Síguenos en redes sociales:

Navarra entona el ‘nunca más’ frente a todas las vulneraciones de derechos humanos

El Gobierno foral reconoce a 41 víctimas de violencia ultra o policial / "Sin compartir todos los sufrimientos no saldaremos el horror", remarca Ollo

Alberto Goñi interviene en nombre de las víctimas en el acto de este jueves.Unai Beroiz

32

Fue un acto de deslegitimación de la violencia y de defensa de la dignidad de las personas. Una ceremonia sobria, en Baluarte, con intervenciones hondas y breves, e intervalos donde la plasticidad de la danza y la música engalanaron la puesta en escena. Se reparaba públicamente a las 41 víctimas, las reconocidas durante 2024, seis de ellas mortales. La intervención más emotiva fue la de Alberto Goñi, una de las personas reconocidas, pero también tuvo calado la parte más institucional. La vicepresidenta segunda y consejera Ana Ollo pidió perdón por la indiferencia institucional que hubo “durante tanto tiempo” en Navarra, y estableció una máxima: “Lo que sufristeis estuvo mal y no deseamos que nadie padezca de nuevo lo que vosotros y vosotras habéis vivido”. 

Actuación artística durante el acto de este jueves.Unai Beroiz

32

“Este acto es un paso más en el combate al negacionismo al servicio de la tortura y de la impunidad”, añadió Ollo, que pidió “consenso para digerir las atrocidades del pasado y ayudaros a recuperar la esperanza”, y puso en valor que las víctimas “no esgrimen rencor, sino la necesidad de memoria, de verdad, de reconocimiento, de que se sepa qué pasó”. La vicepresidenta segunda incidió en la necesidad de un “suelo ético compartido, sustentado sobre el derecho a la vida, la dignidad humana, el respeto, la defensa y promoción de los derechos humanos y la deslegitimación de la sinrazón de la violencia, porque ninguna causa política, ninguna razón de Estado, está por encima de la dignidad de las personas”.

Según Ollo, “reafirmar la radical deslegitimación política y social de la cultura de la violencia como estrategia de acción política; preservar y reforzar el pluralismo; y velar por la protección efectiva de los derechos de todos y todas son los ejes del II Plan de Convivencia como un contrato social entre diferentes al que aspiramos”. Un futuro que a su juicio “se sustenta sobre tres grandes y sólidos pilares: la dignidad de las personas, la deslegitimación radical de la sinrazón de la violencia y la protección de los derechos humanos”.

Saldar la cuenta

Según la vicepresidenta y consejera, “o somos capaces de lograr un relato compartido y cimentado en todos los sufrimientos o nunca saldaremos la cuenta con el horror”. “Como sociedad, podemos tener ideas diferentes, proyectos distintos y hasta contrapuestos, pero nunca nadie debió, nadie debe, rebasar el límite de la dignidad de la persona. Desde el doble compromiso con las víctimas y con la sociedad, tenemos que decir nunca más”, sentenció Ollo.

Un camino en el que se embarcaron desde 2015. “No ha sido fácil ni lo va a ser. Navarra, con su compleja y trágica historia propia de violencia, no es una isla en el contexto estatal e internacional en el que no corren buenos tiempos”. Contexto mundial que, en positivo, “también nos aporta el soporte del Derecho Internacional sobre Derechos Humanos que inspiraron a los legisladores de 2019 y que ha guiado la acción de la Comisión de Reconocimiento y Reparación”, a quien Ollo felicitó por su difícil y duro trabajo”. Pero “en tiempos revueltos”, añadió,” siempre hay que aferrarse a los principios y a la ética. Ésa es la mejor brújula para mantener un rumbo que tiene que tener como motor y destino la convivencia”. “La democracia no permite atajos”, concluyó Ollo.

Ana Ollo, durante su intervención en el acto

La violencia y la vulneración de los derechos humanos nunca está justificada. Ni para conseguir la democracia ni para supuestamente defenderla… Nunca para nadie en ningún lugar. La memoria crítica sirve para evitar repeticiones de errores individuales y colectivos. Y reconocer –también por parte de las instituciones– lo que nunca debió pasar ni hacerse. Este es el sentido de este acto”, aseveró la consejera.

El segundo acto público “que poco a poco va consolidando un camino que parecía imposible y que hay que enmarcar en unas políticas públicas de memoria y convivencia integrales y coherentes”. “El fin nunca justifica los medios”, recordó también la vicepresidenta segunda. “Y más cuando los derechos humanos, empezando por el derecho a la vida, están en juego. La dignidad de las personas, además de su integridad, eso es lo importante”, momento en que recordó a las seis víctimas mortales a causa de esa violencia. Finalmente, Ollo apostó por “mantener viva la llama de la memoria, pero sobre todo hay que pelear por esta democracia quizá incompleta pero que tanto ha costado conseguir”.

Comisión de la verdad

También intervino Martín Zabalza, presidente de la Comisión de Reconocimiento y Reparación y director general de Memoria y Convivencia del Gobierno foral. Zabalza recordó que “el derecho a la verdad es de cualquier tipo de víctima que ha sufrido la violación grave de sus derechos humanos”, y subrayó la proyección alcanzada por las políticas públicas de reparación emprendidas en Navarra. “La Comisión aporta luz y verdad a una realidad oscura y negacionista”, sentenció Zabalza. “Vuestro sufrimiento fue verdad y no cabe negarlo ya más”. 

El auditorio del Baluarte, a rebosar.

“Como afirma el filósofo Reyes Mate”, prosiguió Zabalza, “quien no reconoce a todas las víctimas no reconoce verdaderamente a ninguna”. “Estamos dando pasos positivos en la buena dirección. La empresa no es fácil, la montaña es muy alta y la escalada es compleja, pero no hay alternativa”, añadió, y tirando de la misma metáfora citó a Nelson Mandela, que dijo haber descubierto un secreto: “Tras escalar una gran montaña uno descubre que hay muchas otras montañas por escalar”.

Entre el público asistente, además de víctimas y familiares, acudieron representantes políticos e institucionales. Entre otros, el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, y el Defensor del Pueblo de Navarra, Patxi Vera, Leticia San Martín, de UPN; Inma Jurío, del PSN-PSOE; Laura Aznal, de EH Bildu; Pablo Azcona, de Geroa Bai; y Carlos Guzmán, de Contigo-Zurekin. No asistieron representantes del PPN ni de Vox.

Discurso de Alberto Goñi, en nombre de las víctimas

Antes de nada, quisiera manifestar mi mas profundo agradecimiento por este acto, al Gobierno de Navarra, por su trabajo e implicación en todo este proceso. Gracias a todas y a todos. Eskerrik asko bihotzez.

Pienso que somos la sociedad de los silencios. Como dice el poema de Rozalen, “CALLA, no remuevas la herida, llora siempre en silencio, no levantes rencores que este pueblo es tan pequeño, calla, llora siempre en silencio...”. Sí, creo honestamente que llevamos demasiado tiempo callando, en silencio. Y quizás, quién sabe, ha llegado la hora de hablar, compartir, dialogar, entendernos, cambiar la historia. Como dice una buena amiga, BERRIDATZI, reescribir nuestra historia sobre nuestros propios testimonios, sobre nuestras vivencias. Por eso estoy hoy aquí. Para hablar de lo que nunca me he permitido, expresar y compartir.

Mi abuelo Patricio, a quien nunca conocí, fue un hombre republicano que murió en Bilbao con una txapela roja, obligado por las circunstancias. No supe de su existencia hasta que cumplí 16 años. En casa de mi abuela nunca se habló de él. Solo conocí a mi otro abuelo. Crescente, el cojo de San Nicolás. Nunca llegué a preguntarme por qué mi madre y mi tía tenían apellidos diferentes a sus hermanos. Bendita inocencia.

Mi abuelo murió por una causa que no era la suya, total para que los que creían que si lo era, fuesen masacrados por los suyos en Montejurra en el 76. En el año 78 escuché por la radio de la policía, estupefacto aquella frase luego tristemente famosa, “Tirad con todas las energías, no os importe matar”. Y mataron y vi en primera persona mi ciudad arrasada y en llamas. Sanfermines destrozados.

Estuve justo al lado de Gladis del Estal justo antes de que un guardia civil la asesinase de un disparo. Pensamos que era un petardo. Nos enteramos al llegar de Tudela y ver la ciudad cortada por barricadas.

Con mis padres aprendí lo que era la solidaridad obrera, cuando los trabajadores de Potasas estaban encerrados en la mina, la gente les llevábamos bocadillos, bebidas, tabaco, para que aguantasen. Y aguantaron, vaya que si aguantaron, las cargas policiales y el acoso, gracias a la solidaridad.

Con 14 años me destrozaron la espalda de un pelotazo a quemarropa. Terminé detenido y apaleado.

Emociones a flor de piel.

En aquellos años, finales de los 70 primeros de los 80, se vivía con la intranquilidad de los ataques de los guerrilleros de Cristo Rey, que en algunos casos terminaron costando la vida de personas indiscriminadamente. Amigos míos terminaron con cruces gamadas grabadas con cuchillas en el pecho. Otros y otras sufrieron también agresiones brutales.

En 1983 fui detenido y torturado, mientras dos jóvenes tolosarras estaban desaparecidos, Joxi y Josean, torturados y asesinados. Eran los tiempos del GAL.

En 1985 fui nuevamente detenido, y nuevamente torturado, esta vez un muchacho de Orbaizeta estaba desaparecido. Había sido detenido(...) Al salir esposado de mi casa, mi pobre madre, angustiada, le preguntó al último policía qué le iba a pasar a su hijo” el policía respondió “Tranquila señora que su hijo no aparecerá flotando en el Bidasoa”. Faltaban 8 días para que Mikel Zabalza apareciera precisamente, flotando en el Bidasoa.

En 1987 fui nuevamente detenido por participar en una movilización antimilitarista. Entonces cientos de jóvenes navarros terminaron en la cárcel por negarse a hacer la mili.

A pesar de todo, siempre he pensado que he tenido muchísima suerte. Sobreviví, y tuve un entorno que me ayudó a recuperarme física y psicológicamente.

Una interpretación musical, durante el segundo acto de reconocimiento a las víctimas de funcionarios públicos

El miedo se instala en el alma

Pero siempre desde la culpa, el miedo, la vergüenza. El miedo se instala en el alma, sientes cómo te atropella, te ahoga, no te deja vivir. Siempre con el miedo a que vuelvan, a que te lleven de nuevo detenido, a volver a la locura, al dolor, al horror.

La culpa, un veneno que te corroe, diste nombres, hablaste y otros fueron torturados por ti, eso me decían en comisaría; podías haber aguantado más, y no pude, pusilánime... la culpa es otra mochila muy pesada. De por vida. Nunca te abandona.

El silencio. Si le han detenido es porque algo habrá hecho, y te callas para evitar las miradas, los comentarios. Tampoco fue para tanto, otros lo han pasado peor. Solo estuviste un día y solo quieres olvidar y que te olviden. Y ese silencio opresivo se convierte en una costumbre que te evita recordar y revivir. Siempre callas, pero la vivencia siempre está ahí (...) la mochila siempre está sobre la espalda.

Todas y todos los que hemos sufrido la violencia de cualquier tipo tenemos vivencias similares. Estos últimos años he tenido el privilegio de compartir vida con personas maravillosas, que perdieron padres, maridos, hijas e hijos. Sufrieron como nosotras y nosotros la violencia, el acoso, y muchas veces la indiferencia cuando no la culpabilidad de parte de la sociedad. Pienso honestamente que la violencia es profundamente inhumana. Toda violencia es inhumana.

Nos coloca en trincheras (...).

Un instante de la actuación que tuvo lugar durante el segundo acto de reconocimiento a las víctimas de funcionarios públicos, 41 hasta la fecha

La violencia niega la posibilidad de la escucha

A través de la relectura de mi propia vida pienso que la violencia niega la posibilidad de la escucha. Niega la razón, para imponer el criterio. Niega la posibilidad de ver en el otro/otra, alguien con quien discutir, compartir, razonar, discrepar, para pasar a ser solo el enemigo. Trincheras que separan, y entierran las ideas, y una tierra de nadie para que no exista la posibilidad del acercamiento.

BERRIDATZI...sí... rescribir la historia desde las experiencias humanas, todas ellas. Porque creo firmemente que no podemos dejar a las siguientes generaciones, campos llenos de cadáveres, sin que los familiares puedan enterrarlos y llorarles, silencios agobiantes de traumas sufridos y nunca resueltos, historias de victorias pírricas, que no cambiaron nada, cambios que nunca sucedieron y que solo fueron la antesala del siguiente enfrentamiento.

La violencia es inherente al ser humano. Eso desgraciadamente creo que es así. Pero tenemos la obligación de aprender a escuchar activamente. Las denuncias de torturas, los malos tratos, el acoso y la muerte a políticos y sus familiares, las violaciones, la pederastia por parte de religiosos/as, el miedo de las mujeres a andar libremente por las calles, los niños y niñas acosados por otros niños. Tantas formas de violencia como seres humanos. Pero solo cuando les volvemos la cara los abandonamos. Cuando no nos escucháis, cuando no escuchamos, los relatos, son, somos verdaderamente víctimas. Y fracasamos como sociedad.

Un día de agradecimiento

BERRIDATZI... SÍ... llenemos las trincheras de tierra nueva, fértil, hagamos de los campos de batalla, campos de siembra, en donde cultivar el diálogo, la escucha, el entendimiento, las ideas diferentes, las contradicciones; en donde alimentar de vida a una nueva humanidad, que nos reclama a gritos que quiere un nuevo tipo de sociedad. Donde nos encontremos en el corazón del otro, y no solo en sus ideas. Una sociedad que pueda cometer sus errores y no de nuevo los nuestros.

Hoy es un gran día. Hoy es un día de alegría. Un día de agradecimiento, y de paz interior. Ojalá, y lo deseo de todo corazón, sea el inicio, sea otro punto de inflexión y de sanación que tanto necesitamos. Las generaciones venideras, sin nacer todavía, nos lo reclaman. Las generaciones pasadas, nos miran y nos animan. Ya es la hora. MILA ESKER BIHOTZEZ.

Discurso de Alberto Goñi en el acto de reconocimiento