Representantes del Ayuntamiento de Tudela, de la Mancomunidad de la Ribera y de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra han mantenido una reunión este miércoles en la capital ribera para analizar la situación en el paraje de Las Norias tras el Día del Ángel y el impacto de las medidas adoptadas este año con el objetivo de evitar las consecuencias de la fiesta celebrada por la juventud en ese entorno. De este encuentro no ha salido ninguna medida que vaya dirigida a cambiar de ubicación la celebración o a que el Consistorio prohíba celebrar en ese lugar una fiesta el Día del Ángel, una cita que siguen calificando de "espontánea".
El colectivo Ecologistas en Acción ha anunciado que estudia denunciar a Gobierno foral y Ayuntamiento por hacer caso omiso de sus obligaciones de protección del lugar.
Todas las decisiones que han acordado las tres partes en el encuentro celebrado hoy van destinadas a la concienciación de escolares, si bien quienes acuden a esas fiestas no tienen esa edad y, en todo caso, podría significar una solución a largo plazo. Sin embargo, todo parece indicar que el año que viene Las Norias volverán a acoger esta fiesta que se ha convertido más en una rave que en una celebración de cuadrillas.
No impedir
Ni Medio Ambiente y ni Consistorio se ven capacitados para tomar la determinación de impedir el acceso a este espacio protegido en esos días, algo que, sin embargo, se hace habitualmente en cualquier espacio en la ciudad o también en muchos espacios naturales. En la nota que han hecho pública tras la reunión no se citan estas posibilidades.
Hay que recordar que desde hace alrededor de 20 años el Ayuntamiento ha intentado minimizar el daño y la basura que dejan los jóvenes de Tudela en Las Norias el Domingo de Resurrección, una jornada en la que se juntan las cuadrillas. Un año se trató de llevarlos al Cristo, y muchos fueron, pero el resultado fue también dejar un lugar lleno de basura.
Este año 2025 se han recogido 1.600 kilos de basura de un espacio que es como medio campo de fútbol y al que acuden alrededor de 300 personas. Todas las localidades de la Ribera celebran romerías y fiestas en el campo y solo los jóvenes de Tudela arrasan con su espacio natural y lo llenan de basura.
"Un acto espontáneo"
Según ha señalado en una nota, tanto los representantes del Ayuntamiento de Tudela como de la dirección General del Medio Ambiente han coincidido “en mostrar su preocupación por el incívico comportamiento que, cada año, muestran muchas de las personas jóvenes participantes en dicha fiesta y se han comprometido a buscar soluciones dentro del ámbito de sus respectivas responsabilidades públicas”.
En este punto han reconocido su “preocupación por las consecuencias sobre el medio natural” tras la fiesta que se celebra anualmente “de forma espontánea” y han reconocido que “es evidente que algo falla en la concienciación medioambiental, tanto en lo relativo al cuidado de espacios protegidos, como en la generación y gestión de los residuos”. Por segundo año, el Ayuntamiento usa la palabra "espontáneo" para hablar de una fiesta que se celebra cada año en un día concreto, que el Consistorio conoce de antemano, que es siempre en el mismo lugar y a la misma hora y al que sólo se puede acudir por dos caminos.
Por segundo año, el Ayuntamiento usa la palabra "espontáneo" para hablar habla de una fiesta que se celebra cada año en un día concreto, que el Consistorio conoce de antemano, que es siempre en el mismo lugar y a la misma hora.
Como solución a este problema, que el Consistorio se empeña en no afrontar, “está previsto un círculo de justicia restaurativa y talleres de evaluación de resultados dirigidas a los centros educativos a los que se ofrecerá adaptándolas a la edad del alumnado”, según han acordado hoy además de “trabajar en los niveles de educación primaria y también bachillerato para reforzar el conocimiento de los valores naturales, no solo del paraje de Las Norias, sino de cualquier espacio natural y que puedan disfrutar de los mismos desde el respeto”.
Con esas medidas la intención de los tres organismos es que jóvenes de entre 16 y 25 años dejen de verter cada año más de 1.000 kilos de basura en un paraje natural protegido por la ley de las afueras de Tudela y que las instituciones parecen dejar de lado.