san sebastián. Unos minutos después de calarse su novena txapela, Juan Martínez de Irujo aparecía con una sonrisa de oreja a oreja delante de los periodistas. Llegaba con un pañuelico con los nombres de Gemma y Arhane, su pareja y su hija, pero sin txapela.
"La txapela ya la he vendido", respondía a un periodista entre risas. Más en serio, pero sin poder quitarse la sonrisa, Irujo analizaba un encuentro en el que le había tocado empezar remando contracorriente. ¿La clave del triunfo? No rendirse. "No me rindo nunca, ni aunque fuera 21-0 perdiendo. Es difícil remontar, pero no imposible. Lo mismo pasa al revés, cuando voy ganando yo.
Hasta que no llego al tanto 22 no me relajo", explicaba. El de Ibero, consciente de que su inicio de partido no fue el mejor, señaló que, pese al mal inicio, "luego las cosas han ido bien". Los dos hemos jugado bien, en defensa hemos estado fuertes y ha sido un partido de mucha velocidad". Y, frente a quien ponía encima de la mesa el tópico de los errores en las finales, afirmaba que había sido un buen partido. "Si no hubiésemos fallado ninguno de los dos, hubiese sido el mejor partido de la historia. En general ha sido un choque bueno".
ELOGIOS A ABEL
El delantero navarro tuvo también palabras de elogio para su rival ayer. "Abel ha jugado bastante mejor que en el Labrit en el segundo encuentro de la liguilla de semifinales, le ha dado más velocidad a la pelota y yo he tratado de adelantarme para poder entrar de aire. Cuando he conseguido hacerlo, mi juego ha mejorado mucho", señaló. El de Ibero llegó muy motivado a su cuarta final del Cuatro y Medio, aunque tal y como apuntó, "los días previos a este tipo de partidos cada vez los paso peor. Con muchos nervios, con mucha tensión y no me encuentro cómodo.
Parece que la experiencia cada vez me sirve para menos. Hoy (por ayer), encima, he empezado muy relajado y he tenido que remontar". Pese a todo, afirmó no haber tenido ningún miedo, ni cuando era Abel el que tenía el saque. El de Ibero destacó, además, lo bien que se había encontrado físicamente y se mostró encantado con su buen nivel ayer. "No sabía cómo iba a estar físicamente, pensaba que iba a estar peor de lo que he estado, algo más justito, pero me he encontrado muy bien en el frontón. Las finales son para ganarlas y solo puede hacerlo uno, así que hay que aprovecharlo. Hoy (por ayer) me ha tocado a mí y estoy muy contento".
DEDICADA A LOS SUYOS
En la efervescencia del triunfo, el de Ibero no quiso olvidarse de los suyos: "Cuesta mucho ganar, cada vez más y si no fuera por ellos no sé si podría conseguirlo. La victoria se la dedico a mi hija, Arhane, y a mi pareja, Gemma, que son las que me tienen que aguantar todos los días, pero también a mi familia y a los que vienen a los frontones a verme y a animarme.
Seguro que ellos han pasado muchos nervios también". Y visto lo que le había costado hacerse con su segunda txapela en la jaula, según dijo, lo que quedaba era celebrarlo por todo lo alto con aquellos a los que había dedicado su triunfo ayer: "Las victorias de este tipo hay que disfrutarlas y celebrarlas al máximo".