El Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra han alcanzado un nuevo acuerdo que permitirá habilitar el segundo edificio colaborativo para personas mayores en la ciudad en menos de un año. VEA LOS PLANOS DE LAS VIVIENDAS
Tras el convenio firmado en febrero para la construcción de 25 viviendas de alojamiento colaborativo en una parcela en Alemanes, ahora llega este otro proyecto para 42 apartamentos en un terreno municipal de 4.076 metros cuadrados ubicado junto a las instalaciones deportivas de San Juan y los primeros chalés de Ermitagaña.
El expediente completo ha sido presentado este miércoles a los grupos municipales durante la reunión de la Gerencia de Urbanismo celebrada a media mañana.
Su aprobación corresponderá a la Junta de Gobierno Local, previsiblemente el próximo lunes, y supone el final de una larga travesía para las personas que hace diez años empezaron a plantear esta opción residencial para mayores de 60 años, que ya funciona con éxito en muchas otras ciudades.
El convenio establece que el Ayuntamiento cederá la parcela al Gobierno foral, quien a su vez otorga a Etxekonak Bat, una cooperativa sin fines lucrativos “comprometida con la promoción de alojamientos colaborativos para personas mayores”, un derecho de concesión por un plazo de 75 años.
La propuesta de Etxekonak Bat combina las necesarias condiciones de privacidad con los espacios comunes y colaborativos que forman parte de la identidad de este tipo de iniciativas.
De los 42 apartamentos que recoge el proyecto, 12 serán de dos dormitorios y 30 de uno. Propone la construcción de 5 bloques residenciales, unidos entre sí por núcleos de comunicación y áreas de estancia y apoyados sobre un basamento común de planta baja, que permiten mantener un carácter unitario para toda la actuación, sin perder la posibilidad de individualizar y personalizar estos elementos construidos.
Los cinco módulos, diferenciados ligeramente en color, tendrán comunicación horizontal en cada planta, evitando la imagen de una “residencia” grande y uniforme. El conjunto tendrá así el aspecto de pequeños edificios plurifamiliares, diferentes y enlazados entre sí por corredores acristalados.
La forma trapezoidal de la parcela, con su dirección dominante siguiendo un eje este-oeste, permite que la parte construida se apoye en los lindes norte y oeste, liberando el mayor espacio posible en el interior de la parcela, abierto al sur y al este.
Las 42 unidades residenciales combinan diferentes programas y se distribuyen en 3 niveles conjuntamente con los espacios comunes y áreas de relación pensados para un envejecimiento saludable y socialmente activo.
En conjunto, los espacios privativos ocupan 1.866 metros cuadrados útiles (el 50,6% de la superficie total del edificio cooperativo). Los espacios para actividades colaborativas ocupan 1.039,8 metros cuadrados útiles (el 28,2%) y las superficies de usos comunes y circulaciones ocupan 781,2 metros cuadrados (el 21,2%).
Área peatonal del Paseo 25 de noviembre
Se propone, en base a ello, un vestíbulo común al que se accede desde el área peatonal del Paseo 25 de noviembre accediendo desde él a todas las dependencias de planta baja en la que se ubican la mayoría de los servicios generales comunes, organizados para poder ser utilizados tanto por los miembros de la comunidad como por los visitantes externos, estableciendo una relación interior-exterior muy estrecha, y llegando, también, a los 2 núcleos de comunicación vertical que nos llevan a todas las dependencias de plantas superiores.
El edificio cuenta con una plaza/jardín, que incorpora nuevas especial arboladas autóctonas al jardín de la cooperativa, completando el mismo con césped sin mantenimiento, que necesita muy poco riego.
En el jardín se propone la ubicación de una amplia superficie de Huerta que podrá ser utilizada también por asociaciones del barrio, con fines sociales.
La baja escala de la edificación, que se fracciona para evitar construir un edificio demasiado “masivo”, el juego de las terrazas con las que cuentan todos los apartamentos, conjuntamente con las terrazas comunitarias y las cubiertas, su acabado exterior, en tonos naturales, la construcción de amplios porches que permiten la transición entre interior y exterior, así como la predominancia de áreas verdes, permite integrar la nueva edificación con su entorno.
Los apartamentos se sitúan, mayormente, en las plantas 1 y 2, aunque también se ubican cuatro apartamentos en planta baja, dejando esta planta baja y el espacio de cubierta y bajo-cubierta principalmente para actividades comunitarias, ambas plantas vinculadas a espacios abiertos: el jardín en planta baja y las terrazas descubiertas en áticos.
Todos los apartamentos tienen las dimensiones necesarias para poder desenvolverse en silla de ruedas por sus estancias. Y la posible personalización de las unidades residenciales se puede llevar a los propios ámbitos de acceso, ya que cada apartamento cuenta con un pequeño zaguán de entrada.
Las áreas de relación comunitaria son una parte muy importante de la propuesta y se generan tanto en las zonas comunes como en las propias unidades residenciales, estableciendo en todas ellas una estrecha relación entre espacios interiores y exteriores, tanto con los espacios de terrazas en planta de ático, con los jardines comunes en planta baja, contando la edificación con un gran porche continuo, como con las propias terrazas individuales con las que cuentan todos los apartamentos.
El proyecto plantea una edificación que facilite el contacto entre todas las socias, cuyos espacios sean accesibles, que no haya barreras, que los lugares comunes sean lugar de bienestar, y que todos ellos cuenten con luz natural, una buena acústica y una armonía adecuada de colores y materiales.
Financiación: 7,5 millones
El proyecto de construcción está valorado en 7,5 millones de euros. Una parte (2,2 millones) será financiada por los 54 socios, cada uno de los cuales deberá realizar una aportación inicial de 41.000 euros. El resto corresponderá a un préstamo bancario con un plazo de 30 años.
Además, la cooperativa se preocupa de fortalecerse financieramente para afrontar proyectos y contingencias futuras como son, fundamentalmente, las rehabilitaciones generales del edificio, así como la sustitución de instalaciones cuando corresponda. Por otra parte, está prevista una cuota periódica de “apoyo mutuo” de 35 euros mensuales por mes y persona para nutrir el fondo mutual, destinado a respaldar los costes de atención a la dependencia en aquellas socias con dificultades económicas.
Las aportaciones ordinarias de las personas socias tienen dos componentes. Por un lado, están los gastos corrientes, calculados en 112.488 euros, que se prorratean individualmente por socia. Y por el otro, el precio del servicio habitacional fijo en los 73 años (203.560 euros), que se imputa por apartamento, en proporción a su superficie. El precio del metro cuadrado anual es de 87,67 euros y hay apartamentos de 53 y de 61 metros cuadrados, por lo que el coste anual oscila entre 4.646 y 5.350 euros.
Las nuevas personas socias deben realizar una aportación de inscripción como socia (200 euros) y la aportación inicial de 41.000 euros para permitir el reembolso a la socia que ha causado baja. Asimismo, deberá hacerse cargo de la aportación extraordinaria mensual de 143 euros en el periodo que reste hasta la finalización del crédito bancario.
El acuerdo llega cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de la moción de censura que dio paso al gobierno progresista, lo que pone en evidencia las pocas simpatías que la iniciativa generó que los gobiernos de UPN que no hicieron nada por sacar adelante el proyecto, más centrados en la confrontación política que en otra cosa.