El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), es una de las principales causas de muerte y discapacidad en Navarra.
Se produce cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se detiene, lo que puede provocar daños en las células cerebrales.
Existen dos tipos principales de ictus: el isquémico, causado por un coágulo que bloquea el flujo sanguíneo, y el hemorrágico, que ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe. Aunque el ictus puede ocurrir de forma repentina, la buena noticia es que en muchos casos se puede prevenir adoptando un estilo de vida saludable y gestionando ciertos factores de riesgo.
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo del ictus no se pueden modificar, como la edad, el género y la predisposición genética.
Sin embargo, la mayoría de los factores que contribuyen a la aparición de un ictus son modificables, lo que significa que hay medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo. Entre los factores más importantes se incluyen:
- Hipertensión arterial: La presión arterial alta es el factor de riesgo más significativo para el ictus. Si no se controla, puede dañar los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de obstrucción o ruptura de los mismos.
- Diabetes: Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades vasculares que pueden conducir a un ictus. Mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control es fundamental.
- Colesterol elevado: El colesterol alto contribuye a la formación de placas en las arterias, lo que puede bloquear el flujo sanguíneo al cerebro.
- Tabaquismo: Fumar daña los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial, lo que eleva significativamente el riesgo de sufrir un ictus.
- Obesidad y sedentarismo: El sobrepeso y la falta de ejercicio físico regular son factores que pueden aumentar la presión arterial y afectar el metabolismo, aumentando el riesgo de ictus.
Cómo prevenir el ictus
Prevenir el ictus requiere un enfoque integral que combine la adopción de hábitos saludables y el manejo adecuado de las condiciones médicas preexistentes. A continuación, algunas recomendaciones clave para reducir el riesgo de ictus:
Mantener la presión arterial bajo control
La hipertensión es uno de los mayores factores de riesgo del ictus.
Es fundamental medir regularmente la presión arterial y seguir las recomendaciones médicas si se presenta hipertensión.
Mantener la presión arterial por debajo de 120/80 mmHg es ideal, y esto se puede lograr a través de una combinación de dieta saludable, ejercicio y, si es necesario, medicación.
Alimentación saludable
Una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables (como las que se encuentran en el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado) ayuda a mantener a raya el colesterol y la presión arterial.
Reducir el consumo de alimentos altos en sodio, grasas saturadas y azúcares añadidos también es crucial para la prevención del ictus.
Ejercicio regular
El ejercicio físico regular no solo ayuda a controlar el peso, sino que también contribuye a reducir la presión arterial y el colesterol.
Se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada (como caminar, nadar o montar en bicicleta) a la semana.
No fumar
Dejar de fumar es una de las mejores decisiones que se pueden tomar para prevenir el ictus.
Fumar daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de coágulos. Si ya eres fumador, existen múltiples recursos y programas de apoyo para dejar el tabaco.
Controlar el azúcar en sangre
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de ictus, por lo que es importante controlar los niveles de glucosa en sangre mediante una dieta adecuada, ejercicio y medicación si es necesario. Mantener los niveles de azúcar bajo control ayuda a proteger los vasos sanguíneos y reduce el riesgo de complicaciones.
Limitar el consumo de alcohol
El consumo excesivo de alcohol aumenta la presión arterial y contribuye al desarrollo de enfermedades cardíacas.
Limitar el alcohol a una cantidad moderada (lo ideal es eliminar por completo el consumo) es clave para reducir el riesgo de ictus.
Mantener un peso saludable
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para el ictus. Perder incluso una pequeña cantidad de peso puede tener un impacto positivo en la presión arterial y en los niveles de colesterol.
Prevenir el ictus es posible adoptando un estilo de vida saludable y controlando los factores de riesgo que lo favorecen.
Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, controlar la presión arterial y el azúcar en sangre, y evitar hábitos dañinos como fumar o beber en exceso son estrategias clave para reducir las probabilidades de sufrir un ictus.
La prevención activa y un seguimiento regular con el médico pueden hacer una gran diferencia en la protección de la salud cerebral y cardiovascular.