pamplona - Una batalla decisiva y tres grandes estrategas; Cayo Terencio Varrón, Lucio Emilio Paulo y Aníbal Barca. El Imperio romano contra la indómita Cartago en una lucha sin cuartel por alcanzar la gloria. La batalla de Cannas está en pleno apogeo y Anibal, padre de la estrategia militar, se prepara para ejecutar su obra maestra. Sin embargo, el azar juega una mala pasada y trunca la suerte de los cartagineses que, contra todo pronóstico, no están en medio de una llanura yerma y cubierta de sangre, sino encima de una mesa del bar Don Bosco, en la calle Leyre. Tampoco es 2 de agosto del año 216 aC, sino una apacible tarde de jueves.
“Se trata de un juego de simulación histórica en los que se recrean batallas históricas en base a un reglamento específico para cada época”, explica Iñaki Iraizoz, del Club de Simulación Histórica de Navarra. Delante de él, el tablero, imitando una basta llanura despoblada de césped, y los soldados, de plomo y caracterizados para que sean lo más realistas posible. “Intentamos que las recreaciones de las batallas también sean lo más reales posibles”, apunta Iraizoz. Por eso mismo, se basan en un reglamento que, además de establecer las reglas del juego, también estipula las características y composición que deben cumplir los ejércitos. “Por ejemplo, en el caso del ejército medieval francés, muchos de los soldados iban a caballo. Por lo que se establece un máximo y un mínimo de figuras de cada tipo para que la recreación sea tan real como sea posible y para que el ejército tenga el carácter e importancia que tuvo en su día”, ilustra Iñaki Iraizoz.
Además, este sistema asegura el equilibrio entre las fuerzas de los diferentes ejércitos y posibilita un juego en igualdad de condiciones. “Esto hace posible que haya una batalla entre el ejército romano, plagado de legionarios, y el de Aníbal, con elefantes. El sistema de puntuación especifica cuantos puntos vale y qué movimientos puede hacer cada figura para que el combate sea equilibrado”, explica este aficionado a la recreación de batallas históricas. Asimismo, y con el objetivo de lograr el mayor realismo posible, también entran en juego otros factores como el terreno, porque “no es lo mismo una llanura, que una colina o una playa” o el azar. “Jugamos con dados para recrear el azar de la vida real y que inevitablemente estaba presente en una batalla. Porque las guerras no son una ciencia exacta, hay azar por lo que, en ocasiones y aunque pareciese que un ejército tenía todas las condiciones necesarias para ganar la batalla, perdían”, resume Iraizoz, recalcando la intención del juego de “que las recreaciones sean lo más realistas posibles”.
torneo príncipe de viana Este año, por primera vez, se celebró el Torneo Príncipe de Viana de simulación histórica. El certamen tuvo lugar los días 11 y 12 de este mes y participaron 26 personas, entre los que se encontraba el actual campeón del mundo: Rafael Tortosa. “Vinieron cuatro ingleses, ocho franceses, dos chicos de Alicante... y también vino gente de Cataluña, Zaragoza, Barakaldo y San Sebastián. Ya que, gracias a los reglamentos, podemos jugar con personas de cualquier parte del mundo, siempre y cuando, usen el mismo reglamento que nosotros”, explica Iraizoz, organizador del Torneo, que estuvo regido por el reglamento francés Arte de la Guerra y durante el cual se recrearon batallas de la Edad Media. “Desde la época bíblica a la aparición de la pólvora”, apostilla Iraizoz que comenzó a interesarse por la simulación histórica a la edad de 13 años.
Sin embargo, este torneo no es el único que tiene lugar en Navarra, una comunidad que “para su tamaño, tiene muchos adeptos” a las recreaciones históricas. “En Estella todos los años hay un torneo, muy consolidado, que se celebra el último fin de semana de octubre”, explica. Además, en la Comunidad Foral también hay más clubes de aficionados a la simulación histórica. Concretamente en Pamplona, Tafalla y Alsasua.
“Nosotros nos reunimos todos los jueves a partir de las 16 horas en el Bar Don Bosco, de la calle Leyre. Comienzas con una partida y luego solemos cenar o echar unas cañas”, explica el organizador del Torneo Príncipe de Viana. Y es que, el componente social de estas reuniones es un factor muy importante. “No es lo mismo que jugar en casa con un ordenador, aquí siempre juegas con otra persona”, apostilla este wargamer, que se inició en el mundillo hace más de 36 años con una serie de juegos de mesa “tipo Risk” coleccionables.