Celta-Osasuna, resumen, vídeo y fotos: un penalti se lleva por delante a los rojillos
El equipo cae en Vigo con un gol de Iago Aspas
Osasuna perdió de penalti en el campo del Celta en un encuentro en el que un error defensivo, una acometida excesiva de Lucas Torró que barrió a Borja Iglesias, acabó castigando a un conjunto rojillo que no pasó de las buenas intenciones.
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El equipo de Vicente Moreno se hartó de tener el balón durante fases apreciables del encuentro, realizó incluso un elegante despliegue sobre el campo rival, pero no fue capaz de conectar en los últimos metros, acertar con la tecla del remate, la pimienta del fútbol. En ese peligroso escenario, en una acción aislada de su rival, Osasuna vio cómo se le marchó el partido porque no fue capaz de reaccionar a continuación cuando el encuentro le exigió una vuelta más a su capacidad de maniobra.
El primer disparo a puerta en el minuto 92 –obra de Arnaiz– también señala el punch del equipo, escaso. Y así, entre las buenas maneras y la falta de veneno, la aseada imagen de los rojillos en el primer tiempo se fue estropeando tras una reanudación mucho más desacertada en la que el Celta estuvo mejor, supo cómo interferir en el hasta entonces cómodo fútbol de Osasuna y, sobre todo, se aprovechó del gol de penalti de Aspas para sentenciar.
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ALTO PRECIO
Osasuna no encontró la manera de hincarle el diente el partido y acabó pagando un alto precio a esa inoperancia efectiva. Probablemente, el buen juego que ofreció durante muchos minutos no se vio correspondido con un marcador adecuado, pero también es sabido que la Liga no puntúa las sanas intenciones y que se debe tener mucha más contundencia para alcanzar marcadores, resolver partidos y así cumplir objetivos. Por eso, la derrota supone un evidente retroceso en las aspiraciones de los rojillos para jugar en Europa. Aunque siguen quedando muchos partidos por delante, el aumento del pelotón de candidatos va a incrementar en la misma proporción las dificultades. El Celta se coló de penalti en la pelea. Nada bueno.
DOS CARAS
Tuvo una posesión exagerada, estuvo mejor con la pelota y demostró incluso un interés mayor por aproximarse a la portería del Celta. La puesta en acción del equipo de Vicente Moreno fue excelente durante muchos minutos de la primera mitad, pero le faltó conexión en los últimos metros o acierto en alguna de sus intentonas. Porque a los dos minutos Budimir firmó un lanzamiento que se marchó fuera, y a los seis Bryan recibió un pase fantástico de Boyomo que terminó en un disparo fuera. Los rojillos completaron los diez primeros minutos plantados en el campo de su rival, atacando por todas partes y ofreciendo alternativas a su juego. Bryan asumió la responsabilidad de mostrar el ataque de Osasuna, pero no fue capaz de embocar entre los tres palos, el mal del partido en Vigo. El Celta se mostró incómodo y acertó a hilvanar su primera jugada a los diez minutos del descanso y, tónica de la noche, logró enviar un lanzamiento entre los tres palos en el tiempo de descuento. No estaba la noche para el derroche.
La segunda parte produjo un cambio en el guion. El Celta supo superar el control de Osasuna y se quedó con el mando del encuentro. Sergio Herrera se metió de lleno en la historia del partido; primero, salvando un gol cantado a Carreira y, después, con una buena intervención ante Starfelt. No le debió hacer gracia a la hinchada local el protagonismo del meta, que es un tipo que ni tiembla ni cede al empuje rival, porque desde uno de los fondos le lanzaron algún objeto que obligó a detener el partido.
Osasuna había caído para entonces en la imprecisión y el Celta le contagió su incomodidad, de la que se había liberado. La agitación local llegó a su cúlmen con la entrada en liza de Aspas. Uno de sus primeros balones fue remitido a Borja Iglesias, que fue arrollado por Torró en su intento de interposición. El penalti lo marcó el ídolo local y el partido se dio por concluido. Osasuna no supo reaccionar –Budimir estuvo bien controlado por los defensas y sus compañeros no supieron cómo jugarle–, mandó su primer disparo a puerta en el minuto 92 y dejó en Vigo la imagen de un grupo de buenos chicos a los que les falta saber cómo dar más guerra.