Barriola se precipitó
Hay que destacar que el duelo que ayer se disputó en el Atano III donostiarra no fue bueno. Se trataba de una final y había muchos nervios y mucha tensión en la cancha por parte de los dos protagonistas del encuentro. No obstante, hubo momentos en los que ambos cuajaron un buen enfrentamiento. Para mí, el partido empezó con mucho ritmo, tal vez demasiado. Abel se dedicó a intentar alargar el tanto, pero cuando tuvo el leitzarra que continuar con ese juego, a Barriola le entraron las prisas.
Comenzó sacando bien, es cierto, pero después se precipitó y eso a Irujo le vino bien. Sin embargo, es cierto que Juan se siente cómodo cuando coge velocidad el partido, y así ocurrió. Después se limitó a hacer su juego y sumar tantos que le dieron una justa txapela. Es cierto que Abel, con buenos saques, empezó a abrir hueco, pero quizás la ansiedad le pasó factura y, ante eso, nadie puede hacer nada.
En cuanto le entraron las prisas, se acabó. El leitzarra empezó a fallar en su selección de jugadas y en sus opciones de terminar el tanto. Entrar en el mismo juego de Irujo es un error, sobre todo para un zaguero, y Barriola lo hizo ayer con una txapela en el horizonte. Asimismo, cuando intentó jugar en largo, peloteando, Juan, con las diferencias anuladas, se movió muy bien. Se sintió muy cómodo. Para Barriola era complicado tumbar a Irujo aún sacando a relucir su punto fuerte en la cancha, algo que quedó patente ayer.
Además, al final le pasaron factura al leitzarra sus dos pasas y su falta de saque. Ahí también estuvo parte de la clave de la txapela de Martínez de Irujo, aunque también hubo regalos al principio, pese a que fueron menos determinantes. Abel ya lleva siete finales perdidas y da un poco de pena que, teniendo la categoría que tiene, no haya podido ganar más títulos. Pero su regreso tras la lesión es una buena noticia.