Si hubiera que resumir el consejo político en una línea, valdría esta: apatía y ausencias. Era una reunión clave para el congreso y languideció sin pena ni gloria en una sesión plana, sin apenas debate, marcada por un bajonazo tremendo en la asistencia y donde las únicas intervenciones fueron de afiliados críticos con cómo se ha gestionado el proceso desde las altas esferas. Bien que no era una fecha fácil: sábado por la mañana de una semana rara, la de Pascua, muy vacacional todavía. Pero los 112 asistentes –de los 232 puestos del Consejo Político– revelan una desmovilización propia de un partido en horas bajas. Muy sensibles fueron, además, algunas ausencias. Por ejemplo la de la parlamentaria María Jesús Valdemoros. El 10 de febrero firmó una carta abierta en la que se alejaba de Ibarrola y pedía una alternativa sin egos. Ayer fue de los pocos parlamentarios ausentes.

INTERVENCIONES

Hubo pocas intervenciones. Las justas para defender enmiendas. Algunos sectores, como el más cercano al alcalde Toquero, pasaron casi desapercibidos –dónde quedan los manifiestos de finales de 2023–. Eradio Ezpeleta retiró la mitad de sus enmiendas antes de empezar. Una de ellas, que sí se debatió –la relativa a la integración de ejecutivas– gustó a Miguel Sanz, que aprovechó la propuesta para abogar por una mayor apertura de UPN hacia las sensibilidades socialdemócratas.

En el turno de ruegos y preguntas, cuatro intervenciones. Entre ellas, la del portavoz de UPN en Berrioplano, Raúl Julio Bator, que esta semana ya denunció en este periódico los manejos internos de cara al congreso. Bator censuró que la dirección haya intentado evitar cualquier posible alternativa al tándem Ibarrola-Toquero, incluso con maniobras de presión. Otro crítico fue Julen Sesma, portavoz en Huarte, que apeló a que haya dos candidaturas o más, sin miedo pero con lealtad, y que tengan la voluntad de transformar el partido.

Otra voz crítica fue la de Esmeralda Maso, alcaldesa de Lerín y exconcejal en el Ayuntamiento de Pamplona, que afeó las formas vistas estas últimas semanas. Quejas a las que se sumó la afiliada Mamen Miñes, de Cortes. Javier Esparza, presidente saliente, invirtió apenas medio minuto en cerrar el acto. Dijo que era mejor no contestar a determinadas intervenciones –lanzó una frase filosófica sobre las virtudes de pensar antes de hablar– y agradeció el trabajo del órgano durante su mandato.