En un momento u otro todos nos hemos visto obligados a utilizar un baño público. En un bar, en el cine, en el trabajo, en un centro comercial o durante un viaje podemos sentir la necesidad, o la urgencia, de acudir al servicio.

Los baños públicos de por sí no suelen ser lugares higiénicos, pero tampoco todos son iguales. Mientras hay unos descuidados que no invitan ni a pasar de la puerta, otros, los que disponen de un mantenimiento adecuado, nos animan a utilizarlos. 

Sin embargo, debido al elevado número de personas que pasan por ellos, ni siquiera estos últimos están totalmente libres de gérmenes. En estos lugares se pueden encontrar microorganismos como estreptococos, estafilococos, la bacteria E.coli, el virus de la hepatitis A o el virus de la gripe.

Al respecto, expertos de la Unviersidad de Utah (EEUU) señalan que estos gérmenes mueren rápido y que una persona debería contraer una gran cantidad de ellos para enfermar. Sin embargo, siempre que acudamos a un baño público, debemos ser prudentes y adoptar unas medidas preventivas para reducir el riesgo de contraer infecciones

Para evitar la transmisión de enfermedades en estos espacios, es importante estar concienciados y poner en práctica unos hábitos de higiene. Algunos de ellos son:

1- No sentarse en el inodoro. La taza del baño es la superficie donde más bacterias y microorganismos infecciosos suelen acumularse y lo más recomendable es no apoyarse en ella. Sin embargo, en el caso de las mujeres no siempre es fácil mantener el equilibrio. Si no te apañas, una opción sería limpiar la superficie con una toallita desinfectante antes de sentarte.

2- No forrar el asiento de papel higiénico. No es aconsejable poner papel higiénico para sentarse encima puesto que su material y su textura están diseñados para absorber. Esto hará que los mircoorganismos se adhieran a él y después pasen a tu piel.

3- Evitar el contacto directo con las superficies. Es un error pensar que los gérmenes están solo en el inodoro. Puertas, manillas, grifos o secadores de manos son otros lugares en los que puede haber virus y bacterias. En vez de con la mano, toca estas superficies con toallitas de papel y luego deséchalas.

Baño de un hotel con urinarios y lavabos a la vista junto a otros espacios cerrados con puerta.

4- Lavarse las manos con agua y jabón. La mejor protección contra un baño público es lavarse las manos con agua y jabón para eliminar las bacterias que hayamos podido adquirir durante el aseo. Aunque en un primer momento podemos utilizar toallitas desinfectantes para salir del paso, debemos lavarnos las manos cuanto antes con agua y jabón. 

5- Bajar la tapa antes de tirar de la cadena. Si no tenemos cuidado, la fuerza del agua dispersará las microsustancias contaminantes del retrete por todo el aseo.

6- No usar el móvil en el baño. Apoyar el móvil en cualquier superficie del servicio o usarlo con las manos sucias hará que se contamine fácilmente con virus y bacterias.

7- No dejar las cosas en el suelo. Si dejas el bolso o el abrigo en el suelo, además de ensuciarse, atrapará todo tipo de virus y bacterias que están en su superficie. Mejor cuélgalos en un gancho, si hay, o si no déjaselo a alguien que te lo guarde.

Retrete en un baño moderno de un local.

8- No usar papel higiénico sin protección. Evita utilizar papel que no esté protegido por un portarrollos puesto que puede acumular una gran cantidad de microbios. Lo mejor es que lleves en tu bolso toallitas húmedas o pañuelos de papel.

9- No bajarse demasiado los pantalones. Si la ropa toca el suelo podría contaminarse con las bacterias del suelo o del inodoro.

10- No usar los secadores de aire. Utilizar el secador de manos puede hacer que los gérmenes, además de por tus manos, se esparzan por todas partes.

Recuerda que en estas ocasiones más vale prevenir que lamentar y aunque los expertos consideren que es difícil que se produzca un contagio, toma todas las precauciones que estén en tu mano para evitarlo.