Durante los meses de verano es común disfrutar de reuniones sociales, celebraciones y, por supuesto, comida y bebida en abundancia. Sin embargo, los excesos en la dieta y el consumo de alcohol pueden afectar nuestro bienestar, haciéndonos sentir pesadez, hinchazón y menos energía.
Para evitar estos efectos y mantenernos saludables, resulta fundamental tener en cuenta ciertos hábitos y estrategias que nos permitan disfrutar del verano sin caer en el descontrol gastronómico. Por ejemplo, los expertos recomiendan seguir estas pautas:
Controlar las porciones
Uno de los principales problemas en verano es la abundancia de comida en eventos y reuniones. Es fácil dejarse llevar por la tentación y comer en exceso, especialmente cuando las comidas son deliciosas y variadas. Para evitarlo, es clave controlar las porciones; por ejemplo, utilizando platos más pequeños, lo que permite tener una mejor percepción de la cantidad que se está ingiriendo. Si se va a degustar un plato de arroz o una fideuá, que contenga en pequeñas porciones carne o pescado y verduras es una opción perfecta si se acompañan de una ensalada y fruta de postre. Al menos una vez al día, consume las verduras crudas, ya que es la mejor forma de aprovechar todas sus vitaminas y minerales.
Tentempiés sanos
A media mañana y a media tarde, o como broche final en una comida, una pieza de fruta siempre está bien. Para hacerlo más atractivo, se puede convertir en un helado saludable si se congela en trocitos previamente.
Otros tentempiés sanos con los frutos secos, trocitos de zanahoria, yogur, tostadas de pan integral...
Beber agua antes y durante las comidas
Muchas veces confundimos sed con hambre, lo que nos lleva a comer más de lo necesario. Beber un vaso de agua antes de cada comida nos mantiene hidratados y nos ayuda a sentirnos más llenos. Además, el agua favorece la digestión y previene la deshidratación propia del calor.
Disminuir el consumo de alcohol
Aunque es tentador disfrutar de una copa de vino o una bebida refrescante en una terraza, es importante no excederse. Una estrategia útil es alternar las bebidas alcohólicas con agua o elegir opciones más ligeras como el vino blanco o la cerveza sin alcohol. También se aconseja no abusar de cócteles con azúcares añadidos.
Dulces ocasionales
Los helados y los postres dulces, se deben de consumir de forma ocasional. Recuerda que no son alimentos fundamentales ni esenciales para una alimentación saludable, es decir, no deben formar parte de nuestra dieta diaria.
Recuperar el hábito del deporte
La práctica de ejercicio físico nos ayuda a mantener la línea. Con la llegada de las vacaciones se suele perder este hábito y pasamos de hacer deporte varios días a la semana a tumbarnos en la playa y sin movernos demasiado; los expertos recomiendan que no olvidarse del ejercicio con pequeñas rutinas diarias.