Con más de 30 años de experiencia profesional, 25 de los cuales alternando la sanidad publica y privada, la ginecóloga Teresa Díaz, directora de la Clínica Ginecológica Ajuriaguerra, en Bilbao, se ha especializado en disfunciones del suelo pélvico, un tema que le apasiona.  

Teresa Díaz, ginecóloga. Oskar Gonzalez

Hace no tanto la visita al ginecólogo/a se ceñía al embarazo, al parto o cuando había alguna patología evidente, ¿hoy, acuden más mujeres de manera periódica en revisión rutinaria? 

Es muy importante mantener la salud en general y, en concreto, la salud de la mujer en patologías silentes como, por ejemplo, el cáncer de cuello de útero. El mensaje de los/as especialistas ha de ser resaltar la importancia de que la mujer se haga revisiones periódicas, porque hay patologías muy frecuentes que pueden alterar la calidad de vida de las pacientes y muchas de ellas no se consultan; si no vienen a revisiones periódicas no sabrán que las tienen. 

¿Por ejemplo?

Los miomas. Hasta un 70% de las mujeres pueden tener miomas que interfieren de forma muy negativa en su día a día y si no se tratan pueden afectar a su salud. Hay que tratarlos para que no mermen su actividad diaria, porque producen alteraciones. Pero existen otras patologías que están ahí, como la incontinencia urinaria de la que se habla poco y sigue siendo tabú, cuando en mayores de 65 años la padece hasta un 70%. 

¿El control y cuidado ginecológico va más allá de lo que estrictamente rodea a la maternidad? 

Esto va cambiando. No solo las redes sociales sirven para que se comuniquen entre ellas, sino también cada vez más las ginecólogas estamos llegando a Internet para que las mujeres jóvenes compartan sus problemas, se actualicen y se hagan controles. Por ejemplo, entre la juventud las enfermedades de transmisión sexual (ETS) están teniendo un repunte muy importante debido a lo maravillosa que puede ser la sexualidad, pero también a los cambios de pareja o al haber bajado la guardia en las medidas profilácticas. Por suerte, en Euskadi, desde el año 94 todas las jóvenes, o la mayoría, han tenido acceso a la vacuna del virus del papiloma humana (VPH). El problema es que las que nacieron antes de esa fecha no han accedido a ella. Y para eso estamos las ginecólogas, para cuidarlas y asesorarlas con respecto a este virus y a las patologías de ITS y orientarles sobre la sexualidad que, afortunadamente, está empezando a normalizarse, dejando de lado los prejuicios. 

¿Cuáles son los riesgos de salud más elevados que suelen atender?

Consultan cada vez más por el virus del papiloma humano, aunque todavía está poco valorado porque muchas mujeres desconocen que produce cáncer de cuello de útero, que se puede prevenir y que, incluso, aunque seamos mayores podemos beneficiarnos de la vacuna. La labor de divulgación y de concienciación es muy importante en ginecología, porque hay mujeres que padecen restricciones importantes de salud e incluso pueden llegar a morir. Los miomas están también infravalorados porque son tumores benignos y aunque dan muchos problemas no se hablan mucho de ellos. También hay mucha endometriosis de la que tampoco se habla. 

¿Las mujeres tienen miedo a los tratamientos hormonales?

Quitemos el estigma a esos tratamientos porque, además, los especialistas también disponemos de tratamientos no hormonales que mejoran su calidad de vida. Sin embargo, muchas mujeres siguen sufriendo todos los meses los sangrados y no recurren a ellos. Igual sucede con miomas y endometriosis, patologías frecuentísimas para las que existen tratamientos eficaces. Aún así, muchas mujeres tienen miedos infundados a las terapias hormonales sin motivo, porque actualmente se hacen de forma personalizada y valorando el riesgo/beneficio para cada paciente. 

Los momentos pre/postmenopáusicos suelen ser críticos. ¿Observa que hay más mujeres que se toman más en serio en estos momentos el control ginecológico?

Para la mujer el control ginecológico es fundamental en todas las etapas. Desde la adolescencia hasta la perimenopausia. Por supuesto, en esta etapa es importante acompañar a la mujer. Hay quien tiene síntomas como sofocos, disminución de la libido, sequedad vaginal… Algunas lo ven como normal y no les afecta, entonces no hay que insistir, sino acompañarlas; sin embargo, hay otras que quieren y precisan tratamiento. Si sufren nerviosismo podemos prescribir algún derivado del triptófano, si tienen insomnio podemos ayudar con melatonina o puede ser que necesiten terapia hormonal que se llevara a cabo de forma individualizada. En la perimenopausia es clave que cada mujer hable con el especialista sobre lo que le preocupa y nosotros tenemos que estar alerta a sus necesidades. Actualmente disponemos de una batería de tratamientos muy eficaces para los problemas que puedan surgir en la menopausia, por ejemplo, terapias locales con láser o radiofrecuencia cuando la mujer no tiene otra afección que la genital, pero si sufre alguna otra patología el tratamiento será más global, sistémico.

La maternidad se está demorando a pasos agigantados, ¿este retraso aumenta significativamente el riesgo de enfermedades ginecológicas?

Siempre se ha hablado del riesgo de aumento de cáncer de mama si retrasamos la maternidad y si no hay lactancia. Eso es un hecho y hay que informar a las mujeres en la consulta de que a partir de 35 años cae la fertilidad de forma significativa. Hay que asesorarlas, porque si están interesadas en ser madres y van a diferir mucho la maternidad hay que derivarlas a un especialista en reproducción para que les oriente. Hay tratamientos como la vitrificación de óvulos, que es importante no posponerlo; a los 34-35 años será mejor que más tarde, porque los ovocitos tendrán mejor calidad. Seguramente una mujer de 35 años que quiera quedarse embarazada lo logrará espontáneamente casi seguro a lo largo del primer año, pero si lo va retrasando tiene que consultarlo con el especialista en reproducción. Si acuden a una técnica de reproducción asistida suele resultar muy frustrante para ellas que les digan que sus ovocitos no son de calidad porque los guardaron tarde y tienen que recurrir a una donación de óvulos. 

Siempre se ha dicho que prevenir es mejor que curar. ¿En qué rango de curación se encuentran los cánceres ginecológicos? 

Con el cáncer de mama las mujeres estamos muy mentalizadas a la hora de seguir los programas de cribado, que debieran de hacerse a partir de los 40 años y extenderlo más allá de los 69 años. Hay que detectar de forma precoz todas las patologías ginecológicas y donde más se puede actuar es en el cáncer de cuello de útero, en los miomas y en el cáncer de mama.

El periodo habitual de vida post menopáusico ya es mucho más largo que el tiempo de fertilidad. ¿Abandonarse en este periodo tan largo, de los 50 a los 90 años, puede ser una inercia nociva? 

Ahí tenemos a María Blasco, directora del CNIO que recientemente nos habló en los premios del Alfiler de Oro Mujer Siglo XXI de cómo vivir bien hasta los 140 años. Las mujeres no deben abandonar sus controles tras la pérdida de la fertilidad, porque su periodo de vida será todavía muy prolongado. En la época de la perimenopausia muchas mujeres presentan sofocos y muchas de ellas son mujeres empoderadas, que lideran compañías con trabajos de gran relevancia social, económica y política. No pueden ver mermada su actividad ni estar inseguras en una reunión con hombres que no van a manifestar esta patología. No pueden parar sus encuentros porque sufran sofocos u otra sintomatología típica de la menopausia y para eso estamos los/as especialistas, para orientarlas, valorar su situación y que vivan su profesión y su vida en general de una forma no menos importante que los varones, sabiendo que tienen mil alternativas para afrontar su problema de salud.

QUIÉN ES

Teresa Díaz Martín es licenciada en Medicina y Cirugía General por la UPV en 1992. Especialidad de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Universitario de Cruces. Máster Profesional Médico quirúrgico sobre Disfunciones del Suelo Pélvico por la Universidad Miguel Hernández de Elche, II Edición. Pertenece al Comité Suelo Pélvico HUC, es miembro de SEGO-Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, sección de Suelo pélvico y Ecografía. En la actualidad compagina su actividad en la sanidad pública con la dirección de la Clínica ginecología Ajuriaguerra, en Bilbao.