El Rayo Vallecano anunció por la mañana que el entrenamiento del día se trasladaba a la Ciudad Deportiva de Las Rozas y que se mantenía la rutina de que la sesión se desarrollaría a puerta cerrada. Íñigo Pérez, el entrenador pamplonés del Rayo, ha decidido que todos los entrenamientos de la semana se desarrollen a cal y canto, sin ojos de medios de comunicación y aficionados. El exjugador de Osasuna le gusta la tranquilidad para preparar los partidos y quizás quiera un poco más cuando va a tener el domingo una cita especial contra su último equipo profesional.

Lo de entrenarse lejos de su ciudad deportiva es otra cosa y tiene que ver con un problema mayor. El conjunto madrileño lleva desde el 12 de agosto sin poder entrenar en el campo 5 de su Ciudad Deportiva. El asunto no es pequeño porque el campo se encuentra dañado como consecuencia de un hongo que ha afectado el césped. Todo ello se tradujo en que buena parte de la carga de trabajo se trasladó al estadio de Vallecas, que ha tenido como consecuencia principal que, por ejemplo, en el encuentro de Liga contra el Barcelona el terreno de juego mostró algunas zonas perjudicadas, y eso que acaba de iniciarse el curso futbolístico.

La recuperación del césped de la Ciudad Deportiva debería estar listo antes de que finalice el mes pero, mientras, Íñigo Pérez y sus jugadores están en pleno proceso de peregrinación de unas instalaciones a otras, cosa que no es la primera vez que sucede al Rayo.

En lo estrictamente deportivo, Íñigo Pérez también espera la llegada de sus jugadores internacionales –en su caso, media docena de futbolistas– y ya viene trabajando durante varias sesiones con el último fichaje, el delantero procedente del Pachuca –antes en el Oviedo– Alemao.

La afición del Rayo, por otro lado, ha mostrado su rechazo a la directiva porque el club franjirrojo es uno de los pocos de la Liga que no se ha adherido al convenio para un precio unitario de los partidos fuera para los hinchas y, en el caso del partido en El Sadar, tendrán que pagar precios muy elevados, por encima del que rige el acuerdo de los otros equipos.