UPN cierra el año como lo empezó, pese al cambio en la presidencia. Cristina Ibarrola cogió el testigo político de Javier Esparza a mitades de año, pero lejos de darle un aire nuevo al rumbo del partido, cierra 2024 con los mismos tics y recursos políticos que su antecesor: una crítica frontal al PSN y el Gobierno, una radiografía catastrofista de la situación navarra, y un redoble contra los partidos “nacionalistas”, a quienes señala como culpables por influir negativamente en las políticas navarras.
Ibarrola criticó que Chivite “hable desde una realidad paralela en la que no existen problemas con la sanidad o la vivienda en Navarra”, hasta el punto de tachar de “negacionista” el discurso de la presidenta del Gobierno. Para Ibarrola, el balance de fin de año de la presidenta “debería comenzar por admitir datos como que Navarra acumula récords en listas de espera con el mayor presupuesto en sanidad de la historia, es la tercera comunidad con mayor tiempo de espera para citas médicas, o el número de personas que espera una vivienda protegida ha pasado de 4.000 a 18.000”.
La presidenta de UPN también lamentó que en la tímida autocrítica que Chivite realizó en su discurso haya señalado que todos los males sean a causa “de los vientos de este mundo global”. “La principal causa de nuestros problemas no se llama Alemania, China ni Trump. Chivite tiene que mirar dentro de su ombligo, de su gobierno y de su socio EH Bildu”.
En ese sentido, Ibarrola consideró “una nueva oportunidad perdida” la ausencia en el mensaje de Chivite de un cambio de rumbo en política fiscal “que detenga la fuga de empresas y recupere el atractivo”.