Francisco Javier González, conocido en el mundo taurino por ser alguacilillo en la plaza de Las Ventas en Madrid, ha recibido un gran susto en el cuarto encierro de Sanfermines. "Llevo 21 años corriendo y tenemos que asumir que estos percances pueden ocurrir", ha declarado. Con la cabeza vendada y tranquilo ha salido de urgencias tras recibir la correspondiente atención médica en el Hospital Universitario de Navarra (HUN).

Este madrileño, de 48 años, ha elegido el tramo de la Estafeta para correr delante de los toros de Fuente Ymbro, hierro que se ha caracterizado los últimos seis años por concluir las carreras sin ningún herido por asta.

Los morlacos han enfilado la calle Estafeta a gran velocidad, abriendo la manada Judío, un castaño de 590 kilos, que ha sorprendido a varios mozos, entre los que se encontraba Francisco González, farmacéutico de profesión.

"Tras dos décadas, es la segunda vez que acudo a urgencias por un encierro"

Judío ha levantado y enganchado en el aire a este corredor habitual en Sanfermines, que tras dar una voltereta en el cielo de Estafeta, ha chocado con fuerza contra el suelo. Para rematar, Pelícano, negro de 590 kilos, le ha pasado por encima y también el resto de la manada. Vestido de pantalón blanco y camiseta lila, ha quedado tendido en el piso semiinconsciente.

Un milagro del capotico de San Fermín

Las imágenes de televisión no han aclarado si el mozo había recibido alguna cornada, pero solo por su espectacularidad parecía que sí en un primer momento. Sin embargo, el parte ofrecido por el Hospital Universitario de Navarra (HUN) descartaba que tuviera herida por asta de toro.

La Cruz Roja le ha realizado las primera atenciones, con una herida en la cabeza que le ha producido una pequeña hemorragia. En televisión se observaba que se encontraba aturdido pero consciente.

Ha sido uno de los siete trasladados este lunes al HUN para ser reconocido por el equipo médico. Varios amigos han acudido a urgencias aproximadamente una hora después de concluir este cuarto encierro para acompañarle. "Es la segunda vez en dos décadas que he tenido que pasar por urgencias. A pesar del susto, estoy bien", ha expresado nada más salir del hospital al mediodía, antes de entrar en el coche y marcharse.