El Chupinazo de San Fermín, en directo: ¡¡Estalla la fiesta con más fuerza que nunca!! El emotivo discurso de Unzué

El Chupinazo más integrador y uno de los más emocionantes en muchísimo tiempo. Con la plaza en un respetuoso silencio, de esos que casi no se recuerdan, Juan Carlos Unzué hizo explotar la fiesta de Pamplona, 1.087 días después. La emoción fue desbordante: “Estáte tranquilo, te quiero”, le dijo su esposa María Elorza antes de salir en silla de ruedas al balcón de la Casa Consistorial, arropado por sus hijos Aitor, Jesús y María. Subió la rampa montado en la silla de ruedas y no le tembló el pulso ni la voz, mientras a su lado, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, miraba el cielo; “Ha sido el Chupinazo más emocionante”, dijo el primer edil. El exfutbolista y exentrenador Juan Carlos Unzué dio el pistoletazo a unas fiestas de San Fermín que valen por tres (las de 2020 y 2021 van dentro), y que tienen un trasfondo muy importante, porque son los Sanfermines que recuerdan a los que se han ido con el Covid, a los sanitarios que nos cuidaron durante la pandemia, y a los enfermos de ELA, como Unzué. Él está bien, pero Montxo, el presidente de ANELA, pasaba ayer este día tan especial en el hospital en estado crítico por su enfermedad, como confirmaron miembros de la asociación.

El agua no fue impedimento

La lluvia no aguó la fiesta y, a pesar de la tremenda tormenta que cayó en la mañana de ayer, miles de pamploneses y visitantes llenaron la plaza Consistorial. Después de dos años de parón sanferminero, había sed de fiesta. Junto a Unzué, César López, de la Pirotecnia Fiesta de Beriáin, fue el ayudanta de cámara del protagonista del cohete. Señaló que este es su cuarto Chupinazo de Pamplona después de los de 2017,2018 y 2019, y en cuanto a la decoración, “hemos querido hacer continuidad de años anteriores y por eso es rojo, con el escudo de Pamplona y la imagen de San Fermín”.  

El cohete subió hasta 30 metros de altura, gracias a una carga de “25 gramos de fulminante”, y estalló sonando a unos 120 decibelios. Miles de personas lo siguieron por todo el mundo. Fue entonces cuando los pañuelos en alto se anudaron al cuello, y cuando sonaron los ¡Viva San Fermín! y ¡Gora San Fermín! que ponen los pelos de punta. Le siguieron 48 cohetes más, el segundo lanzado por Francisco Javier Zabalza, de Asorna.

Después del Chupinazo, Juan Carlos Unzué permaneció hasta 20 minutos guardando en la retina este momento. “Me llevo este recuerdo en el corazón”, dijo después. Dentro, la Casa Consistorial era un hervidero de gente. En la tercera planta, los medios de comunicación se afanaban ayer en conseguir un enfoque diferente de un acto que este año era más único que nunca, mientras que en la segunda, decenas de invitados disfrutaban del momento, entre ellos la mayoría políticos y representantes de diversas asociaciones. Solo la vedette Norma Duval puso en toque curioso, invitada por el pamplonés Manolo Sánchez y su esposa. 

En la plaza, sonó entonces la Biribilketa de Gaínza, interpretada después de 39 años en la plaza Consistorial. Llovía de nuevo, esta vez con más intensidad, pero nadie lo notó. La gente se sumergió en la fiesta. A los txistularis le siguieron los gaiteros y la música siguió después por las calles del Casco Viejo. En la Plaza del Castillo, por primera vez también este año, la música electrónica tomó la calle. Sonaba distinto que otras veces, muy raro. Mientras, en las peñas sanfermineras, se volvió de nuevo a lo de siempre.

"Yo creo que necesitamos todas las personas tener unos objetivos, ser un poco ambiciosos, para encontrar también una motivación cada día que nos levantamos y para seguir adelante. Es verdad que muchas veces cerramos esos objetivos siempre con una idea muy material en muchos casos y mis objetivos de vida ya no están relacionados con conseguir algo material, sino que lo que estoy recibiendo es afecto, es cariño, es respeto, y eso son emociones, sentimientos, que son difíciles de igualar", subrayaba Unzué.