La realidad de una Pamplona “envejecida”, y que muestra desigualdades por barrios en lo que a edad de su población, nivel de vida y rentas se refiere, forman parte del Diagnóstico de la Situación de las Personas Mayores de Pamplona, que acaba de ser actualizado, como “punto de partida” para poner en marcha el I Plan de la Persona Mayor de Pamplona: “Se trata de una visión estratégica a la hora de diseñar políticas y que la voz de las personas mayores esté presente” en las decisiones futuras de la ciudad . La concejala delegada de Igualdad, Acción Comunitaria, Barrios, Participación Ciudadana y Euskera, Zaloa Basabe, anunció este lunes que este plan, que se presentará el 11 de febrero, se encuentra ya en fase de aportaciones, dirigida a los integrantes del Consejo, para “tratar de completar, mejorar y acercar lo más posible este diagnóstico a la realidad”, y que el Plan de la Persona Mayor esté listo para este otoño.
En Pamplona-Iruña, la media de la renta neta por persona mayor de 65 años es de 20.372 euros, cifra superior al total de la ciudad en las diferentes franjas de edad teniendo en cuenta el total de la población. Así, 15.308 euros de media es la renta en el caso de los menores de 65 años, y 16.380 euros de renta media neta es la del total de la población. Estos datos, sin embargo, fluctúan en cada barrio, “llegando a haber diferencias significativas entre estos”. Los mayores de 65 años que más renta tienen se registran en el Ensanche, con 30.404 euros de media, y le siguen Lezkairu, con 28.038 €; Ermitagaña-Mendebaldea, con 27.293 € e Iturrama, con 27.160 €. En el lado contrario, las rentas medias más bajas de los jubilados de Pamplona se encuentran en San Jorge-Sanduzelai, con 18.392 €, Buztintxuri-Euntzetxiki, con 18.803 € y Etxabakoitz, con 19.087 €.
Mientras la renta media es alta y supera los 20.000 euros, la tasa de riesgo de pobreza se sitúa en el 13,5, muy diferente entre hombres (9,5) y mujeres (16,3). El nivel educativo mayoritario, con el 37%, es el Bachiller Elemental- Graduado Escolar (EGB), seguido por Enseñanza Primaria Incompleta, con un 16,83%, y personas con estudios universitarios (diplomados, universidad arquitectura-ingeniería técnica, doctorado…), en torno al 20%. Asimismo, el diagnóstico indica que el barrio en el que más se ha incrementado el índice de vejez respecto a 2020, en un 7%, es Azpilagaña.
El documento recoge que el 25,3% de las personas mayores de 65 años viven solas, y en el 33,6%, son dos las personas que conviven. En cuanto a la diversidad, el 3,36% de la población mayor, 1.629 personas, es extranjera: un 52% procede de otros países de Europa, seguido de un 38% de América, un 6% de África y un 4% de Asia. Los países con mayor presencia son Bulgaria, Colombia y Ecuador.
El diagnóstico se basa en el análisis de normativas y documentos como el padrón, INE, Nastat y el Observatorio de la Realidad Social, con participación de las Redes de Mayores de los barrios, personal técnico de las Unidades de Barrio y otros perfiles representativos. El diagnóstico se ha centrado en el análisis de ocho parámetros: Espacios al aire libre y edificios, Transporte, Vivienda, Respeto e inclusión social, Participación social, Servicios sociales y salud, Empleo y voluntariado, Comunicación e información.
Patinetes y bicis, peligrosos en las aceras
Como puntos fuertes de los espacios al aire libre y edificios y transporte, destacan la mejora de la accesibilidad y la progresiva peatonalización de zonas, las alternativas como escaleras mecánicas, las zonas verdes y la oferta cultural. Las mejoras afectan a aceras en mal estado de conservación, problemas con la velocidad de bicis y patinetes, accesibilidad de algunos edificios y sensación de inseguridad en algunas zonas. En cuanto a vivienda, se destacan las subvenciones y mejoras realizadas en algunos edificios, y se constata la necesidad de incrementar la accesibilidad de algunos inmuebles.
En el área de respeto e inclusión social, destaca la implicación activa del vecindario, las redes asociativas de los barrios y la participación de las personas mayores. Como áreas de mejora, se sugieren campañas de sensibilización sobre el respeto a los mayores, programas de convivencia intergeneracional o charlas de Policía Municipal en centros de mayores.
La soledad no deseada
Para la participación social, los datos muestran un crecimiento de las actividades culturales gratuitas y las redes de mayores, buen nivel de participación de los mayores, y adaptación de las instalaciones municipales. Como mejora, se indican la coordinación entre diferentes servicios y la corrección de barreras arquitectónicas, además de proponer un plan de detección de personas en soledad no deseada.
La percepción del Servicio de Asistencia a Domicilio es positiva, así como la disponibilidad de ayudas, la cercanía de los servicios sociales y los proyectos innovadores de salud. Los aspectos a mejorar en este ámbito son las listas de espera, las dificultades que implica la burocracia y la digitalización, y la alta rotación de profesionales. Lo más destacado en empleo y voluntariado es el incremento del voluntariado en algunos barrios y la oferta de asociaciones con las que realizar voluntariado. Para mejorar, se propone crear un banco de tiempo, por ejemplo.
Por último, en el área de comunicación, el diagnóstico valora el uso de medios y pantallas para difundir información, pero demanda que sea accesible para personas con dificultades de comprensión y se propone crear una figura o una oficina de referencia, y un móvil para consultas.