Mantener una buena calidad de vida es sencillo. Basta con seguir ciertos hábitos saludables, y el cardiólogo José Abellán quiso enumerarlos en una entrevista reciente en 'La Ser'.
Según señaló, el ejercicio físico regular es la principal falta que tiene el ser humano: "No nos movemos lo suficiente. En el movimiento tu cuerpo ha encontrado la llave de garantizare una salud óptima".
Asimismo, aseguró que si practicásemos deporte con frecuencia "desaparecerían" muchos casos de enfermedades cardiovasculares y de cánceres.
Tener una alimentación adecuada y estar "sincronizados" con el medio también es fundamental para mantener una buena salud: "Vivir de día y descansar suficiente por la noche asocia un mejor perfil de salud cardiovascular. Si tienes problemas para descansar, asegúrate de que tu día es activo y de que usas el sol para sincronizarte".
La conexión social y con la naturaleza también es un punto clave: "Las personas con unos lazos más débiles con los suyos presentan peores indicadores de salud. Del mismo modo, conectar regularmente con la naturaleza mejora dichos indicadores".
El peor hábito para la salud
Sobre los hábitos que más perjudican a la salud, Abellán destacó el tabaco: "El tabaco mata cada día a 22.000 personas. Es el gran asesino de nuestra sociedad".
Fumar tabaco es una de las principales causas de enfermedades prevenibles y muertes en todo el mundo. A pesar de la amplia información disponible sobre sus efectos nocivos, millones de personas continúan fumando, muchas de ellas atrapadas en una adicción que combina factores físicos, psicológicos y sociales.
El humo del tabaco contiene más de 7.000 sustancias químicas, de las cuales al menos 250 son perjudiciales y unas 70 cancerígenas. Estas sustancias dañan casi todos los órganos del cuerpo.
Entre los efectos más conocidos se encuentran el aumento del riesgo de cáncer de pulmón, laringe, boca, vejiga, páncreas y esófago. Además, el tabaco contribuye a enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, al reducir el oxígeno en la sangre y dañar las arterias.
El sistema respiratorio es uno de los más afectados: los fumadores suelen desarrollar bronquitis crónica, enfisema pulmonar y una disminución progresiva de la capacidad pulmonar. También el sistema inmunitario se debilita, lo que facilita infecciones. En el caso de las mujeres embarazadas, fumar puede causar bajo peso al nacer, partos prematuros o incluso muerte fetal.
Más allá de los efectos físicos, el tabaco genera dependencia psicológica. La nicotina, adictiva y estimulante, actúa sobre el sistema nervioso central y produce sensaciones de placer y alivio temporal del estrés, lo que refuerza la necesidad de seguir fumando.
Por qué dejar de fumar
Los beneficios de dejar el tabaco comienzan casi de inmediato. A los 20 minutos, la presión arterial y el ritmo cardíaco empiezan a normalizarse.
En 24 horas, los pulmones comienzan a eliminar el monóxido de carbono, y en pocas semanas mejora la capacidad respiratoria.
El riesgo de infarto se reduce a la mitad en un año y, tras 10 años sin fumar, el riesgo de cáncer de pulmón desciende de manera significativa.
Además de los beneficios físicos, dejar el tabaco mejora la calidad del sueño, la piel, el aliento y el gusto, y contribuye a una mejor salud mental al romper con la dependencia.