Vicente Peris, natural de la localidad de Puçol (Valencia), anduvo con el runrún detrás de la oreja desde que sonó el cohete que anunciaba el encierro hasta su ingreso en el Hospital Virgen del Camino: ¿Había hecho bien modificar su corrido y dejar la bajada de Javier para pasar a la cuesta de Santo Domingo? Quizá fue cosa del azar, pero como consecuencia de este cambio de escenario, el joven de 27 años sufrió una cornada a manos de un toro rezagado. Fue consecuencia de ese cambio que este joven de 27 años sufrió un puntazo sorpresa de un toro rezagado, después de que el resto de sus hermanos se adelantaran y de que el primero de ellos lanzara por los aires a Fermín Sabalza, el navarro herido por una cornada en el escroto.

Los corredores vamos por el medio de la calle para buscar la cara del toro o con la intención de hacer una buena carrera. Y cuando uno se quiere retirar, se va hacia los extremos para salirse del recorrido. Sin embargo, hay muchos mozos que van solo a ver y que se quedan varados a los lados. Y eso obstaculiza mucho al resto", apunta. Esto ha provocado que se formara un montón en la acera izquierda de la calle y a Vicente le tocó "ser el último en llegar. Así que me he tropezado y medio sentado he visto cómo llegaba el animal. He conseguido meter una pierna a tiempo, pero la otra no. Se la ha llevado por delante y me ha arrastrado un metro", relata.

Momento en el que el toro le coge a Vicente Peris.

Momento en el que el toro le coge a Vicente Peris. Cedida

De esta forma, lo que Vicente vivió fue un golpe "fuerte y seco" y reconoce no haber sentido mucho por "la adrenalina" que le recorría el cuerpo. Después, cuando le atendió la Cruz Roja y, posteriormente, fue trasladado hasta el Hospital Universitario de Navarra (HUN), ya comenzó a sentir el dolor, aunque agradeció que la asistencia fuera rápida y efectiva. Y, aunque lleva siete años corriendo —se estrenó con 18, pero la pandemia le impidió volver a los Sanfermines—, esta es la primera vez que pisa un complejo hospitalario como consecuencia de su pasión. "He tenido mucha suerte, aunque hubiera preferido que no me tocara nunca", se ríe mientras mira a su novia, que viajó desde su domicilio hasta Pamplona tras conocer la noticia.

Y volvió la dichosa pregunta: "Siempre corro al final de Estafeta, pero ayer vi muchos empujones y tropiezos y me pareció que era difícil correr en esa localización". De hecho, llevaba un tiempo pensando que quizá sería buena idea trasladarse a Mercaderes porque, por lo que veía, no había tanta multitud como en su zona. "Y son dos encierros diferentes. En Santo Domingo, los toros se miden de forma diferente. Van más rápidos, meten más la cara, buscan... Eso no pasa en Estafeta", reconoce. De hecho, al haber repetido el vídeo de la séptima carrera —y de ver cómo le coge el astado—, se dio cuenta del cambio de ritmo de los animales y de que había varios huecos en el tramo por los que, a lo mejor, se podría haber salvado.

Los bous al carrer

Los bous al carrer son una fiesta taurina popular típica de la Comunidad Valenciana, en la que se sueltan, conducen, torean o recortan las reses. Y Vicente se quedó impregnado de su magia desde que era pequeño. "Había mucha afición, sobre todo en verano, y me picaba el gusanillo. Además, siempre veía los encierros de San Fermín por la tele y me decía que, en cuanto fuera mayor de edad, podría venir. Y eso hice, solo que te acaba enganchando", confiesa.

Sin embargo, después de la cogida, el valenciano tiene muchas cosas en la cabeza —el susto, el alivio de que no es algo más grave, su pasión y los mensajes de preocupación de sus seres queridos— y le entran las dudas a la hora de responder si regresará el próximo año a las fiestas: "Hoy estaba muy tranquilo, sabía lo que tenía que hacer, pero ha pasado algo que no me esperaba. Así que igual no corro. Pero hay que verlo. A nadie le gusta pasar por eso. No me quiero imaginar si hubiera tenido una historia más grave...", concluye.