Para poder mantener a raya factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la obesidad, la diabetes o los niveles elevados de colesterol y triglicéridos, una alimentación saludable, priorizar el descanso, hacer ejercicio y evitar el tabaco y el alcohol son clave. Para mejorar la salud cardiovascular y ganar calidad de vida es importante tener en cuenta los consejos de los expertos:

Dieta saludable

Como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), la dieta mediterránea puede jugar un papel decisivo en el cuidado del corazón. Esta alimentación se basa en el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, evitando en lo posible tanto azúcares libres como grasas trans, y limitando la ingesta de grasas saturadas en favor de las no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y aceite de oliva). Es importante también reducir los alimentos ultraprocesados y aprender a leer los ingredientes de las etiquetas. 

Aumentar la actividad física

Realizar actividad física de forma regular, practicar algún deporte y mantener un estilo de vida activo ayuda a evitar el sedentarismo. Porque el ejercicio físico no debería ser una opción. Empieza caminando 10 minutos al día, luego 20 y así hasta que el movimiento forme parte de la rutina. Si no eres muy deportista, no te exijas de más. Pero recuerda que cualquier aumento de ejercicio es bueno. La constancia es muy importante para que el deporte sea cardiosaludable, por ello es mejor hacer ejercicio media hora diaria que hacerlo un día a la semana con mucha intensidad.

Dejar de fumar

Decir adiós al tabaco es un regalo para tu salud cardiovascular. Nuestro cuerpo no necesita ni el alcohol ni el tabaco. No nos aportan nada bueno y cuando nos excedemos en nuestro día a día (o en alguna celebración) es señal más evidente que nos da el cuerpo para protestar. El tabaco daña gravemente la salud, independientemente de cómo se consuma (cigarrillos, cigarros, pipa o tabaco para mascar). El riesgo de infarto de miocardio y de accidente vascular cerebral empieza a disminuir inmediatamente después de dejar de fumar y se puede reducir a la mitad en un año.

Una vez al año es recomendable hacerse una analítica para revisar la glucosa, el colesterol y los triglicéridos. V.S.

Controlar el estrés

Aprende a manejar el estrés con técnicas de relajación o mindfulness. Porque es completamente necesario buscar una válvula de escape al estrés. Por ejemplo, meditar, leer o algo que disfrutes que te haga desconectar. Tomarse un minuto cada día para respirar profundo reduce el estrés y protege el corazón. El estrés influye negativamente en el metabolismo y eleva el riesgo de enfermedad cardíaca.

Dormir mejor

Priorizar el descanso es clave para disfrutar de una buena salud. Entre otras medidas, se recomienda elegir una rutina relajante y apagar las pantallas al menos una hora antes de dormir.

Reírse más

Reír no solo te hace más feliz, sino que también te puede ayudar a proteger el corazón. Estudios presentados en el European Heart Journal demuestran que la risa ayuda a relajar las arterias, mejora el flujo sanguíneo en un 20% y reduce la inflamación y el estrés.

Acudir al médico

Para controlar los factores de riesgo cadiovascular. Junto con estos hábitos de prevención cardiovascular, conviene añadir otro elemento que sirve para conocer el estado de salud cardiovascular de una persona, y detectar lo más precozmente posible la aparición de los temidos factores de riesgo cardiovascular: las revisiones médicas. Acudir al médico al menos una vez al año para hacerse un chequeo, medir la tensión, someterse a una analítica que permita revisar la glucosa en sangre, el colesterol, los triglicéridos, etc., es muy recomendable.