Uno de los ascensores urbanos de la calle Descalzos, que une el barrio de Rochapea con el Casco Antiguo de Pamplona, se ha cerrado esta semana al público para realizar labores de reparación. El objetivo es que los trabajos concluyan este viernes, de forma que pueda estar operativo de cara al fin de semana. No obstante, la apertura dependerá del suministro de las piezas necesarias. En cualquier caso, el otro ascensor permanece operativo con normalidad.

Los trabajos se centran en la sustitución de una de las guías del elevador, que se había doblado impidiendo que la plataforma avanzase. Operarios municipales tienen previsto remplazar una pieza de cinco metros de longitud. Una vez realizada la reparación, el ascensor volverá a abrirse al público.

Tras esta intervención, una vez certificado el corrector funcionamiento de ese ascensor, se procederá a cerrar el otro, para sustituir las sirgas de arrastre, si bien esta operación todavía no tiene fecha de inicio. 

Estos elevadores, inaugurados en 2008, son los que más viajes soportan al final del año. El ascensor salva un desnivel de 50 metros, alcanzando una velocidad de un metro por segundo, por lo que el trayecto dura aproximadamente un minuto. La capacidad de cada elevador es de 1.500 kg de peso máximo, con lo que en cada viaje pueden subir o bajar entre 15 y 20 personas.