Primera reunión pública PSN-NaBai. Pese a que los contactos entre PSN y Nafarroa Bai para conformar gobierno se sucedieron desde la misma noche electoral, la primera reunión pública no se celebró hasta el 13 de junio. En la imagen, el saludo entre Fernando Puras y Patxi Zabaleta.
el 27 de mayo de 2007 las urnas depararon un escenario propicio para poner fin a los sucesivos gobiernos de UPN. Las tres fuerzas que habían abogado por el cambio -Nafarroa Bai (77.872 votos y 12 escaños), PSN (74.158 y otros 12) e Izquierda Unida de Navarra (14.337 y dos)- alcanzaban la mayoría parlamentaria suficiente para materializarlo.
UPN-PP (139.132 votos y 22 escaños) y CDN (14.412 y dos escaños), que venían de pasar el rodillo en la legislatura recién concluida gracias a la mayoría absoluta de la que disfrutaron entre 2003 y 2007, también vieron desde la misma noche electoral que peligraba su continuidad en el Palacio foral. Dos meses antes habían tensado aún más la cuerda con una manifestación contra Zapatero, que gobernaba en el Estado desde 2004.
Los contactos entre PSN, NaBai -en aquel momento integrada por Aralar, EA, Batzarre y PNV- e IUN para explorar las posibilidades de acordar un gobierno se iniciaron casi al mismo tiempo que se conoció el escrutinio. “Me veo presidente del Gobierno del cambio que piden los navarros”, declaró Fernando Puras, el candidato socialista apenas 24 horas después.
Pese a tener más votos que el PSN, NaBai dejó claro que no pondría objeciones a que Puras que encabezara el futuro gobierno foral.
ofertas de rajoy y sanz Muy pronto se vio que existía el riesgo de que el futuro de Navarra se decidiera fuera de la Comunidad Foral y sin tener en cuenta lo expresado por la ciudadanía en las urnas.
El primero en mover ficha fue Mariano Rajoy, presidente del PP, que planteó que Navarra fuera moneda de cambio con una propuesta chantajista. En concreto, ofreció la Presidencia de Canarias al PSOE si permitía la continuidad de Sanz en el Palacio foral.
El propio Sanz citó a Puras el 29 de mayo con otro ofrecimiento generoso. Integrar un gobierno de coalición, en el que el PSN tendría la Vicepresidencia y varias consejerías, además de la Presidencia del Parlamento y el senador autonómico. Proponía extender también el acuerdo a los ayuntamientos. Demandaba además una respuesta rápida, en lo que era un reparto de sillones sin profundizar en los contenidos.
Entre tanto, el PSN convocó a su Ejecutiva el 1 de junio, que dio un respaldo unánime a negociar el cambio con la exigencia de que Puras fuera el presidente.
Para entonces, Navarra ya era cuestión de Estado y se sucedían casi a diario los pronunciamientos públicos de dirigentes de PSOE y PP sobre su futuro. Ferraz tildó de “disparate” el trueque de Canarias por Navarra, mientras José Blanco, secretario de Organización del PSOE, defendía la “legitimidad” de acordar con NaBai.
En las negociaciones irrumpió ETA. El 4 de junio daba por finalizado el alto el fuego anunciado en marzo de 2006, pero roto sin previo aviso seis meses antes en Barajas, por lo que su credibilidad era mínima.
Con la izquierda abertzale, bajo la marca de ANV, fuera de algunas instituciones como el Parlamento foral, pero dentro del Ayuntamiento de Pamplona, el regreso de ETA a las armas significó otro obstáculo más en la conformación del cambio. No obstante, hubo una coincidencia casi general en subrayar que la banda armada no debería condicionar las negociaciones.
pacto municipal A medida que transcurrían los días, la posibilidad de poner fin a 11 años de gobiernos de UPN parecía más factible. El 13 de junio se celebraba la primera reunión entre Puras y Patxi Zabaleta, el candidato de NaBai, en la que se permitían captar imágenes. Esa misma tarde, el Comité Regional del PSN refrendaba su apuesta por el cambio con un abrumador respaldo.
Sólo dos días después, NaBai, PSN e IUN acordaban apoyar la lista más votada de las tres en los principales ayuntamientos de la Comarca de Pamplona. La excepción era la capital, donde se precisaba el voto de ANV, lo que fue la excusa perfecta del PSN para permitir la elección de Yolanda Barcina (UPN) por tercera y última vez.
Las reuniones y cruce de declaraciones se sucedían con un ritmo casi esquizofrénico. Lo que por la mañana parecía que caminaba en una dirección por la tarde se frenaba y por la noche daba otro impulso.
El cambio, no obstante, recibió su primer duro golpe el 20 de junio. Correspondía constituir el Parlamento salido de las urnas. El PSN, de tapadillo, pactó con UPN y convirtió a Elena Torres en presidenta.
La maniobra de los socialistas deterioró la relación con NaBai, que exigió al PSN un compromiso público y por escrito en favor del cambio, y provocó malestar entre las bases socialistas, confundidas por este acercamiento a UPN. La realidad era que el PSN jugaba descaradamente a dos bandas y su respuesta a la coalición de Zabaleta fue que continuaría sus conversaciones con NaBai, pero sin descartar a UPN.
Justo un mes después de las elecciones, el 27 de junio, el PSN volvió a convocar al Comité Regional, que demandó “un gobierno con las fuerzas progresistas y de izquierdas” por 106 votos a favor y uno en contra. El máximo órgano del partido se reunió de nuevo el 4 de julio, con una resolución reforzada en favor de un gobierno tripartito con NaBai e IUN.
El cambio ganaba enteros hasta el punto de que se llegó a pactar un calendario para que Puras fuera investido presidente el 17 de julio.
la propuesta humillante Pero mientras en Navarra se definía el programa de gobierno, en Madrid se libraba otra batalla soterrada. Cuentan que Zapatero no veía con malos ojos el proyecto de cambio, que tenía en Blanco a su principal detractor. Seguramente fue éste quien diseñó la estrategia de ruptura, asumida por el PSN, que consistió en plantear un humillante reparto de responsabilidades en el Gobierno, mediante el cual los socialistas tendrían 8 de los 11 consejeros, incluidas la Presidencia y Vicepresidencia. Limitaban la participación de NaBai e IUN a dos y una consejerías de rango menor. Lógicamente, ambas formaciones rechazaron la disparatada propuesta. Era 5 de julio, por lo que se llegó a los Sanfermines con la sensación de que no habría cambio, después de que el PSN hubiera tomado el pelo a los que iban a ser sus socios, a sus bases y a la sociedad navarra.
Transcurridas las fiestas, Puras admitía las “presiones” de Ferraz y daba por rotas las negociaciones con NaBai e IUN. De “tragedia política” calificó Zabaleta que el Gobierno de Navarra se decida en Madrid.
Para entonces, el PSN había ido demasiado lejos en su apuesta por el cambio y la abrupta marcha atrás encorajinó a los que iban a ser sus socios, a la mayoría de sus bases representada en el Comité Regional -que hasta en cuatro ocasiones habían reiterado su deseo de mandar a UPN-PP a la oposición- y al conjunto de la sociedad, que asistía entre alucinada y estupefacta a esta desesperante indefinición.
Pero todavía quedaba por darse otro giro de 360 grados. El 17 de julio, el PSN iniciaba contactos con UPN para apoyar su continuidad en el Gobierno, al tiempo que se multiplicaban las voces socialistas que exigían las dimisiones de Carlos Chivite, secretario general del PSN, y de Puras y que se retomaran las conversaciones con NaBai e IUN.
El tiempo corría en contra del PSN, que no quería ni por asomo que se repitieran las elecciones, y el 1 de agosto la Ejecutiva, el grupo parlamentario -en el que se acababa de estrenar María Chivite- y las agrupaciones socialistas acordaron gobernar con NaBai e IUN.
La decisión unilateral del PSN soliviantó al PSOE, que citó en Ferraz a Puras y Chivite el 3 de agosto para vetar el cambio y ordenar que se permita gobernar a UPN en solitario. Fue el ya tristemente célebre agostazo, aceptado sin rechistar por todo el grupo parlamentario del PSN, excepto Puras, que dimitió tres días más tarde. Solo una semana después, Sanz era investido presidente, mientras decenas de personas se concentraban frente al Parlamento al grito de “En Navarra, tú decides”, lema electoral del PSN que se convirtió en una irónica alegoría y motivo de mofa ciudadana.
Con una ceguera estratégica de manual, el PSN se echaba en brazos de UPN, sin medir el coste electoral de esta falta de coherencia. De 12 escaños en 2007 cayó a 9 en 2011 y a formar gobierno con Barcina, a quien amagó con echar en 2014 en el conocido marzazo. Hoy el PSN sólo tiene 7 asientos en la Cámara y un renovado discurso en el que reivindica un ejecutivo como el que frustró hace 10 años. Asegura que no facilitará gobiernos de derechas, pero arrastra una preocupante falta de credibilidad.
Se materializa el ‘agostazo’. La dirección de PSOE veta el acuerdo de gobierno que el PSN había alcanzado el 1 de agosto con NaBai e IUN. Fernando Puras, con Carlos Chivite, abandona cariacontecido la sede de Ferraz. Dimitiría de todos sus cargos el día 6 de agosto.
Mayoritario respaldo del PSN al cambio. El Comité Regional del PSN, máximo órgano del partido, respalda por abrumadora mayoría la apuesta por formar gobierno con NaBai e IUN. Hubo 85 votos a favor del cambio por solo dos en contra y cinco abstenciones.
Indignación ante la sede del PSN. Solo unas horas después de que se conociera el veto de Ferraz a formar un gobierno de progreso, en torno a medio millar de personas expresaron su indignación en el paseo de Sarasate, frente a la sede del PSN.
Acuerdo para las Alcaldías. Txentxo Jiménez (NaBai), Carlos Chivite (PSN) y Ion Erro (IUN) sellan el pacto para facilitar que la lista más votada de estas tres siglas gobierne en los principales ayuntamientos de la Cuenca de Pamplona. El acuerdo excluye los municipios donde se necesite contar con ANV.
Cariñoso saludo entre Jiménez y Sanz. Consumado el veto, Miguel Sanz fue reelegido presidente del Gobierno de Navarra gracias a la abstención del PSN. Roberto Jiménez, que sería uno de los beneficiados al tomar el testigo del dimitido Puras, felicita a Sanz tras su investidura.
Pacto con UPN en el Parlamento. PSN y UPN pactan la Presidencia del Parlamento, que recae en la socialista Elena Torres, que recibe la felicitación del presidente en funciones, Miguel Sanz. El sorprendente acuerdo provoca la primera crisis de confianza entre PSN, NaBai e IUN.
Sigue la bronca interna. Pepe Blanco, principal responsable del agostazo, participó en el tumultuoso Comité Regional que el PSN celebró en Pamplona el 1 de septiembre. Culpó a Puras y a Chivite de la crisis abierta en el partido y no cerró ninguna de las heridas abiertas.