases entre los centrales, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, pases con el portero, y otra vez con los centrales, pases de pecho, naturales y medias verónicas... No sé si Osasuna se obstinó con este juego o fue una alarmante falta de recursos. Desde el inicio, el ritmo de los rojillos era insoportablemente lento, lo que le permitía al Celta consolidar minuto a minuto su entramado defensivo.
Huecos por donde filtrar el balón se detectaban pocos o ninguno. Desde luego, la secuencia interminable de pases no resolvía el problema. Es cierto que ahora la mayoría de los equipos utilizan unas pautas semejantes en la circulación del balón, pero ni todos están capacitados para hacerlo ni tienen los futbolistas adecuados para ponerlo en práctica. Y luego está el estilo que se le presupone a cada equipo. En el caso de Osasuna cada vez recurre menos al juego directo, al acoso con balones largos, la pelea por las segundas jugadas, la codicia en las acciones a balón parado...
Ayer, los 9 saques de esquina no supusieron más inquietud al Celta que la de acoger a tantos futbolistas en su área. Porque remates de Osasuna, pocos y mal dirigidos. Hasta en la segunda parte el equipo de Arrasate pasó a jugar en la mitad del campo que defendía el Celta, y aunque imprimó más velocidad a sus maniobras, los toques resultaron interminables e ineficaces. Quizás tengan razón quienes bromean criticando “el daño que ha hecho Guardiola al fútbol”...
No creo, visto lo visto, que Arrasate disfrute mucho este lunes ni de aquí al próximo viernes, como le dijo a Xavi Hernández. Porque Osasuna sigue ofreciendo un rendimiento a base de frenazos y acelerones, de altibajos en su juego y en su rendimiento. Este 0-3 pone también en cuestión una de sus últimas variantes, la de poner en el campo a tres centrales y dos carrileros largos. El sistema defensivo hace aguas desde agosto (ya ha recibido 36 goles) y ayer arruinó el partido en menos de dos minutos, con un mal repliegue primero y burlado las marcas en el segundo. Luego está el manejo de la plantilla, porque hay decisiones que llaman la atención a quienes no estamos dentro del vestuario.
Me refiero, entre otras cosas, a la reciente suplencia de Aimar Oroz, a que Moncayola ayer ni participara en el partido, a que Barja haya quedado relegado a los minutos de la basura, a que Herrando solo juegue contra el Barcelona, a que Peña sea titular en la izquierda en lugar de Mojica, a que el entrenador retire del campo a Catena para mantener como central a Juan Cruz... Seguro que Arrasate tiene buenas razones para tomar esas decisiones. Descarto de antemano que, como dijo Braulio Vázquez en la despedida de Chimy, haya también cosas que el entrenador no puede contar.
Creo que en días como el de ayer el osasunismo echa en falta aquel fútbol veloz y agresivo que el equipo desplegaba en El Sadar, de arremetidas, algo a lo que también ha jugado con Arrasate. Pero es que tanto pase horizontal se hace indigesto, sobre todo cuando no conduce a ninguna parte.
Confidencial
Osasuna, con Del Amo. Osasuna ha tomado una postura definitiva de cara a las elecciones a la presidencia de la Federación Navarra de Fútbol: apoyará al actual presidente, Rafa del Amo, y no a la candidatura que ha tratado de promover el presidente de la Mutilvera, Iulen Romero. Hay razones de peso.
