No sé si lo que sufre Osasuna esta temporada guarda más relación con el miedo a perder o con el miedo a ganar. En ese dilema se han ido por el sumidero de la clasificación cerca de una veintena de puntos. Porque en estos doce empates hay más de lo segundo que de lo primero; más temor que descaro, más precaución que determinación, más complejos que carácter, más de ahorrar que de apostar, más inseguridad que autoestima, más de mediocridad que de gallardía, mucho más de conformismo que de ambición.

Y esto que está pasando es un mal asunto que nace de una raquítica interpretación de lo que es y debe ser Osasuna. Los responsables del club viven tan cómodos hablando siempre de la permanencia que así cierran las puertas a soñar (solo soñar, no ordenar) con cualquier otro objetivo por encima de los 42 puntos.

Así solo hacemos a Osasuna grande de boquilla y solo en actos realizados fuera del terreno de juego. Ocurre esto en una temporada en la que el acceso a Europa va a estar más cerca que nunca, disponiendo además de algunos futbolistas que están en uno de sus mejores momentos, con un delantero que va a hacer historia, con el mejor talento joven que ha salido de la cantera en los últimos años, con un lateral codiciado, con un extremo top, con jugadores, en fin, que en manos de otro entrenador habrían empatado menos y ganado más.

No se trata de poner sobre la mesa que la trayectoria del equipo es muy similar a la de los cinco cursos anteriores para rebatir las críticas; se trata de imaginar dónde y cómo estaría Osasuna si en lugar de acomodarse en el repliegue para aguantar el gol de ventaja, hubiera sostenido la estrategia y la producción atacante, como pasó ayer y en tantos finales de partido.

El carácter de Vicente Moreno

No encuentro una explicación que no pase por el carácter del entrenador para entender lo que sucede en esas segundas partes en las que el balón pasa a ser cosa de los otros, el campo propio terreno de todos y se deposita la confianza en un juego de contragolpe en el que no hay futbolistas con velocidad para superar un mano a mano con los defensas y al más rápido por banda se le somete a un desgaste que cada vez le pasa factura antes en forma de fatiga.

Habrá que racionalizar las carreras de Areso porque tanto sprint se convierte en ocasiones en un agujero en su zona que aprovecha el rival, en un desequilibrio de las líneas defensivas y, con los minutos, también en errores propios en la entrega del balón.

Habrá que trabajar otras circulaciones de balón y otros recursos y no cargar de trabajo a este chico que, ya se vio ayer, no tiene recambio. No sé, es todo como muy previsible en este Osasuna camaleónico que no juega dos partidos seguidos con la misma piel. A los aficionados les puedes decir una vez que el equipo no ha cerrado bien el partido y que hay cosas que mejorar (con mucha sensatez no se apela a la mala suerte). Ese discurso tiene caducidad. A Osasuna le cuesta mucho ganar un partido y los puntos gota a gota acaban provocando más insatisfacciones que alegrías. Es el miedo a ganar, que sigue instalado aquí e impide al equipo crecer.

Confidencial

Candidatura busca apoyos en la afición. Sigue el sondeo entre las fuerzas vivas del osasunismo para conocer el apoyo que tendría una candidatura que compitiera con Luis Sabalza por la presidencia del club. En este sentido, se han entablado contactos con representantes de un numeroso grupo de Graderío Sur para conocer cuál sería su posición.