La contracrónica del Osasuna-Celta: Cuestión de tamaño
La práctica arriesgada de los rojillos, riesgo que llegaba de regresar siempre sin premio de los partidos fuera, se muestra en toda su expresión en la primera derrota como local de la temporada
Contó Braulio Vázquez esta semana que se había quedado la plantilla de Osasuna demasiado corta. Por número, la verdad, así lo parece, pero analizando el contexto del equipo, entra la duda de si realmente hacen faltan más jugadores cuando tampoco es que el entrenador rojillo, Alessio Lisci, esté haciendo partícipes a los que ya tiene. Otra vez no hubo cambios hasta el minuto 70 y, aunque contra el Celta de Vigo sí que agotó los cambios, los últimos fueron sobre la misma bocina con cierta desesperación a ver si había suerte y sonaba la flauta, ya que realmente no había tiempo para que tuvieran impacto real en el juego. Dice el refranero que vale más calidad que cantidad, así que habrá que ver si con las nuevas incorporaciones anunciadas realmente hay un cambio en las decisiones de Lisci o si sigue todo igual.
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A Osasuna otra vez el partido se le hizo largo. No es la primera vez y ojalá fuese la última, pero los errores en los minutos finales de partido se empiezan a acumular. Los encuentros, y más con los intervencionistas que son los entrenadores hoy en día, tienen muchas fases como para estar 70 minutos con los mismos jugadores en el campo.
Dirá Lisci, y con razón, que el encuentro estaba totalmente de cara para el equipo rojillo. Solo una obra de arte de Jutglà había puesto cuesta arriba la victoria, pero Budimir, en su mejor versión, le dio la vuelta rápidamente con dos goles, uno de ellos de penalti.
Los vigueses reaccionaron y fueron cambiando piezas poco a poco, y las grietas en Osasuna aparecieron en forma de errores defensivos. Uno, encadenado, en el empate, y otro en el tercer y definitivo tanto. Para entonces, Osasuna había realizado tres sustituciones y dos habían sido pocos minutos antes. También había marrado un penalti Budimir a lo panenka, pero en un partido en el que marca dos goles, poco se le puede reprochar, más allá de que con su autoexigencia, ya lo va a hacer él mismo.
Dura derrota en casa
Así pues, la duda para el próximo mercado (o antes, que nunca se sabe) es clara: ¿Necesita Osasuna más jugadores o lo que hace falta es que Alessio Lisci saque más partido de los que tiene?
