Osasuna tiene un problema de fondo de armario. Digamos que va tirando todo el año con ropa de entretiempo. Hablando claro: los recursos humanos que hay en el banquillo no dan para cambiar un partido exigente como el de este sábado. Al contrario; el equipo se va debilitando conforme unos jugadores sustituyen a otros. Lo habitual viene siendo que los recién entrados no mejoren lo que había en el campo. Es lo que está pasando en las últimas semanas. Vicente Moreno encara los partidos con una estructura fija de 8-9 jugadores. No parece amigo de agitar el árbol para probar otras alternativas, aunque no le ha ido tan mal hasta ahora. O quizá ve que no le da para más, lo que redunda en la carga de minutos que soportan futbolistas como Areso, Torró, Moncayola, Rubén García, Aimar y Budimir. Pero es que elementos como Moi, Peña o Arnaiz están aportando muy poco, y con Iker Benito y Javi Martínez no cuenta. Este sábado, Osasuna se cayó en la segunda parte, cuando Moncayola no compareció, supongo que afectado por el golpe que recibió en un pie al disputar el balón sin arrugarse. Hasta entonces, su movilidad animaba la presión y empujaba al equipo adelante. Sin Monca, Osasuna se arrugó, el Athletic tomó el mando, sus defensas no concedieron remates y encontró la victoria en un error clamoroso de la zaga rojilla. Viendo por dónde andaba la pelota, los de casa no podían aspirar a algo más que al empate pese a las incansables galopadas de Areso y las paradas milagrosas de Sergio Herrera.

Así las cosas, no creo que sea un desatino que Osasuna acuda al mercado de invierno. La plantilla necesita estímulos y más competencia; Bryan Zaragoza tardará en volver y Budimir necesita buenos centros en lugar del confeti que le lanzan en algunos partidos. Entre los señalados como suplentes, sigue llamando la atención la poca aportación de un futbolista como Moi Gómez, no hace nada un jugador diferencial, o que los minutos que el entrenador concede a Arnaiz no se los haya otorgado a Iker Benito. 

Braulio Vázquez, como puso de manifiesto esta semana, no descarta la opción de aprovechar esta ventana para incorporar algún futbolista, aunque supongo que el margen económico no es muy amplio y las gangas tienen trampa. Pero el director deportivo ya conoce el impacto que esas operaciones tienen también en la afición en un sentido positivo. Y en otra temporada en la que Osasuna no juega por la permanencia, hay que ser ambicioso y fijarse metas más altas. Viendo la clasificación y la potencia de otras estructuras y lo aquí expuesto sobre el fondo de armario, habrá quien también piense que hoy Osasuna está por encima de sus posibilidades. A mí no me lo parece, porque mantiene un firme regularidad en la clasificación, casi siempre entre los diez primeros los últimos años. Mejorar la plantilla es una apuesta ambiciosa que no garantiza el salto adelante; pero la pasividad sí que anticipa el estancamiento y un futuro fracaso. Y ya son seis partidos sin ganar y transmitiendo malas sensaciones. Sobran los motivos.

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1x1 del Osasuna-Athletic: Sergio vuelve a estar por encima DIARIO DE NOTICIAS