El concejal de Geroa Bai concede la primera entrevista tras anunciar el lunes que se va del Ayuntamiento, en la que ofrece algunas reflexiones sobre su vida personal y profesional. La cita es cerca de su casa, en el barrio de Iturrama, unas pocas horas después de asistir a su último Pleno donde renunció de forma oficial a su cargo, una decisión que en la práctica supone decir adiós a la política activa donde ha sido una figura clave en los últimos años.

No se quejará de la despedida que tuvo el jueves por la noche en el Pleno.

La verdad es que no había pensado en ningún tipo de despedida, ni siquiera casi hoy ha pensado en despedirme, pero ya que Joseba Asiron tuvo la diferencia de darme el turno de palabra al finalizar el Pleno, algo que le agradezco de verdad, fue emocionante. Ya sabes que cada uno maneja las emociones como puede y a mí me salió del corazón pedir perdón y dar las gracias a todos, mezclado con un poco de humor, porque así es como manejo determinadas emociones. Fue muy bonito, la verdad.

Fueron casi 7 horas de sesión, lo que todavía le da más valor a los aplausos y palabras de reconocimiento que recibió de todos los portavoces.

Fue increíble, un pleno de esos interminables y como dije un pleno muy largo y un año de legislatura municipal muy intenso. He dado la vara de la Alcaldía a dos personas en un año, pues imagínate si hubiera seguido seis meses más lo que podía haber pasado (sonríe).

¿Se ve ya como un jubilado?

No y es una de las cosas que tengo ahí abiertas. En casa me dicen que vaya pensando qué voy a hacer y este mes me voy a dedicar a eso, a pensar en qué voy a hacer. Me han ofrecido alguna cosa, para un rollo administrativo en una ONG muy concreta, pero no estoy yo para estar de administrativo en ningún sitio. Soy más de pie de calle, de campo de batalla

Si no jubilado, al menos pensionista.

Pensionista ya era, porque estoy cobrando una pensión, pero yo quiero morir con las botas puestas, es decir, trabajando y disfrutando de la vida hasta el final.

Le habrá resultado algo raro levantarse esta mañana y no tener que ejercer como cargo público, aunque creo que tiene algún compromiso pendiente todavía.

Sí, pero los cargos políticos son algo en lo que se está temporalmente. Me he dedicado a la política desde que tenía 18 años, con el franquismo más oscuro y negro, cuando todos los partidos eran ilegales. De hecho estuve en la cárcel por pertenecer a un partido ilegal y he estado siempre en la política. Para mí respirar es hacer política y es verdad que a lo largo de esta dilatada vida que tengo he estado 9 años dedicados profesionalmente a la política, pero sí voy a seguir en la política, aunque no tenga un cargo concreto.

¿Cómo de normal va a ser su primer día después del adiós al Ayuntamiento?

Un día de lo más normal. Me he levantado pronto. Tenía esta entrevista, luego tengo una reunión de Comiruña y a la tarde presento una película del ciclo Cinemaldia. Como un día cualquiera.

A partir del lunes es previsible que se reduzcan un poco sus obligaciones.

Seguramente sí y eso me provoca cierto vértigo, lo reconozco. Tengo que pensar qué hacer con mi vida, cómo llenar esas 24 horas del día. Voy a aprender a cocinar, que es algo que nunca he sabido, porque tengo ganas de sorprenderle algún día a mi pareja y que cuando llegue a casa tenga todo el menú hecho.

A ver cómo lleva eso de pasar mucho tiempo en casa. Hay unos que lo llevan bien y otros que no tanto.

Ya veremos, pero pienso que la jubilación es una puerta abierta al campo, una puerta abierta al mundo.

¿Cómo se encuentra? Se lo pregunto porque muchas personas se han preocupado al conocer su renuncia por motivos personales.

Sí que han venido muchas personas a hablarme y había gente que me miraban como si estuviera a punto de morir. Ya ves que tengo una pinta muy sana y estoy muy bien, la verdad.

¿Físicamente se encuentra bien?

Sí. La única cosa es que me canso mucho por este cáncer que tengo y por el tratamiento que me han puesto. Se suman las dos cosas, ya que el tratamiento me provoca cierta fatiga, pero mientras estoy en activo haciendo cosas me siento de maravilla. Otra cosa es luego cuando veo el sofá y no es que me siente es que me hundo en él.

¿Cuando supo que había llegado el momento de dejarlo definitivamente?

Cuando el urólogo me dijo que había que ponerme un tratamiento y me avisó de qué tipo de tratamiento era y de los efectos secundarios que provocaba. Empecé a notar esos efectos secundarios y tomé la decisión, si no hubiera seguido hasta el final de la legislatura.

¿Le costó aceptarlo?

No, quizás por mi profesión de médico. Uno es médico hasta el final y soy muy consciente de la vulnerabilidad humana, sé que estamos aquí de paso y lo tengo muy asumido.

Seguro que ha tenido muchas llamadas desde que anunció su renuncia, algunas de amigos y otras que no esperaba.

Estoy agradecido a la gente que se ha preocupado por mí, a las personas que desde que han sabido que dejaba la concejalía han pensado que estaba en una situación mala, no sé si en una situación casi terminal y me han mostrado su preocupación. Pero estoy vivo, como se dice ‘vivito y coleando’, y con muchas ganas de vivir además. Cuando digo muchas ganas de vivir me refiero a muchas ganas de leer, muchas ganas de ver más cine, que es algo a lo que nunca he renunciado, de escuchar más música de aprender, de disfrutar.

Dijo que liderar la lista de Pamplona había sido su último servicio. ¿Incluye también a Geroa Bai?

No, en absoluto. Si he estado militando desde los 18 años ahora que tengo unos pocos más cómo me voy a apartar. Geroa Bai es un proyecto, es una realidad en la que creo a pies juntillas. Sé que es muy complicado defender nuestro proyecto en un momento en el que en el Estado y también en Navarra todo está muy polarizado. Parece que Navarra es Madrid, la gente sabe más de Ayuso que de Chivite, sabe más de Alvise que de Pablo Azcona y eso me entristece. Me da mucha pena porque de alguna manera estamos perdiendo parte de nuestra identidad y parte de nuestra lucha política y de nuestro ser navarros y navarras.

Ya que no tiene responsabilidades políticas de ninguna clase, es posible que se haya guardado algo que ahora quiera decir.

Siendo un militante leal a los principios de Geroa Bai sí que he sido un verso libre. Siempre he dicho lo que pensaba. Es reconfortante ver que puedes generar ciertos shock cuando dices lo que piensas, porque los partidos no son religiones, no son sectas, y no todas las opiniones están prefijadas de antemano.

Parlamento foral, Senado o Ayuntamiento de Pamplona, ¿con qué se queda?

Cada uno tiene su cosa. Yo dejé un día la Unidad de Cuidados Intensivos y al día siguiente empecé en el Parlamento; fue un cambio radical en mi vida y fue francamente apasionante defender como portavoz parlamentario al gobierno de Uxue Barkos. Cuando llegué al Senado no conocía a nadie, solo a los que salían en los telediarios, pero con el tiempo hice muy buenas amistades, muy buenos, amigos y amigas e incluso de algún grupo de la extrema derecha con el que sigo manteniendo cierta relación. Mi etapa en el Ayuntamiento ha sido menos intensa porque ha durado un año y mientras que las otras duraron cuatro, pero me ha permitido notar la cercanía de los vecinos que venían a decirme esto o lo otro. Las tres etapas ha sido muy bonitas, cada una con lo suyo.

¿Cuánto de cerca se vio de la Alcaldía cuando el PSN amagó con darle los votos a usted para evitar que lo fuera Cristina Ibarrola?

En ningún momento. Lo que sí hice al ver que el Partido Socialista no iba a votar a Joseba Asiron, que era el candidato de la lista progresista más votada, fue decir que había que hacer lo que fuera para sacar un alcalde progresista. Hubo un momento en el que Elma Saiz, delante de Txema Mauleón, me dijo que me iban a votar y yo le dije pues Elma no lo hagáis porque yo no me voy a votar a mí, yo voy a votar como dijimos al que encabeza la lista progresista.

Recordará lo mal que se lo tomaron algunos solo con plantearse tal posibilidad.

Si, me acuerdo. Me llegaron a acusar de querer el cargo para mí, cuando lo único que dije es que quería un alcalde progresista en una ciudad que mayoritariamente había votado por estas formaciones. Creo que uno de los males que hay en nuestra sociedad es el sectarismo de los que dicen o yo o el caos.

Aseguran que usted resultó fundamental en la moción de censura, aunque en realidad lo importante fue el acuerdo entre EH Bildu y PSN, donde Geroa Bai tuvo poco que ver.

Sí, pero sin los dos votos de Geroa Bai la moción de censura habría sido imposible. Quiero recalcar y subrayar la importancia de los grupos pequeños, porque si Geroa Bai no hubiera estado ahí Joseba Asiron no habría sido alcalde a pesar del acuerdo Bildu-PSN.

¿Cree que el paso dado por los socialistas en la moción de censura en Pamplona tendrá marcha atrás?

No.

¿Cómo funciona el gobierno municipal 10 meses después del relevo en la Alcaldía?

Diría que el equipo de gobierno está muy unido, está muy cohesionado y además contamos con el apoyo casi siempre del Partido Socialista.

¿Cómo han sido sus relaciones con el alcalde?

Periódicamente nos reuníamos y analizábamos un poco las cosas. Bien, pero he echado en falta algunas cosas y así se lo hecho saber. Por ejemplo, que fueran incapaces de votar afirmativamente una declaración que presentó UPN en el aniversario del asesinato de Tomás Caballero. Me resulta inconcebible que 26 años después sean incapaces de votar la condena de aquel asesino, reconociendo los pasos dados, pero me resulta inconcebible. También quiero señalar el silencio atronador de Joseba Asiron en lo referente al monumento a los Caídos. Tiene que definirse claramente sobre cuál es su proyecto, no vale con decir que haremos una participación popular o un referéndum o lo que sea. También me da pena el silencio atronador de Asiron respecto al tren de altas prestaciones. Hemos visto a la alcaldesa de Vitoria y al de Donostia defendiendo las que consideran su mejor opción, pero Joseba Asiron no ha dicho ni mu y esto para mí es terrible, porque es muy importante para Navarra.

¿Usted que haría con el monumento a los Caídos?

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El monumento es un insulto y no puede seguir así, pero todo el debate que gira alrededor de los Caídos en este momento es tan emocional, es tan pasional. Si dices que por ejemplo no estás por el derribo hay algunas asociaciones ya que te tratan casi de facha o de no entender el dolor de las víctimas. Para intervenir ahí sería necesario un acuerdo previo de los partidos para modificar la legislación foral y estatal. Qué mas da mi opinión si somos incapaces de ponernos de acuerdo en lo necesario. Si tengo claro, por ejemplo, que las pinturas que están ahí son un una exaltación franquista inadmisible. Igual deberían preservarse en algún sitio para enseñar cómo determinadas ideologías, de extrema derecha en este caso, pueden dañar a una sociedad.

¿Qué le ha dado más pena dejar a medias?

Pues seguramente el Centro de Interpretación de la pelota, que es un proyecto muy ilusionante.

Y con los toros en San Fermín. ¿Les pone plazo de caducidad?

Hay una ley aprobada sobre los derechos de los animales, aunque yo no creo que los animales tengan derechos porque tener un derecho implica tener un deber. Lo que sí creo es que las personas tenemos deberes para con los animales y estoy convencido de que las corridas con muerte antes o después desaparecerán en Europa. Estoy convencido de que eso va a ocurrir y por eso decía que más nos vale empezar a pensar sobre ese tema porque eso llegará.