En 1965 - La avenida de Pío XII, más conocida entonces como carretera de Estella, era una de las principales vías de salida de la ciudad. A la altura de su cruce con Monasterio de Urdax, Pío XII alternaba la existencia de algún colegio con la presencia de fábricas y talleres, casitas unifamiliares y algún bloque de viviendas proletarias de 4 o 5 alturas. Todos ellos, casas, bloques, fábricas y colegio estaban ya envejecidos y en franco declive, y se adivinaba que la expansión de Pamplona por este frente, muga entre los proyectados barrios de Iturrama y San Juan, estaba destinada a terminar con todos ellos en poco tiempo.
Vemos hacia la izquierda el arranque de Monasterio de Urdax, proveniente de la Vuelta del Castillo, que continuaba hacia la derecha, fuera ya de plano y flanqueado de casitas con huerta, hasta interrumpirse delante de la fachada del campo de fútbol de San Juan. Por la calle se acercan tres solitarios vehículos, un Seat 600, un Renault Dauphine y un camión de la marca Pegaso.
Hoy en día - La zona ha sido transformada completa y profundamente. Como era de esperar, desaparecieron las casitas unifamiliares y los viejos bloques de viviendas, al igual que alguna que otra fábrica como la de Calzados Lampreabe. Desapareció también el cercano colegio de La Salle, e incluso el convento de las Carmelitas Misioneras, cuya cúpula veíamos asomar en la foto antigua, en el cruce con la actual avenida de Sancho el Fuerte, y que sería demolido tan solo doce años después, en 1977.
En otro orden de cosas, tenemos serias dudas de que el papa conocido como Pío XII (Eugenio Pacelli, 1876-1958), se mereciera que Pamplona pusiera su nombre una de sus grandes avenidas. Durante sus 19 años de pontificado, Pío XII firmó concordatos con la Alemania de Hitler, y con motivo de la guerra civil de 1936-1939 se posicionó a favor de los fascistas, y dijo recibir la noticia del Glorioso Alzamiento con “inmenso gozo”. A esto, amigo Eugenio, se le llama memoria histórica...