Las primeras medidas del tripartito obligaron a Ibarrola a su última rectificación como alcaldesa

Las primeras medidas que iba a adoptar el nuevo equipo de Gobierno en cuanto se materializara la moción de censura obligaron a Cristina Ibarrola a una nueva rectificación y se vio forzada a celebrar una pleno de urgencia solo media hora antes de perder la Alcaldía de Pamplona.

Tras conocer que el tripartito pensaba celebrar un Pleno este jueves por la tarde para aprobar los asuntos que UPN dejó pendientes –entre ellos la actualización de la contribución urbana y una subvención nominativa para la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT)– la todavía alcaldesa convocó a los grupos municipales a un pleno extraordinario a las 11.30 horas.

Dicha sesión debería haberse celebrado el 14 de diciembre, pero la alcaldesa decidió suspenderla de forma unilateral como respuesta a la presentación de la moción de censura que se conoció un día antes. El argumento que dio Ibarrola es que los grupos de la oposición habían retirado sus iniciativas y que no tenía sentido celebrar el Pleno, en el que además debía tomar posesión el quinto concejal socialista, Tomás Rodríguez, en sustitución de Elma Saiz que dejó el puesto tras ser elegida ministra por Pedro Sánchez.

Pese a ser advertida varias veces de las consecuencias que podía tener la suspensión de dicho Pleno, que en el caso de la contribución urbana ascendía a 250.000 euros, la alcaldesa se negó a convocarlo y manifestó que sería una responsabilidad del futuro equipo municipal.

Su punto de vista cambió tras conocer por este periódico que la primera medida del tripartito iba a consistir en celebrar un pleno tras la toma de posesión de Asiron para aprobar los dos asuntos mencionados, sobre todo en lo referente a la ayuda pendiente para la FVT, como ella misma se ha encargado de confirmar.

En este contexto, el Ayuntamiento informó a las 11.20 horas de la celebración de una sesión extraordinaria en el salón donde 40 minutos después iba a tener lugar la histórica moción de censura.

Ha sido su último acto oficial como alcaldesa y su cara era un poema. La urgencia de la sesión ha sido defendida por la concejala de UPN María Caballero, quien ha sostenido que a estos temas “hay que darles el curso final”.

Se trata, ha dicho, de poner fin a la tramitación de dos expedientes que estaban en curso. “Quedaba solo la aprobación definitiva del impuesto de contribución territorial y una subvención a la Fundación de Víctimas del Terrorismo”, ha explicado Caballero.

Las sorpresas no acabaron ahí y para que la situación resultara todavía más kafkiana UPN ha votado en contra de su propia propuesta sobre la actualización del impuesto de la contribución urbana.

En un pleno sin intervenciones, la modificación de la ordenanza ha sido aprobada con 15 votos a favor (EH Bildu, PSN , Geroa Bai y Contigo-Zurekin), frente 11 abstenciones (UPN y PP), mientras que la subvención nominativa a la Fundación de Víctimas del Terrorismo ha salido adelante por unanimidad.

Además en este último pleno se ha conocido la renuncia de los socialistas Tomás Rodríguez y María José Blasco a tomar posesión del acta de concejal en sustitución de Elma Saiz.

La sesión ha concluido comunicando al pleno la renuncia a tomar posesión del cargo de los dos integrantes de la lista socialista por lo que hasta que Miguel Matellanes asuma el cargo de concejal, el grupo socialista cuenta con cuatro de sus cinco representantes.