Síguenos en redes sociales:

Pamplona se viste medieval con la Orden de la Jarra

Fundada en 2005 en honor a la orden medieval, este grupo de amigos que emula los duelos antiguos participa estos días en los actos del Privilegio de la Unión

Fotos de la Orden de la JarraIñaki Porto

41

La imagen de la Virgen y un jarrón de azucenas en una galería llevaron al rey de Pamplona y Nájera, García Sánchez III, a presagiar que conquistaría Calahorra. Era el año 1044. En honor a este encuentro y después de su victoria fundó la Orden de la Terraza, que acabó adoptando el nombre de Orden de la Jarra.

Julen Sádaba y Daniel Ilarregui, de 34 y 36 años respectivamente, no estuvieron ahí, pero su pasión por el medievo y sus duelos les ha llevado a que la leyenda de estos caballeros perviva a día de hoy por las calles de Pamplona. En 2005 se fundó, de nuevo, la Orden. En cuanto a la elección, aunque reconocen que barajaron varias ofertas, fueron a lo autóctono: “Es una orden de caballería navarra y queríamos hacerle homenaje”. Han mantenido el nombre, pero han modificado la heráldica a su gusto. Ilarregui, miembro desde hace 16 años y de los más veteranos, describe al grupo como “unos amigos aficionados de la historia”. Este año formaran parte el 7 de septiembre de la recreación de la coronación de Carlos III en los actos del Privilegio de la Unión.

Sin ánimo de lucro, el dinero que obtienen de las ferias y diferentes actos lo reinvierten en su indumentaria, que se va gastando. Su objetivo, aunque “siempre haga ilusión”, no es ser vistos y reconocidos. Les gusta practicar duelos como se hacía en la Edad Media. Un arte marcial que describen “como el boxeo pero con armadura y espada”. Cada domingo se juntan en Artica para hacerlo. “Al principio se lesionaban porque era todo muy amateur. Adaptaban manuscritos históricos, pero no entendían las maniobras”, declara Sádaba.

Actualmente cuentan con alrededor de 10 miembros activos y han podido perfeccionar los combates, pero cuidando la salud. Precisamente por eso, para entrar a la Orden se requiere de un proceso de iniciación: “La mayoría de gente viene del boca a boca. Tenemos que comprobar que no tengan ninguna discapacidad física que se pueda agravar”. También certifican que sean personas estables. “Tiene que haber agresividad, pero controlada. No queremos quedarnos sin amigos”, afirma Ilarregui entre risas.

Desde su fundación, también han cambiado un poco las reglas: “Hemos evolucionado en cuanto a las protecciones. Nos tomamos licencias de periodo, antes si no estaba en el medievo no lo usábamos”. Hace años les era más difícil hacerse con la indumentaria, pero ahora con Internet reconocen que es más asequible: “Hay bastantes herreros en el norte de Europa, pero hacemos mucho trabajo artesanal propio”.

Sádaba coincide en que la mayoría de los miembros han vivido una evolución parecida: “Todos de pequeños veíamos películas medievales, íbamos a ferias e investigábamos. Una vez conoces al grupo se convierte en amor por este deporte en concreto”. Defiende que se asemeja al resto de artes marciales y permite combinar el gusto por la historia y el deporte.

Privilegio de la Unión

Sádaba recuerda con pena que llevaban años sin formar parte de los actos conmemorativos de la unión de los 3 burgos. “Hace tiempo participábamos bastante en este mercado medieval, pero nos dejaron de lado por temas de organización”. Esta edición vuelven a la fiesta. La razón es su cercanía con Muthiko Alaiak -suelen estar en sus eventos-, que llevan el acto de la coronación. Salen como figurantes y el Ayuntamiento de Pamplona les ha contactado para exhibir sus combates en la calle. “Hemos encontrado nuestro hueco y es un regalico. Somos pamplonicas orgullosos”, admite Ilarregui. Además de esto, harán un taller de esgrima antes de los duelos.

Van a poder exponer la afición a la que tanto tiempo dedican. Y esta vez es especial: “Habíamos estado en Zaragoza o Vitoria, pero hacerlo en casa y con este Casco Viejo es un caramelo”. Ahora solo piensan en prepararse lo mejor posible para que no sea flor de un día: “Queremos volcarnos lo máximo para que se repita el año que viene”.

Han pasado casi 1.000 años desde que García Sánchez III dio en una galería escondida con una imagen de la Virgen rodeada de azucenas. Su Orden de la Jarra, orgullosa de Navarra y su historia, vestirá de nuevo Pamplona de colores medievales y caballeros dispuestos a retarse en honroso duelo.