“En la legislatura de 2015 había más posibilidad de diálogo y flexibilidad para llegar a acuerdos que ahora”
Son años decisivos para el proyecto del PPN, que busca impulso en el Parlamento y aprovechar el viento de cola que llegue desde Génova. Su presidente muestra optimismo en este contexto
Javier García Jiménez (Cintruénigo, 1985) nos recibe en su despacho de la sede del PPN en Pamplona. Es su tercera legislatura en el Parlamento. Desde diciembre de 2022 lidera el partido. García se muestra simpático y relajado. Trata de asegurar que su proyecto no compite con el de UPN, y que su partido se marca un camino “a largo plazo”, según vaya cogiendo “fuerza, volumen y presencia social”.
¿Cómo ha encarado este inicio de curso político?
–Esta legislatura tiene grandes retos. El primero el dar visibilidad al proyecto del Partido Popular para la Comunidad Foral de Navarra, marcar identidad y mensaje propios y nuestras prioridades. Queremos que Navarra vuelva a ser una tierra acogedora, competitiva y valiente y que se nos conozca porque volvemos a ser líderes en aspectos tan fundamentales como la salud, la educación, la innovación o una fiscalidad adecuada. Grandes retos y con muchísimas expectativas de crecimiento.
Más allá del mainstream. ¿Cuál es esa singularidad ante la competencia objetiva que tienen con UPN?
–Competitividad con nadie. Nuestro objetivo es ampliar el espacio del centroderecha. Creo que hay posibilidad más allá de lo ya ocupado, sobre todo en el alto porcentaje de abstención existente.
Al cual también aspira UPN.
–Yo trato de buscar un espacio más amplio del centroderecha para combatir al nacionalismo que lidera el Gobierno foral.
Al nacionalismo que lidera...
–Sí, principalmente. El socialismo preside y gestiona y lidera el nacionalismo. La voz y la imagen es la señora Chivite, y quien marca el camino es Bildu y poco más, y se ve en las políticas del Gobierno, y en los Presupuestos. Nuestra gran diferencia es que podemos ver qué está funcionando bien en otras comunidades, tener feedback con los presidentes que las lideran. De hecho vamos a empezar una ronda de contactos. Esa es la gran posibilidad y la gran fortaleza del Partido Popular.
“En el Gobierno de Navarra preside el socialismo y gestiona y lidera el nacionalismo. Quien marca el camino es Bildu”
¿La oposición frontal al PSN les condena a la oposición crónica?
–En absoluto, de ahí la búsqueda de un nuevo electorado. El Partido Socialista ha cambiado mucho, en todos los aspectos, no es el de antes, en absoluto. Hace mucho tiempo que eligieron un socio con el que creen que les va bien, y yo ya no me fío de este PSN, sinceramente. Pero en aquellas cuestiones que proponga y mejore la calidad de vida del conjunto de la ciudadanía, allí estará también el Partido Popular.
Tal diagnóstico les lleva a entenderse con UPN. ¿Eso no les conduce a ser sus subalternos?
–En las dos últimas elecciones en Navarra hemos sido el partido referente del centroderecha, tanto en las Europeas como en las Generales. Y eso puede ser una visión de lo que pueda venir en el futuro.
¿Qué interlocución tiene con UPN? ¿Ha percibido cambios desde la llegada de Cristina Ibarrola?
–Con Cristina siempre he mantenido una magnífica relación, una gran amistad, y le tengo un aprecio personal y político. He compartido años con ella en el Parlamento en una misma coalición. Y la interlocución se mantiene y siempre ha existido, independientemente de las circunstancias. Pero me centro en marcar una estrategia propia.
“La interlocución con UPN siempre ha existido más allá de las circunstancias. Pero me centro en marcar una estrategia propia”
Usted llegó en 2015, lleva tres legislaturas, cada cual diferente. ¿Qué lección ha aprendido?
–Tres etapas completamente diferentes, la verdad. La primera con una mayor posibilidad de diálogo dentro de que había posicionamientos muy enconados, con una mayor flexibilidad a la hora de llegar a acuerdos.
¿Por parte del Gobierno?
–De todos en general, creo que los bloques estaban menos constituidos o con menos fuerza, había esa posibilidad de llegar a consensos en diferentes materias.
Entonces el PSN hacía oposición.
–O buscaba otro papel y coincidíamos en muchísimos aspectos. Recuerdo un planteamiento fiscal nuestro que el PSN lo veía con muy buenos ojos y criticaba el que en su momento puso en práctica la expresidenta Barkos. Y hoy prácticamente a la señora Chivite la vemos defender lo que en su día cuestionaba. También en el ámbito de la salud o en otras cuestiones, y hoy vive de esa renta que puso en práctica el Gobierno de la señora Barkos.
¿Y las otras dos legislaturas?
–La segunda con bloques muy marcados y en esta quizás con más distancias entre los grupos. Lo que peor llevo, porque creo en la casa del diálogo y la democracia del Parlamento, es que exista ese corte por los grupos. Si lanzase una iniciativa del PP sin logotipos muchos la apoyarían. Nosotros no pertenecemos a ningún bloque y apoyamos iniciativas, y ahí están la videoteca y la hemeroteca, que puedan repercutir en la ciudadanía. Pero no llevo bien que no haya posibilidad de diálogo, y saber que vas a contar con el voto desfavorable y las presenta otro partido y salen adelante. Antes podías consensuar una enmienda, ahora el no va por delante, desgraciadamente.
¿Hay autocrítica? ¿El clima que viene de Madrid no contamina?
–Creo que no en ese aspecto. Yo no digo que no a una propuesta de Geroa Bai porque venga de Geroa Bai, o del PSOE o de cualquier otro grupo. Nuestra mirada a una iniciativa no es al logotipo, sino al contenido.
“Si presidiese el Gobierno de Navarra iría a la Moncloa dependiendo del respeto institucional que existiese, del contexto y la situación”
¿Y esto no debería llevar a un discurso más abierto, a desdramatizar y no generar tantas hipérboles?
–Yo nunca había visto a un Gobierno decir de lo que puede o no hablar la oposición, limitar las preguntas que se le hacen a la presidenta. El Gobierno nos acusa de alarmistas, de generar fango, bulos... y a ellos hay que aplaudirles. No, vamos a seguir llevando iniciativas, muchas ponen en el foco la gestión del Gobierno foral planteando alternativas que consideramos mejores. En salud no les gusta que critiquemos ni las listas de espera ni la situación que vive Navarra en Atención Primaria o Especializada. Pero un navarro llama a un centro de salud para tener una cita mañana y es prácticamente imposible. Esa es la realidad. De hecho hay cierta tensión palpable entre los socios del Gobierno, y se van tirando los trastos.
Esto lo dicen al tiempo que traen a Pamplona a Isabel Díaz Ayuso.
–No es comparable la oposición que se hace aquí con la que se hace en la Comunidad de Madrid, los ataques personales para atacarla nada tienen que ver, en absoluto. Hay una diferencia abismal.
Dice que Ayuso es un ejemplo para la política navarra. Le han traído a ella y a Aznar. El mensaje que queda es que están más a la derecha y aún son más españolistas que UPN.
–Es que yo creo que somos navarros y evidentemente españoles. No es marcar posicionamiento. El presidente Feijóo ha venido a esta Comunidad seis veces, y espero que venga más. Es una persona que aquí se le quiere y se le aprecia. Y sí creo que las políticas que están poniendo en práctica ya no solo Ayuso, sino mis compañeros del Partido Popular están funcionando y mejorando el sistema sanitario. Son más competitivos a la hora de atraer inversión extranjera, o a la hora de atraer inversión, tienen menos burocracia, se apoya más a los autónomos... Creo que hay cuestiones en las que el Partido Popular está siendo ejemplo, y sobre todo en las políticas sociales. Navarra es de las comunidades donde más ha crecido la pobreza y donde más ha crecido el porcentaje de personas con riesgo de pobreza. ¿Esto son políticas progresistas? Y en la gestión sanitaria cuanto mayor inversión peor resultado. Por tanto algo se está haciendo mal. Hemos presentado iniciativas encaminadas a intentar ayudar, no a generar ruido, sino a ofrecer planteamientos que vemos que funcionan en Atención Primaria en Aragón o en La Rioja.
¿De estar presidiendo Navarra usted acudiría a una llamada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez?
–Pues dependiendo del trato que se hiciese. Para hacer lo que hizo la señora Chivite, sinceramente, para este viaje no necesitamos alforjas. No ha traído ningún compromiso, ni uno.
Pero han ido acudiendo presidentes del PP a la Moncloa, salvo Díaz Ayuso que ha dicho que se ha negado. ¿Qué habría hecho usted?
–Dependiendo del respeto institucional que existiese, del contexto y la situación, pero para hacer lo que hizo la señora Chivite con una llamada telefónica era más que suficiente.
“Parece ser que el entorno de la ministra Yolanda Díaz y ella misma conocían la situación de Íñigo Errejón. Si le taparon debería cesar o dimitir”
¿Le parece correcto cargar al erario público una reserva de la sala de autoridades en Barajas para unas vacaciones privadas?
–Yo creo que la presidenta Ayuso ha dado las explicaciones oportunas a este respecto y cuando evidentemente es una cuestión de seguridad, y parece ser que no es la única que hace uso de la sala de autoridades, creo que no hay nada que explicar a este respecto.
Lo podría haber abonado a su cargo. Es cuestión de quién paga eso en unas vacaciones privadas.
–Es una cuestión de seguridad que le recomiendan, independientemente de que se vaya a unas vacaciones privadas ella sigue siendo la presidenta de la Comunidad de Madrid, y el cargo no se marcha y va implícito también en la seguridad de la propia persona para hacer uso de esa sala.
¿Cómo ha visto el asunto Errejón, la noticia de impacto de la semana?
–Creo que se debe explicar desde cuándo se conocían este tipo de comportamientos machistas, según las denuncias que hay al respecto. Comportamientos sobre los que como siempre mostramos nuestra máxima repulsa. Parece ser que era un secreto a voces en todos los ámbitos de la izquierda, y lo que preocupa es si lo sabían por qué lo taparon y por qué lo consintieron, y por lo tanto hay que pedir explicaciones y responsabilidades a todas aquellas personas que han tratado de taparle. Y si hay alguien que está dentro de una responsabilidad institucional, evidentemente debería cesar o dimitir inmediatamente. Me refiero a la ministra Yolanda Díaz, que parece ser que el entorno y ella misma conocían esta situación. Por lo tanto otra bandera que la izquierda tiene que volver a enrollar, porque vemos que están cubiertos por las acusaciones que hay en torno a Íñigo Errejón.
“Estamos a favor de la zonificación, no de hacer dos Navarras”
Culpa a Pedro Sánchez de una “corrupción” inédita en Moncloa, y augura que habrá un adelanto electoral. Javier García Jiménez dice que “ni se ha planteado” un puesto político fuera de Navarra, y que su “presente es hacer fuerte al Partido Popular” en la Comunidad Foral. Sin embargo, no descarta volverse a coaligar con UPN.
Es su tercera legislatura. Cuando menos una más seguirá...
–Pues sí, siempre y cuando las fuerzas y la familia lo permitan, porque los grandes afectados son mis hijos, mi mujer y mi entorno más cercano, que son a quienes principalmente les robo el tiempo. La política me apasiona, pero aquí no tienes más límites que los que te quieras poner, y mientras el cuerpo aguante yo estaré a disposición de trabajar en aspirar a liderar la Comunidad Foral.
Sigue viviendo en Cintruénigo.
–Sí, y eso me permite un contacto directo con todo el mundo. En el parque, tomando café, en una cena con amigos, yo recibo mucha información de ahí. Aquí en Pamplona voy al Parlamento, pero en Cintruénigo se acerca más la gente a contarte las cosas y no pierdes la realidad de los problemas.
Se observa la existencia de una ola conservadora juvenil. ¿Parte del nicho electoral está ahí?
–Efectivamente. A las nuevas generaciones hay que atraerlas de alguna forma. Pero también al alto porcentaje de navarros que ve insignificante el ir a votar. Es preocupante. A esos hay que llegarles e ilusionarles y decirles que este es su proyecto por esto, por esto y por esto. Hay que votar porque cada uno tiene derecho a queja, el voto debería asumirse como prácticamente obligatorio sin serlo.
¿Con qué frecuencia tiene interlocución con Feijóo?
–Muy habitual, tanto con él como con el resto de los presidentes o con la secretaria general (Cuca Gamarra) mantenemos una interlocución muy activa y fluida.
En UPN aseguran su estima por el euskera y sus políticas favorables al respecto. En el PP se adivina una posición más beligerante contra el euskera, incluso. ¿Es correcto?
–No, rotundamente no. Estamos en contra de que se utilice el euskera para enfrentar a la sociedad, principalmente, y es lo que se hace. Un Gobierno del Partido Popular defiende el galego, por ejemplo.
“Una coalición con UPN puede depender de muchísimos factores. Todas la hipótesis, como siempre, están abiertas ”
En otras comunidades, pero con el euskera en Navarra no.
–Pero porque se utiliza como arma arrojadiza para ir en contra de los castellanoparlantes, que es lo que busca el nacionalismo. Estamos a favor de la zonificación, en función de los territorios, y de defender el euskera como lo que es, algo propio, un valor cultural y social en todos los aspectos, pero evidentemente no como un arma arrojadiza de enfrentamiento y de hacer dos Navarras, y nosotros en ese juego no vamos a entrar absolutamente nunca.
Defiende la zonificación y critica una separación entre dos Navarras.
–Hombre claro, es que no es lo mismo la Ribera, una persona de allí tiene el mismo derecho de estudiar euskera que cualquier persona del norte. En toda Navarra se puede estudiar euskera. Por cierto, en muchos colegios del norte de Navarra no se oferta el modelo G, no controlamos las inscripciones que habría en ese modelo. No olvidemos la realidad social de la Comunidad Foral de Navarra, les guste o no, la mayoría social habla en castellano, y este es el idioma que nos une, principalmente.
¿Qué posición tiene sobre lo que está sucediendo en Gaza?
–Yo creo que es un conflicto que está siendo duro en todos los aspectos, como también estamos viviendo una guerra cercana en ucrania, y parece que ya nos hemos olvidado de esta cuestión. Evidentemente hay que promover el fin de la guerra en todos los aspectos. Me preocupan los ataques entre unos otros.
Aznar dijo que “es esencial que Israel gane esta guerra y la termine bien”.
–Claro, es que no hay que olvidar quiénes iniciaron los ataques, que parece que ya lo hemos hecho, y qué desastre social producen. Nos olvidamos muy rápido de lo que algunos quieren, pero hay que analizar todo el contexto. En el Parlamento vemos siempre declaraciones a favor de uno, cuando también hay otra sociedad que ha sufrido. Creo que lo importante es poner punto y final a todas las guerras que desgraciadamente asolan el mundo, y también la más cercana, que es Ucrania.
En ese crecimiento que en el PPN se marcan como objetivo, ¿no hay posibilidades de volver a una coalición con UPN?
–Puede depender de muchísimos factores. El Partido Popular en los últimos procesos se ha presentado de manera solitaria. Pero creo que también hay que escuchar la opinión de los votantes. Todas las hipótesis, todas, como siempre, están abiertas, sabiendo que el Partido Popular tiene un proyecto, mantiene sus siglas, con más contundencia que antes en la Comunidad Foral de Navarra.
Cuando se habla de una posible moción de censura y de establecer puentes con Junts, ¿usted ve posibilidades o lo descarta’?
–Hemos descartado ir con Junts. ¿Guiños? Los ha habido, pero nunca hemos aceptado lo que les han aceptado. A Junts le va bien con el Partido Socialista, y creo que con eso se descarta cualquier opción.
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