Ese “1-M” del Atlético-Osasuna en el Pleno al 15 ha tenido que causar estragos en la quiniela de este fin de semana, y no solo a quienes estaban informados de que el balance de Jagoba (con la Real y con Osasuna) con Simeone era de 11 derrotas en 11 partidos, sino porque los colchoneros se jugaban mucho mientras que los rojillos hace ya varias jornadas que tenían todo el pescado vendido. Pero el fútbol es así, que dijo el otro, y cuando menos te lo esperas asaltas el Metropolitano con poderío y resolución, y ganas por goleada. Misterios de Osasuna, al que parecía que se le estaba haciendo interminable este final de temporada y que, por el contrario, aún tiene energía para hazañas como la de ayer. Que, aunque no tenga mucha relevancia en la clasificación, tiene la importancia de cerrar esta campaña con alegría y de acumular sensaciones positivas para afrontar con ánimo el Año 1 después de Jagoba. Que hará falta.