El largo litigio en torno a la propiedad de la licencia de bar del Café Roch, en la calle Comedias de Pamplona, parece no tener fin. Víctor Armiño Nuin, quien fuera arrendatario desde 1984 y hasta 2022 del establecimiento y obtuvo la licencia de actividad del Ayuntamiento en 1988, señaló a este periódico que su idea es acudir a la instancia que haga falta, el Supremo en este caso, para recurrir la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, en la que la Sala concluye que la licencia del negocio hostelero no es suya, como en primera instancia sí le había reconocido el Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 2, sino de la familia propietaria del establecimiento centenario, que en 2022 decidió desahuciar a los arrendatarios.

Como se advierte en la sentencia, contra el fallo solo cabe ahora recurso de casación, es decir, demostrar que la Sala del TSJN ha aplicado o interpretado de forma incorrecta la ley o el cumplimiento de las normas procesales. Se trata de un recurso de carácter extraordinario que no entra en el fondo de a quién pertenece la licencia de actividad. Si el tribunal no percibe supuestos de interés casacional, ni siquiera estimará el recurso y la sentencia será firme, estableciendo una nueva jurisprudencia a la hora de abordar la titularidad de las licencias de hostelería en el Casco Viejo de Pamplona, que, como se sabe, es zona saturada de bares, por lo que no se dan nuevas.

Hasta ahora, como así lo recogían tribunales como el Administrativo (TAN), el criterio era que las licencias de actividad se vinculaban a la persona que recibió la misma, el hostelero, mientras que ahora el TSJN las vincula al local donde se ubica.