Que no se haya perdido nunca unos Sanfermines no quita para que cada año a Rakel Arjol (Pamplona, 1989) le invadan los nervios en los días previos al 6 de julio. Antes los sentía como sanferminera y peñera –socia de Muthiko Alaiak– y ahora también como presidenta de la Federación de Peñas, cargo que ostenta desde enero de 2024 –siendo la segunda mujer en acceder al puesto– y del que hace un balance “muy positivo”.
Ahora le quedan seis meses al frente de la Federación y un reto cercano: “Que los Sanfermines vayan bien y que no nos tengamos que manifestar por agresiones sexistas. Que disfrutemos de las fiestas sin faltar al respeto y sin dañar a nadie”.
¿Nervios pre-sanfermineros?
Sí, claro (risas). Por un lado tengo nervios desde el punto de vista organizativo, por tener todo a punto en la Federación y también en la Muthiko, que es mi peña y estoy en la junta. Y por otro tengo nervios buenos por la fiesta, siempre he sido muy sanferminera, creo que nunca me he perdido unos Sanfermines.
Este año, además, las peñas estrenan himno conjunto...
Sí, hemos lanzado ya la canción y las txarangas la tocarán por las calles. Es una iniciativa que se ha llevado a cabo porque veíamos que cada peña tenía su himno y nos pareció buena idea crear uno conjunto de todas. De ahí surge la idea y luego a la gente le fue gustando el hecho de tener algo común.
Las peñas son parte intrínseca de los Sanfermines, pero también tienen la responsabilidad de diseñar una oferta atractiva para las fiestas, ¿no?
Todo el mundo que se acerque a Iruña estos días va a tener claro que las peñas están súper presentes. Estamos en constante reflexión para ofrecer actividades para todos los públicos, que sean cosas que gusten y que cada vez sean más inclusivas. Todas tenemos el reto de ir mejorando continuamente, pero creo que cumplimos con nuestro propósito porque no habrá nadie que se acerque a Sanfermines que no vea a alguna peña por la calle. También cada vez vemos más que por las tardes hay actividades en las peñas para quienes deciden no ir a la plaza. Hace unos años no había ningún plan y eso ha cambiado. Quien esté a la tarde por Iruña tiene distintas ofertas en las peñas.
Respecto a las corridas, la demanda de abonos ha crecido estos años a la par que el debate sobre la prohibición de la tauromaquia va ganando espacio. ¿Cómo viven esto en las peñas?
Pues puedo corroborar ambas cosas: cada vez hay más gente con diferentes opiniones acerca de los toros, pero también es verdad que los abonos han volado.
¿Ven necesario impulsar un debate sobre la tauromaquia en las peñas?
A día de hoy no está encima de la mesa. Aunque la gente nos vea en bloque, cada peña es compradora de sus localidades, entonces no tendría que pasar por una decisión conjunta a nivel de Federación. No sé que rumbo va a coger esto pero la realidad es que cada peña compra sus abonos y si una peña en asamblea decide no comprar más lo puede hacer.
Lo digo porque desde Iruña Antitaurina se ha hecho un llamamiento a las peñas para que “reflexionen” y se impliquen en acabar con las corridas...
Creemos que es algo que se tiene que abordar en las peñas. Desde la Federación ni fomentamos ni compramos los abonos. Yo, personalmente, estoy muy a favor de que se opine lo que se quiera y de que se debata; y veo muy bien que cada vez haya más planes por la tarde. Sin embargo, a día de hoy es una actividad permitida, entonces no sé hasta que punto nos corresponde o no impulsar nada. Cada peña es muy libre de comprar o no los abonos.
Pero sí que se están ofertando actividades alternativas...
Sí y cada vez más. En el Muthiko, que es lo que más controlo, pero en otras peñas también, cada vez ofrecemos más cosas por las tardes. Antes hasta se cerraban los locales para ir a los toros y ahora están abiertos y con actividades programadas. Eso está cambiando, sin duda.
¿Se imagina unos Sanfermines sin encierro y sin corridas?
En mi caso, yo ni suelo ver los encierros –salvo que pase algo fuera de lo normal–, ni voy a las corridas. Además, en la Muthiko tenemos una oferta muy amplia de conciertos por la tarde y al final mis Sanfermines son un poco eso, puedo pasarlos sin ver un toro perfectamente. Pero es mi vivencia personal, entiendo que para mucha gente sea algo imposible.
Este año el Chupinazo lo tira Yala Nafarroa, que fue la candidatura propuesta por la Federación de Peñas. Están contentos, ¿no?
Por supuesto. Desde la Federación lo propusimos y la verdad que no hicimos ninguna campaña porque creíamos que la ciudadana tenía que votar libremente, pero ha tenido unos resultados bastante aplastantes. Me parece perfecto, creo que es una visibilidad muy necesaria y espero que les vaya muy bien.
Hay sectores, especialmente de la derecha, que consideran que es “politizar las fiestas”, algo de lo que suelen acusar también a las peñas...
Es que la vida es política y no podemos vivir al margen. Cada peña reivindica lo que quiere de forma libre y es algo bastante ilógico ese argumento de que se politizan los Sanfermines; todo está politizado en esta vida.
La fiesta está para disfrutar y también para reivindicar, ¿no?
Eso es y en Sanfermines lo vemos continuamente. Las peñas llevan en sus pancartas mensajes muy reivindicativos y también cuando es necesario, como cuando hay agresiones sexistas, las peñas nos organizamos para hacerles frente. El año pasado también hubo una kalejira reivindicativa con la temática de Palestina, todos los 8 de julio está la kalejira por Germán... Los Sanfermines son para disfrutar pero también hay tiempo de sobra para reivindicar.
Respecto a las pancartas, había cierta expectación por ver si había referencias al caso Cerdán, pero no las ha habido. ¿Ha sido por falta de tiempo?
Claro, ha sido un tema de tiempos. Ninguna peña tiene interés en ocultar casos de corrupción. Las pancartas estaban hechas a principios de junio, antes de que saltase todo. Tendremos que hablar con la UCO para que nos avise antes (risas). Pero hablando en serio, sé que ha habido comentarios de que las peñas lo ocultan, etc., pero no es así, ha sido una cuestión de plazos.
En los últimos años han surgido nuevas peñas que no están dentro de la Federación, como la Mutilzarra o la Escalerica. ¿Qué les parece?
Yo es que creo que no somos nadie para calificar a nadie. En la Federación somos 16 peñas las que tenemos un recorrido a nuestras espaldas y las que estamos cohesionadas. No tenemos una posición al respecto porque es algo que no nos afecta. Somos 16 y así va a seguir siendo.
Lleva año y medio como presidenta y le quedan seis meses, ¿qué balance hace y qué retos quedan pendientes?
El balance de este año y medio es muy positivo y el reto más cercano es que los Sanfermines vayan muy bien, que disfrutemos, que nos respetemos y que no nos tengamos que manifestar por agresiones sexistas.
En la entrevista que concedió a este periódico tras ser elegida presidenta hablaba de la necesidad de dar más protagonismo a la mujer en las peñas, que eran espacios muy masculinizados. ¿Se ha avanzado?
Sí, está cambiando la situación.También creo que tenemos que mirar un poco las cosas con perspectiva y con distancia. Los avances cuesta verlos, pero hace unos años había peñas en las que las mujeres no podían ser socias y a día de hoy es algo impensable. No obstante, hay que ir más allá y hay que abrir más procesos para avanzar hacia la igualdad. Por ejemplo, cuando ofertamos algo tenemos que ver qué tipo de actividades ofrecemos, no vale decir: “Es que las mujeres no se quieren apuntar a tal actividad”. Igual no se quieren apuntar por algo, quizá haya algo que a las mujeres no nos atrae. Luego también en el Muthiko ofrecemos conciertos y ponemos el foco en qué grupos queremos que vengan, que mensajes queremos difundir, si los grupos tienen mujeres, qué rol tienen esas mujeres en sus grupos, etc. Son cosas que hay que ir teniendo en cuenta. También tenemos que reflexionar en torno a la baja participación de las mujeres en las peñas, no puede ser que el 80% de los socios sean hombres y el 20% mujeres. No es casualidad, es algo estructural. Entonces, tenemos que ir dando pasos y, sobre todo, escuchando a las mujeres para ver qué es lo que queremos tener en nuestras peñas.
Que la Federación la presida una mujer también es un paso para visibilizar que las mujeres también tienen que estar en órganos de representación, ¿no?
Así es. En la Federación cada vez somos más mujeres y hace unos años las reuniones estaban completamente masculinizadas, a veces iba alguna mujer pero era algo anecdótico. Ahora cada vez más las mujeres representan a sus peñas, toman decisiones y se involucran.
¿Hay relevo generacional en las peñas?
Sí, aunque somos conscientes de que hay una edad complicada entre los 12 y los 16 años, porque ya no son niños pero tampoco adolescentes con una vida más adulta. Como peñas tenemos un reto muy grande para cubrir esa edad. También con los txikis, que si que hay en las peñas pero en la gran mayoría nos cuesta que vengan a las actividades. Creo que es un reto importante y necesario. También hay peñas que a la hora de hacer socios nuevos tienen una discriminación positiva con los jóvenes –algunas también con las mujeres– con el objetivo de rejuvenecer las peñas.
Durante los Sanfermines las peñas son fundamentales, pero quizá durante el resto del año pasan un poco desapercibidas para quienes no son socios...
Las peñas estamos activas durante todo el año pero sí que es verdad que igual no es algo tan visible. Para la gente que no sea de una peña o que no tenga contacto directo con una igual sí que pasamos un poco desapercibidas. Es otro reto, hacernos más visibles a lo largo del año. Pero sí que es verdad que tenemos secciones deportivas, culturales, sociales... y yo animo a la gente a que se acerque a las peñas no solo del 6 al 14 de julio sino durante todo el año porque se ofrecen muchas actividades.
¿Cómo le gustaría que fuesen los Sanfermines del futuro?
Me gustaría que fueran participativos, que sea la gente de Iruña, las peñas, las personas que militan en colectivos populares quienes marcasen el rumbo de la fiesta; y no que lo hagan la turistificación o ese afán por comercializarlo todo.
¿Perciben un riesgo de que la fiesta degenere en eso?
La realidad es que siempre ha existido ese riesgo. A veces hemos visto como en cualquier esquina de la ciudad aparece un local haciendo de bar cuando no es un bar, por ejemplo. Es verdad que desde el Ayuntamiento se controla cada vez más esto y me parece bien, porque hay que cuidar la ciudad.Entonces el riesgo siempre ha existido y creo que es responsabilidad del Ayuntamiento pero también de las personas de la calle, que también podemos influenciar para bien en cómo queremos que sean nuestras fiestas y nuestra ciudad.