Aterrizó en la capital navarra desde San Martín –Buenos Aires– un seis de julio por San Fermín. Se asomó al blanco y rojo de unas fiestas “que me preguntaba cuándo se iban a acabar. Porque no terminaban nunca”. La ciudad le enganchó y diez años después aquí sigue.
Facundo Romero echa cuentas y a ojo le salen más de 200 alumnos a los que ha dado clases de guitarra. Un argentino domina en Internet el dominio Guitarra Pamplona y enseña a todo tipo de gentes técnica, acordes o punteos. En acústica, eléctrica o española. “Es mi vocación y la paso bien. Me divierto y disfruto cuando la gente empieza a tocar. Tanto los jóvenes, con ese entusiasmo con el que vienen, como la gente grande, que igual se está por jubilar y quieren cumplir un sueño que tenían pendiente. Eso me gratifica sobremanera”, explica Romero, de 40 años.
Facundo se crió con guitarras. Su padre la tocaba y sus hermanos también. “Siempre me dio curiosidad. Al principio era un pasatiempo, hasta que a los 15 años empecé a tocar en una banda y encontré una responsabilidad en la práctica del instrumento”, explica. Su trayectoria como guitarrista en Pamplona comenzó como músico callejero en la Plaza del Castillo. “La gente me recibió muy bien. Al mismo tiempo me puse con los trámites para poder trabajar aquí”.
En 2017, con los papeles en regla, empezó a dar clases particulares de guitarra y a trabajar en paralelo para diferentes academias de Pamplona. Llegaron también las extraescolares en colegios como Teresianas, San Juan de la Cadena, Jesuitas o Doña Mayor.
Y mientras tanto “estuve trabajando de un montón de cosas. Manejando una furgoneta, trabajando en bares... tratando de llenar el hueco como para sobrevivir, compaginándolo siempre con las clases de guitarra”, recuerda. Además, trabajó dos años dando clases para jubilados en Civivox Condestable “tocando rancheras, clavelitos y cosas divertidas. Y este año vuelvo a trabajar para el Ayuntamiento en Civivox Ensanche con dos grupos de 15 alumnos, uno de iniciación y otro avanzado”, detalla.
Hace más o menos cinco años, Facundo se lanzó definitivamente a la enseñanza como profesor particular. “Empecé a tener alumnos que eran conocidos de conocidos y se fue corriendo la voz. Estoy muy contento con las reseñas tanto en mi página web como en Google, que son muy positivas, pero la mayor parte de los alumnos los tengo por recomendaciones de antiguos alumnos o alumnos actuales. Y eso me hace ilusión, porque incluso algunos que por la situación que fuera no pudieron seguir con las clases, me siguen recomendando”.
Para todo el mundo
Este profesor destaca que no hacen falta conocimientos musicales previos o una habilidad especial, ni existen barreras de edad para lanzarse a tocar. “Hay mucha gente que me llama y me dice: ‘Tengo 60 años, ¿puedo aprender a tocar la guitarra?’ Y la respuesta siempre es un sí. Hay gente que tiene más o menos facilidad, pero si tienen un poquito de dedicación todos pueden lograr objetivos similares y divertirse con el instrumento, que es lo que lo que busca la mayoría. Si le brindas una mínima dedicación a la guitarra, los resultados llegan”, insiste.
Al tratarse de clases individuales “me centro en cada alumno. A lo largo de mi carrera musical tuve muchos profesores particulares, y saqué cosas positivas de todos. Porque cuando uno está con un buen profesor puedes aprender de esas virtudes, y cuando estás con uno malo también ves lo que no tienes que hacer a la hora de enseñar”.
Como es lógico, “no es lo mismo enseñarle a una persona de 20 años, que a una de 60 o a un niño o niña de siete años, donde el aprendizaje tiene que ser lúdico, porque van a jugar. No le puedo dar ejercicios de técnica como a una persona de 20 años, que ya sabe que tiene que trabajárselo para lograr objetivos. Lo importante siempre es generar interés”.
Con alumnos de iniciación, se basa “en ejercicios de técnica para empezar a mover los dedos, y una vez que eso ya está empezamos a a trabajar con canciones que les motiven”. Por eso “les suelo pedir listas de Spotify con canciones que les gusten, para ver por qué lado podemos trabajar y los recursos que esos estilos de música necesitan. Y me baso más en lo que tiene que ver con el blues, el pop y el rock, que fue mi formación”.
Al margen de las clases, Romero lidera una grupo que acaba de nacer; Las Jirafas. “A partir de octubre estaremos tocando y estoy muy entusiasmado. Agradezco poder trabajar dando clases con la guitarra y después tocar con Las Jirafas”.