Jokin Etxaniz (Bergara, 1970) conoce a la perfección tanto a Peio Etxeberria como a Javier Zabala, los finalistas del Cuatro y Medio de este domingo en Bilbao. El director deportivo de Aspe espera un gran partido.
Peio Etxeberria disputa su tercera final consecutiva dentro del Cuatro y Medio. Es un pelotari hecho para la distancia.
Así es. Lleva cinco años en semifinales y es su tercera final. Es un especialista en la disciplina. Está muy fuerte físicamente y tiene posturas muy buenas en la distancia. Además, es trabajador y le encanta trabajar, tanto los saques como con la derecha. Está peleando por conseguir esa ansiada txapela. Si sigue esa línea de trabajo, tendrá su recompensa, pero es difícil llegar alto. En su primer año pagó la novatada ante Altuna III y el curso pasado lo tuvo en sus manos y se le escapó por detalles. Veremos cómo llega. Juega contra un Javier Zabala que viene muy crecido.
¿Qué le hace especial?
Fijarse solo en su físico sería quedarse corto. Tiene una zurda privilegiada, con la que resta bien y tiene golpeos muy buenos. Sabe meter a la pared y lo mismo te saca un dos paredes que un remate de aire. Con la derecha, entretanto, está trabajando. Le costaba más y va mejorando. Le da ritmo a bote y tiene volea. Se está haciendo un pelotari muy completo.
La zurda de Peio Etxeberria
Su primer partido lo pierde contra Erik Jaka en Atarrabia un viernes y pidió jugar el domingo un complemento de parejas.
El primer partido no es fácil. Lo bueno de una liguilla es que tienes margen de maniobra. Decidió jugar y quitó las malas sensaciones. De ahí en adelante, ha ido más suelto, mejor. En las semifinales se ha visto un gran Peio. El pelotari quiere jugar y le vino bien. Tenía margen y fue una decisión clara y correcta. La confianza se coge con el pantalón blanco.
Javier Zabala, por otro lado, debutó con la vitola de ser un gran pelotari dentro del Manomanista y su primera final oficial le llega dentro del Cuatro y Medio.
Destacó en el campo aficionado a toda la cancha y en profesionales, de hecho, no había despuntado hasta el actual Cuatro y Medio de San Fermín, en el que llegó a la final. Se le veían cualidades, pero no lograba brillar. Le ha venido muy bien lo de San Fermín. Se ha creído que puede jugar en el acotado. Es otro pelotari con una zurda privilegiada. Pone mucho ritmo es muy complicado enfrentarse a él. Ha ido de menos a más y su mejor partido ha sido en semifinales. No hay que obviar que ha sufrido de manos, pero está en su mejor momento. Es una final muy abierta con dos pelotaris muy explosivos, a los que les gusta poner el ritmo.
¿Dónde está el click de Zabala?
Llegar a la final de San Fermín le dio ese punto de confianza. Además, antes sufría restando y ha mejorado mucho. En cuanto al físico, está aguantando mejor, pese a que en las segundas partes le está tocando sufrir. Mentalmente, se ha dado cuenta de que hace daño, que puede estar ahí y que hay que sufrir cuando no domina. A todo el frontón se le veían cualidades, pero en el Cuatro y Medio maneja el aire, le da velocidad y su zurda es una bomba: esconde el golpe y puede hacer dos paredes, arrimar, dejadas... Si llegas a dos finales, no es por casualidad.
Las manos de Zabala
¿Es más imprevisible la respuesta de Zabala?
Peio Etxeberria tiene más experiencia en estos partidos. Lleva años siendo regular, mientras que Zabala ha dado el paso este curso. Javier ha sufrido. Contra Darío iba bien (8-20) y casi pierde al final (19-22); cayó contra Bakaikoa (22-21) y con Peña II estuvo en un cara o cruz (20-22). La imagen contra Ezkurdia, entretanto, fue muy buena (6-22). Parece que llega bien de manos. Está concentrado y motivado y ahí es cuando su juego sube mucho. Veremos cómo responde ante una final oficial. Gestionarlo es complicado.
Javier ha sufrido mucho de manos durante toda su carrera en el campo profesional. Parece que ha sabido sobreponerse después de pasar etapas de ir de partido a partido, sin apenas entrenar.
Es un problema que tiene. Acabó muy mal en San Mateo y llegó justo al Cuatro y Medio, con pocas opciones de entrenar. Ahora lo está llevando bien, pero sufre. Su forma de jugar, explosiva, tiene esos riesgos. En parejas, por ejemplo, entra mucho en juego y le suelta a todas. Eso es algo que tiene que trabajar y regular. De momento, en este Cuatro y Medio está bien y ojalá siga en esa línea, porque cuando ha tenido posibilidad de entrenar y jugar sin problemas, su nivel ha aumentado. Siempre le hemos visto cualidades y me gustaría que se lo creyera.