Esta mañana ha comenzado el traslado de las primeras estatuas de los Reyes de Navarra del paseo de Sarasate al parque de la Taconera. Los trabajos han empezado a las 9 de la mañana y el viernes finalizará la retirada de tres de ellas.

De forma momentánea, antes de reubicarlas en el parque de la Taconera, se llevarán a un almacén municipal, ya que previamente hay que reconstruir las bases colocando las piedras que las conforman en su nuevo emplazamiento.

EL PROCESO

La semana que viene está previsto que se vayan colocando las bases en la nueva ubicación del parque de la Taconera y que ese trabajo se vaya acompañando del traslado de las estatuas a ese nuevo emplazamiento. Una vez que las tres primeras estatuas estén ya en Taconera, se procederá al traslado de las otras tres esculturas que quedan en Sarasate al almacén municipal para realizar el mismo procedimiento. Será ya a partir del 15 de diciembre cuando se coloquen las otras tres bases en la Taconera y se complete el traslado y ubicación de las estaturas.

La previsión que manejan el Ayuntamiento de Pamplona y la empresa Sabbia Conservación y Restauración SL, que realiza el traslado, es que para el inicio de la Navidad no haya ninguna estatua en el paseo de Sarasate. Desde el pasado mes de septiembre, se han ejecutado los trabajos de limpieza y de restauración, además de los trabajos preparatorios para el traslado a la Taconera. 

En mes y medio, las figuras se han sometido a “una limpieza manual de depósitos, detritus y suciedad generalizada para seguidamente eliminar la costra biogénica que cubre de forma puntual las figuras con la aplicación de productos biocidas”, detalló a este periódico Alberto Santos, de Sabbia Conservación y Restauración. Intervenir en seis estatuas de esta envergadura no es una tarea sencilla, y según explicaron desde el equipo de Sabbia, en primer lugar hubo que proceder a “la redacción del plan de seguridad, el estudio del estado de conservación de las esculturas y las protecciones del arbolado del paseo de Sarasate”. A partir de ahí, “cuando dispusimos el andamiaje perimetral de las esculturas, iniciamos los trabajos de limpieza y tratamiento con biocidas de las tres primeras esculturas, a las que han seguido las otras tres”.

Respecto al estado en el que se encontraban las figuras, Santos explica que “después del primer estudio y de las catas que hemos realizado, lo podemos considerar bastante aceptable. Lo que hemos encontrado es un material fatigado, algo lógico. El material escultórico, la caliza en este caso, al ser muy porosa estaba muy desgastada por la humedad y temperatura. Al estar en un entorno urbano se ha ido acumulando la suciedad en los propios poros de la de la piedra. Son patologías habituales en ambientes urbanos”.

Preguntado por si la restauración ha sacado a la luz alguna curiosidad respecto a las figuras, precisa que “tras la limpieza de las esculturas, hemos encontrado que las formas y los relieves de la propia labra estaban más definidas de lo que pensábamos, estaban ocultos bajo una gruesa capa de suciedad y ahora pues lo curioso que hemos encontrado, son esos detalles que te pasaban inadvertidos; tanto por el entorno, donde se encontraban bajo los árboles, como por la suciedad y costras que cubrían parte del relieve de las piezas”

Las estatuas, creadas en el taller del escultor barroco italiano Doménico Olivieri, fueron compradas en Madrid en 1885, y fueron asignadas nominalmente a los reyes Iñigo Aritza (770-790), Alfonso I el Batallador (1104-1134), Sancho VI el Sabio (1150-1194), Sancho VII el Fuerte (1194-1234), Teobaldo I (1234-1253) y Juana II de Evreux (1328-1349). Son figuras ideadas para el Palacio Real de Madrid, con rostros esculpidos con cierto detalle, aunque parece que estaban destinadas a la balaustrada alta que lo corona.

LA REFORMA DE SARASATE

Una vez se hayan reubicado las seis figuras se pondrá en marcha la reforma propiamente dicha del paseo de Sarasate, el proyecto más emblemático de la legislatura.

A principios de noviembre, tuvo lugar la aprobación definitiva de la modificación del Catálogo del Plan Municipal para incorporar las estatuas y garantizar su protección una vez sean trasladadas a la Taconera. La modificación ya había sido aprobada inicialmente por el Pleno el pasado 11 de septiembre y permitió llevar a cabo el traslado de los seis reyes, después de su restauración.

El cambio de las estatuas se está realizando, como se justifica en el expediente, al haberse previsto para el nuevo Paseo un “juego escultórico moderno, compuesto por una pieza de Jorge Oteiza y una nueva escultura del compositor Pablo Sarasate que da nombre al Paseo. Se busca además la puesta en valor del Monumento a los Fueros como única escultura clásica del Paseo, y de las alineaciones arboladas, retirando elementos circundantes”. En lo que atañe a la Taconera, la llegada de las estatuas también será positiva: “Su propia implantación supone un aumento de los valores y elementos de interés que ya existen en este recinto, sin suponer en ningún caso un peligro para su conservación”.

El proyecto Isolíneas está basado en un diseño del paseo en plataforma única a través de líneas diagonales. Aprovechando los trabajos de reurbanización del paseo, se procederá también a la renovación de redes y la instalación del sistema de recogida neumática, en colaboración la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. 

El proyecto se basa en el trazado de líneas diagonales, separadas cada 25 metros, que permiten conectar de forma continua y sin pendientes significativas, de apenas el 1%, las aceras norte (la de la iglesia San Nicolás) y sur (Banco de España y Correos). 

La conexión entre los frentes norte y sur a través de la plataforma central se realiza abriendo pasos entre los parterres, que conservarán su altura original, pero en lugar de formar una barrera continua a lo largo del paseo, se dividen en dieciséis zonas verdes, agrupando uno o varios árboles. De esta forma, se crearán pasos peatonales entre el Casco Viejo y el Ensanche sin afectar al arbolado. Las estructuras de acero cortén actuales se sustituyen por bancadas de madera para el descanso de los y las paseantes, amabilizándolos y transformándolos en espacios de estancia. 

El diseño incluye también la reformulación de los dos extremos, junto al Parlamento y junto al Palacio de Navarra. Es en esta última zona donde se ubicará la escultura figurativa de Pablo Sarasate. Para ello, el proyecto propone una escultura sedente del músico pamplonés en el centro de una nueva plaza frente al Palacio de Navarra, en la entrada al paseo desde la Plaza del Castillo. La escultura se ubicará en una bancada de madera, en torno a un árbol.

Además, se reformularán los accesos al Monumento a los Fueros, siguiendo con la estética del resto del paseo, extendiendo con plataformas de madera la escalinata, para salvar el desnivel y aumentando el espacio de estancia en torno al Monumento.

En el otro extremo del paseo, al oeste, junto al Parlamento de Navarra, se realizará la otra intervención artística, con la instalación de la escultura 'Monumento al prisionero político desconocido', de Jorge Oteiza, a modo de arco de triunfo o portal.

A todo ello se suma incorporar una fuente de niebla, que se convertirá en "un espacio lúdico con iluminación especial". La fuente servirá como un sistema de drenaje sostenible del agua de lluvia, ya que se encuentra en el punto más bajo del paseo.