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En el marco del Encuentro DNN sobre economía circular, celebrado en las instalaciones de la sociedad pública Orekan, cuatro voces expertas abordaron los desafíos y oportunidades del modelo circular en Navarra desde una perspectiva integral: ambiental, económica, social y tecnológica. La jornada, organizada por DIARIO DE NOTICIAS, reunió a referentes de distinto ámbito: Itziar Gómez, directora gerente de Orekan; Emilio Garrido, director de RAESS Ecointegra de Fundación Aspace Navarra para el Empleo; Luis Moreno, director general de la Fundación Ecolec y Alfonso Amorena, director gerente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
Durante el encuentro, moderado por la periodista Zuberoa García, se puso en valor la colaboración público-privada como palanca de transformación. En su inicio, Itziar Gómez expuso el papel clave que desempeña esta sociedad pública en el impulso de la economía circular en Navarra. En su intervención, resaltó la importancia de la iniciativa público-privada Navarra Zirkular, promovida por varios departamentos del Gobierno foral, junto con entidades como Sodena y la Asociación Empresarial de la Merindad de Estella (SEME). Esta red cuenta con más de 220 empresas y 60 colaboradores, ofreciendo servicios de asesoramiento, diagnóstico, formación, acceso al talento, proyectos colaborativos y grupos de trabajo especializados.
Gómez explicó que Orekan trabaja principalmente en tres líneas: la ejecución del Plan de Residuos de Navarra 2017-2027, con acciones en prevención y gestión de residuos; la participación en proyectos europeos para el intercambio de buenas prácticas para la valorización de residuos inertes e inorgánicos; y la asistencia técnica y acompañamiento a empresas y organismos. Gracias a este esfuerzo, “Navarra es hoy la comunidad autónoma que más residuos domésticos recoge de forma separada” y ha alcanzado una tasa de valorización cercana al 80 %, por encima de la media estatal y europea. Gómez destacó la importancia de la colaboración entre administraciones, ayuntamientos, mancomunidades, universidades, empresas, consumidores y entidades sociales como Traperos de Emaús. Finalizó su intervención subrayando que aún persisten retos tecnológicos, normativos, económicos y de talento, pero que la economía circular es, además de una necesidad ambiental, “una oportunidad para mejorar la competitividad empresarial”.
Luis Moreno, director general de Fundación Ecolec, explicó el papel de esta entidad sin ánimo de lucro en la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, pilas, baterías y, recientemente, también envases. Su labor se financia mediante las aportaciones de los propios fabricantes, y su función principal es actuar como nexo entre productores, administraciones, distribuidores, gestores y consumidores, para coordinar la recogida separada y el reciclaje adecuado de estos residuos.
Moreno subrayó que la economía circular debe incluir criterios medioambientales, económicos y sociales. Destacó que en Navarra, aunque Ecolec interviene menos por la buena organización de las mancomunidades, “cada ciudadano aporta unos 7 kg de residuos al sistema gestionado por la fundación, lo que, sumado al sistema público, sitúa a Navarra cerca de los 14 kg por habitante al año”. Abordó también los nuevos modelos de consumo, como el renting de electrodomésticos, donde el fabricante conserva la propiedad del producto y garantiza su mantenimiento, lo que incentiva la durabilidad. Puso como ejemplo un proyecto que reutiliza componentes de placas de inducción y superficies de vidrio, demostrando una economía circular avanzada.
Además, Moreno recalcó la importancia de la trazabilidad digital de los residuos, implantada por Ecolec desde 2011, y señaló dos retos clave: la recuperación de materias primas críticas y la concienciación ciudadana. Recordó que los consumidores tienen derecho a entregar un aparato viejo al comprar uno nuevo, también en el comercio online, y que la mayoría desconoce este derecho. “Informar al ciudadano —concluyó— es esencial para cerrar el círculo y avanzar hacia una economía verdaderamente sostenible”.
Emilio Garrido, director de RAESS Ecointegra, fue otro de los intervinientes en la mesa de debate del Encuentro DNN. El director explicó que su planta de reciclaje se creó para ofrecer empleo digno a personas con discapacidad, sobre todo parálisis cerebral: “Tenemos 350 trabajadores trabajando en la Fundación para el Empleo, el 80% de ellas con discapacidad. En Ecointegra hay 65, casi el 90% con discapacidad, en un entorno rural”. Destacó el valor añadido de la empresa en la separación especializada de residuos peligrosos, evitando su impacto ambiental. Señaló que “en 2024 trataron 6.700 toneladas, procedentes también de Francia y el País Vasco”. También remarcó la importancia de la innovación para recuperar metales raros como el niobio. “No hay economía circular sin inclusión”, afirmó, y valoró la colaboración con instituciones sociales y ambientales.
Alfonso Amorena, gerente de servicios de la comarca de Pamplona, explicó que una ciudad es “como un urbanismo vivo” donde llega agua, energía y alimentos, y se mezclan para luego ser gestionados. Su labor consiste en organizar ese ciclo para que sea circular, no lineal: “Que los lodos vayan al campo y luego produzcan alimentos que vuelvan a casa”.
Destacó la intención de implantar una tasa por participación que incentive la reducción de residuos. Según Alfonso, “la intención es que el residuo se produzca lo más tarde posible”, y esto requiere un cambio de mentalidad tanto en productores como consumidores. En Navarra y en concreto en Pamplona, reconoció, “la ciudadanía está muy sensibilizada” y responde bien pese a la “molestia” de los nuevos sistemas.
Finalizó subrayando la importancia de que la mayor parte de residuos se separen correctamente para reciclarlos eficazmente.