Mejores imágenes del Valladolid-OsasunaDIARIO DE NOTICIAS
38Osasuna consiguió una gran victoria en Valladolid, porque hacerlo fuera de casa se ha convertido en un trabajo colosal para este equipo, y sentenció la cuestión de la permanencia, asunto que estaba al caer y que ha sido guardado en el cajón. El conjunto de Vicente Moreno va a lograr de sobra el objetivo principal de la temporada y, en este campeonato loco, se va a permitir el lujo increíble de hacer algunas cuentas para considerar colarse en la octava plaza, puesto que da la clasificación para Europa para el siguiente curso. Un delirio de curso por parte de los rojillos y de los otros implicados que han decidido que emoción es sinónimo de atasco, hasta el final. Será cuestión de llegar, de que den las fuerzas o creérselo.
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En el partido en Valladolid, el radar más corto muestra a un Osasuna que logró un importante triunfo en el campo del colista y en el que se complicó la vida en exceso para llevarse los puntos con un sufrimiento innecesario. El equipo pucelano nunca estuvo cerca de llevarse la victoria, porque voltear el marcador se le antojaba una misión imposible, pero sí soñó durante unos minutos que la diferencia exagerada que Osasuna había mostrado en el primer tiempo se podía enjugar con un poco más de actitud y, sobre todo, si seguían cayendo de su lado los errores. Los dos fallos defensivos del conjunto de Vicente Moreno en un margen de quince minutos tras la reanudación llegaron incluso a reanimar al colista, que se mostró muchos minutos como un equipo falto de ánimo, poco trabajado y sin fuelle cuando el partido le exigió piernas, pulmones y más argumentos que el empuje. Ímpetu que provocó un desorden que fue lo que más incomodó a Osasuna.
Pero lo principal para Osasuna es que no desaprovechó la oportunidad que se le brindaba con la visita al estadio del peor equipo de la Liga y que cumplió con la única exigencia: ganar. Todo lo que hubiese sido no llevarse los tres puntos ante el Valladolid habría sido un monumental fiasco, nada bueno para este final de curso en esta temporada de transición, pero en la que siempre son necesarias las buenas sensaciones, porque ayudan a la consolidación y al futuro.
Fue un encuentro dominado con amplitud y gallardía por Osasuna en la primera parte, con manotazos encima de la mesa a cargo de Budimir y Rubén García. El delantero estelar no necesita mucho para demostrar una categoría que jornada a jornada crece y con la que gana el reconocimiento. El croata marcó de cabeza tras cortar la zaga del Valladolid campando entre los centrales a la búsqueda de un centro magnífico de Rubén García.
El centrocampista fue el autor de la segunda diana del primer tiempo, en esta ocasión tras una gran acción coral del grupo, con intercambio de pases entre Areso y Oroz, y centro del primero para que llegara el gol a puerta vacía. Moncayola, en la acción en la que se lesionó a los dos minutos del inicio –fue relevado por Pablo Ibáñez, que como siempre cumplió de sobra–, y Budimir de nuevo, esta vez tras recibir de un entonado Abel Bretones al filo del descanso, estuvieron a punto de colocar el marcador en un racimo de goles en el primer acto.
El Valladolid vivió su resurrección en el segundo tiempo. De ser un equipo con miedo y sin alma, pasó a reconstituirse y animarse. Los dos cambios en el descanso le sentaron bien –hubo dos delanteros para combatir la defensa de cinco de los rojillos–, pero sobre todo le reanimaron los errores de Osasuna, base sobre la que se cimentó su reacción. Raúl Moro le soltó las tuercas a Boyomo en una carrera desde el centro campo que acabó en gol. Los fantasmas aparecieron entonces por el banquillo de Osasuna. Hasta la siguiente circunstancia defensiva en contra, los rojillos lograron meter tierra de por medio con el tercer tanto, firmado por Budimir de penalti. A Latasa, un delantero rudimentario y que propicia al alboroto, le dio por tumbar a Catena en el otro área. Un regalo y un respiro.
El Valladolid se metió en el partido con otro gol de penalti, marcado por Sylla, pero no pasó de eso, de sentirse cercano en el marcador, vivo en una Liga en la que está finiquitado. El conjunto pucelano se aprovechó entonces de la concesión de metros que permitió Osasuna –esta mala costumbre de equipo timorato y precavido–, pero no le dio ni el cuerpo ni la ciencia para proponer nada peligroso más allá de algunos centros y tiros blandos. Se trataba de que el tiempo pasara y Rubén Peña –relevo de Areso en el tramo final– dio una lección de lo que es quedarse la pelota y que no sucediera nada durante varios minutos del descuento. Osasuna no permitió esta vez que la ventaja se le escapara. Y ahora se pone a pensar en otras cosas.
Ficha técnica:
2 - Real Valladolid: Ferreira; Candela, Javi Sánchez, Aidoo, Henrique (Aznou, m.63); Juric; Machis (Iván Sánchez, m.46), Grillitsch (Sylla, m.46), Chuki (Mario Martín, m.63), Moro; Latasa (Marcos André, m.85).
3 - Osasuna: Sergio Herrera; Areso (Rubén Peña, m.86), Boyomo, Catena, Jorge Herrando, Abel Bretones; Moncayola (Ibáñez, m.5; Iker Muñoz, m.86), Torró, Aimar Oroz; Ruben García (Moi Gómez, m.73), Ante Budimir.
Goles: 0-1, M.9: Budimir. 0-2, M.34: Rubén García. 1-2, M.49: Raúl Moro. 1-3, M.60: Budimir, de penalti. 2-3, M.65: Sylla, de penalti.
Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó al local Javi Sánchez (m.79) y al visitante Aimar Oroz (m.90).
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima segunda jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio José Zorrilla ante 12.230 espectadores
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