El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, presidió este sábado en la localidad bosnia de Mostar un homenaje a los 23 militares españoles fallecidos durante las misiones internacionales de paz en Bosnia Herzegovina.

Sánchez se trasladó a Mostar desde Sarajevo, donde se reunió con los miembros de la presidencia tripartita bosnia para garantizarles el apoyo de España a su proceso de adhesión a la Unión Europea.

Por Mostar han pasado desde 1992 más de 46.000 militares españoles para participar en misiones de paz de la ONU, la OTAN y la Unión Europea.

En esas misiones perdieron la vida 23 de ellos, a los que se recuerda en un monolito en la bautizada en 1995 como plaza de España, lugar en el que Sánchez presidió el homenaje y que fue inaugurado oficialmente por el rey Juan Carlos en 2012.

La plaza de España fue denominada así en agradecimiento de la población a las tropas españolas por haber logrado convertirla en el primer espacio de convivencia de una ciudad dividida por la guerra.

Fue en 1994 cuando los militares españoles instalaron en esta plaza tiendas de campaña que hicieron posible el primer lugar donde, con la protección de los soldados, habitantes croatas y musulmanes bosnios, procedentes de ambos lados del frente, pudieran reunirse.

Algunas fachadas muestran aún los impactos de metralla

Gracias a fondos españoles la plaza ofrece a los visitantes zonas ajardinadas y una fuente, si bien el recuerdo del conflicto bélico pervive en algunas fachadas cercanas que muestran aún los impactos de metralla de la guerra.

El jefe del Gobierno realizó una ofrenda floral ante el monolito en recuerdo a los militares españolas fallecidos, cuyos nombres están inscritos en una placa.

En el acto estuvo acompañado por el alcalde de Mostar, Mario Kordic, y el viceministro de Exteriores bosnio, Josic Brkic.

También por dos de los tres militares españoles que aún participan en la Fuerza de la Unión Europea en Bosnia (EUFOR Althea) y que pretende mejorar el adiestramiento y la doctrina de las fuerzas armadas del país.

El primer contingente español llegó en noviembre de 1992, que se integró en la Fuerza de Protección de Naciones Unidas (UNPROFOR), con la doble misión de vigilar el cumplimiento de los acuerdos de paz conseguidos hasta ese momento y de proteger los convoyes de ayuda humanitaria.

Ayudaron en la reconstrucción de la ciudad

Durante su presencia en Mostar (uno de los lugares más devastados en la guerra de Bosnia), los militares españoles colaboraron en el cumplimiento de ese acuerdo y ayudaron en la reconstrucción de la ciudad en edificios y enclaves como el llamado Puente Viejo.

Se trata de un símbolo de reconciliación de la ciudad que fue destruido en 1993 por la artillería croata y que se reconstruyó con sus propios escombros, con la ayuda española, tras ser recuperados del río Neretva.

Hasta allí se acercó posteriormente el presidente del Gobierno en un paseo por el casco histórico de la ciudad.