La escasez de espacio para el titular echa para atrás el decir que ya es hora de que a Julián López, ElJuli, le entonen el primigenio y y mítico canto de "El Viti, El Viti, es cojonudo, como El Viti no hay ninguno". Son otras generaciones nuevas que no saben de las gestas iruñazarras del de Vitigudiono y de la propiedad intelectual del es cojonudo. Más, si yo lo sé y me faltan varias calendas anuales para jubilarme, tendría que haber un buen puñado de parroquianos que se acuerde. La cosa también puede ser que haya algunos que se apunten al rollo de meterse con las figuras y con el julipé de turno.

El Juli es un torerazo que, además, tuvo el honor de celebrar sus 25 años de alternativa regalándonos una gran tarde de toros. Vale, que si los toro eran estrechos de sienes y que su romana no era de la categoría de esta plaza. Ya. Pero la visa es así, ¿qué se quiere que El Juli se apure a la de Cebada Gago? Hombre, sería genial y, además, seguro que para la reseña sumaría más nota que la inmensa mayoría de toreros actuales. Y, además otra vez, nos regalas la frescura de una eterna adolescencia de ilusiones y, poder, mando y, porqué no decirlo, torería total.

Muchos años el madrileño no se ha arrimado en exceso en esta plaza, pero ante el lote de jandillas que le tocó en suerte estuvo hecho un tío, aun punto eléctrico como acostumbra, pero con un poder, con un encaje y mimetización con los animales que es casi imposible reproducir ni contar. El Juli se hizo amo de la tarde con un toro medio, el segundo, Versolaro, y cortó las dos únicas orejas aceptables de toro el serial tras crujirse y crujir al quinto, un encastado y bravo toro de Jandilla, Torbellino, que fue de menos a más y terminó ajustándose a la muleta mandona, hipnotizante, templada y, porque no decirlo, artista del torero. faena de menos a más, amasando condiciones y centrando perfectamente el encaje posible. Al tal Versolaro lo mató trasero y algo caído, pero la falla no supuso para que el personal le diera la oreja de su potestad.

Y a Torbellino, el quinto, le armó un taco de veradas sin dejar respirar ni relajarse tanto a toro como a el público. La estocada, más difícil de ver en la lejanía, fue pronta en efecto y las dos orejas cayeron por aclamación. Las estocadas, ambas fueron con el salto Julipié ¿Y? Como están las cosas habrá que pensar en evolucionar y en pensar que si la muerte suprema no tiende a la inmediatez la fiesta de los toros tendrá menor longevidad de la que ya se prevé. Muy bien El Juli, mucho mejor que el año pasado con el Centenario.

Ferrera, lo siento, aburre un poco y, peor aún, no aprovecha la brava movilidad de sus toros. En especial, nos referimos al bravo, discretillo el de romana, ese Vibrante que rompió plaza.¿Esos verdes repelentes uno del otro, qué dicen? El Vibrante, a pesar de que Ferrera se puso en modo Ferrari, lo desbordó. El de la merienda fue el toro más parado y deslucido, Herrerillo. Gaznate tope y la escena en el ruedo, en declive.

Cayetano lo puso todo para salir a hombros. Lo hizo con tres orejas, mas que con dos una de sobra.